Por exceso o por defecto, la variabilidad climática le planteó una campaña difícil al trigo, cuya cosecha fue reestimada en niveles inferiores a lo que se esperaba originalmente. Ahora, el mal tiempo amenaza afectar negativamente a más de un millón de hectáreas.
En la recta final, el trigo enfrenta el riesgo climático
Así lo señaló la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, que recordó que en Córdoba faltan por cosechar más de un millón de hectáreas de trigo y las lluvias, que dejaron acumulados que van de 20 a 60 mm hasta las 15 sobre gran parte del centro de Córdoba, detuvieron las labores.
La tormenta siguió instalada en buena parte de la semana. Las lluvias aumentan la preocupación en el sector. Los efectos negativos del ultimo bloqueo húmedo que, entre el 10 y el 12 de noviembre se batió sobre gran parte de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba con más de 200 mm encienden las alertas. Lo mismo sucede en el norte de Santa Fe, que comparte las altas probabilidades de que se prolongue el mal tiempo.
"Allí hay 100 mil hectáreas de trigo pendientes de cosecha, si las lluvias se desarrollan y vuelven a impactar sobre el centro de la provincia, las pérdidas por brotado pueden crecer exponencialmente", señaló el GEA. Indicó que las áreas trigueras que ya fueron afectadas por el temporal son las más vulnerables.
El informe que difundió esta semana el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Santa Fe señaló justamente que en el centro norte santafesino la disminución de productividad en los lotes de trigo cosechado en la región oscilaron entre los 3 y 4 quintales por hectárea.
Aunque durante la semana mejoró el tiempo, la humedad no da mucha tregua y al cierre de esta edición los pronósticos indicaban nuevamente mal tiempo para el fin de semana en la región pampeana.
Otra gran área amenazada por la continuidad de lluvias y tormentas generalizadas es el norte de Argentina. Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Salta y Jujuy vienen recibiendo lluvias muy intensas desde mediados de octubre. En Chaco y Santiago de Estero aún hay pendientes de recolectar casi 50 mil hectáreas de trigo. "La incertidumbre es muy alta porque el norte del país puede ser el área donde más se exprese este nuevo bloqueo húmedo, que puede extenderse hasta el próximo sábado", señalaron.
La semana arrancó con lluvias que se concentraron sobre el centro cordobés. La franja oeste del centro-sur santafesino también recibió algunos milímetros y sigue sumando a los acumulados del mes de noviembre. Montes de Oca marcó 16,4 mm y Classon 12 mm. En lo que va de noviembre, Classon acumuló 243,6 mm, posicionada detrás de Carlos Pellegrini con 297,2 mm mensuales. Irigoyen es la zona más problematizada. Esta vez sumó 4 mm más y alcanzó los 362,8 mm.
Sobre el final de la semana anterior, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, estimó que la producción nacional de trigo alcanzará las 19 millones de toneladas, un 10% menos que lo que se proyectaba dos meses atrás.
El bloqueo húmedo y los fenómenos de granizo descontaron 730 mil toneladas de trigo en Santa Fe, Córdoba y el norte argentino. En Buenos Aires y Entre Ríos, con mejores expectativas, suman a la estimación nacional que se proyecta con un volumen de 18,7 millones de toneladas.
El volumen triguero cayó 300 toneladas de octubre a noviembre. En este ciclo 2018/2019 la siembra interanual de trigo creció un 17,3% pero el volumen sólo subirá un 6,9% respecto al año pasado.
Entre Ríos y Buenos Aires son las únicas que ganarán "la revancha del trigo".
Las dos provincias suman a la estimación nacional que se proyecta con un volumen de 18,7 millones de toneladas.
"A pesar de que se hizo una gran apuesta en fertilización y cuidado del cultivo, y el potencial triguero tenía todo para superar los 21 millones de toneladas, la nueva estimación de noviembre señala una nueva caída con 18,7 millones de toneladas", señalaron desde el GEA.
Los especialistas de la Bolsa aclaran que el guarismo, aunque es inferior de lo que se esperaba, marca un hito en el cultivo "con un nuevo récord productivo para Argentina".
La historia de las lluvias en la campaña triguera es una historia de desencuentros. "En la franja central aparecieron tarde y afectaron negativamente, y lo mismo sucedió en el norte del país, cuando ya se avanzaba con la cosecha", señaló GEA.
Las que más cayeron en rinde son las provincias de Córdoba y Santa Fe respecto de las estimaciones de hace un mes. Tras el temporal de lluvias que dejó el bloqueo húmedo, Córdoba cae en casi 3 quintales y pasa a promediar 24,6 qq/ha; Santa Fe, casi un quintal y medio, descendiendo a 29,3 qq/ha.
En la provincia mediterránea, según la Bolsa de Comercio de Córdoba, la cosecha de trigo tendrá una baja de alrededor del 24%, pro efecto del clima.
La cosecha de trigo, prevista para el cierre de la actual campaña, fue calculada en 3.360.000 toneladas, lo que representa un 24% menos en comparación con el año pasado y fue considerada la cosecha más baja de los últimos cinco años.
Asimismo precisó que las causas principales de la pérdida de la producción fueron las heladas, la sequía y el granizo. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, la logística de la nueva cosecha de trigo está bajo presión debido a las demoras en la salida del grano de los campos afectados y en el ingreso de mercadería en los puertos, cuando los compromisos de entrega son voluminosos.
Según el trabajo elaborado por Federico Di Yenno y Emilce Terré, después de las fuertes lluvias acaecidas en el centro-sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba, el mapa de reservas hídricas del suelo cambió de un estado de reservas escasas a excesos en gran parte de la región núcleo.
"Ya finalizando la cosecha de trigo en NOA y NEA, se notó una merma en el ingreso de camiones a la zona del Gran Rosario en noviembre", señalaron. Explicaron que en los primeros 15 días de noviembre de 2018, sólo se reportaron unos 5.830 camiones por parte de entregadores, camiones que han ingresado a la zona del Gran Rosario.
Esto es un 15% inferior respecto del ingreso de camiones en igual período de noviembre de 2017", calcularon.
De acuerdo a los especialistas, con la perspectiva de exportación mayor para la nueva campaña, "al menos deberían ingresar 33.000 camiones más en esta última quincena de noviembre".
"La logística del trigo este año podría presentar complicaciones; los compromisos de exportación (DJVE) para el mes de noviembre alcanzan a 570 mil toneladas y sobrepasan las 2 millones de toneladas en diciembre, un récord comparado con otros años", indicaron desde la Bolsa. Este valor se encuentra más ajustado si se tiene en cuenta que los stocks de trigo a octubre reportados por la Secretaría de Agroindustria, de 1,44 millón de toneladas, son los más bajos desde que se tiene registro.
CENTRO NORTE. El relevamiento del SEA, detalló que los nuevos eventos climáticos ocurridos en toda el área del centro norte santafesino, demoraron el proceso de cosecha y como consecuencia "disminuyó el movimiento del parque de cosechadoras y el acompañamiento de equipos", indicaron.
En los departamentos del norte finalizó la cosecha y en los del centro, el grado de avance fue superior al 75%.
"Se logró, en el total del área, un poco más del 75% de avance y faltan cosechar unas 89.500 hectáreas", detalló el informe.
La situación en el norte replica lo que se observa en el resto de la provincia, sólo que debido a que en esa zona la cosecha se completa casi un mes antes, el impacto se amortiguó.
Los rendimientos promedio de los trigos fueron los siguientes según cada departamento: 9 de Julio, 30 qq/ha.; Vera, de 27,5 y General Obligado, 27,5 qq/ha.
En tanto, aún continúa la trilla en San Cristóbal con rendimientos de 26 a 28 qq/ha.; San Justo, de 29 a 31; San Javier, 22 a 24; Castellanos, 28 a 33; Las Colonias, 32 a 35; La Capital, 30 a 33; San Martín de 32 a 35 y San Jerónimo, 32 a 35 qq/ha. Por otra parte, el Servicio de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Santa Fe señaló que hasta la fecha, el estado sanitario del cultivo continuó siendo "muy bueno, sin expresión de enfermedades ni plagas". Pero, como consecuencia de las condiciones ambientales, "disminuyeron los rendimientos, particularmente en el sur del área de estudio, con porcentajes que oscilaron entre 3 y 4 qq/ha.
Los mercados, alertas con el G-20
En la última semana el tema que dominó la escena a nivel internacional siguió siendo las perspectivas de que un encuentro a nivel de primeros mandatarios de China y Estados Unidos durante la Cumbre del G-20 que se desarrolla en la Argentina, que termine encausando a su fin la guerra comercial, y que esto permita a Norteamérica retomar ventas de soja al país oriental.
Así lo indicó Dante Romano, especialista del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, quien indicó que "la semana comenzó con algo más de pesimismo, por los dichos del vicepresidente Donald Trump en el ámbito de la reunión de colaboración Asia Pacífico que se desarrollo hace dos semanas".
El analista contextualizó la situación y dijo que en el mundo viene de una cosecha récord de soja en Estados Unidos, lo que elevó los stocks de este país, y con las menores exportaciones por la guerra comercial, las existencias se fueron todavía a niveles más altos. Si las ventas al exterior norteamericanas siguen por ese camino, lo más probable es que no se arribe a las metas proyectadas por el Usda para todo el año, y que de hecho los stocks terminen siendo incluso mayores.
"No obstante esto está ya bastante descontado en los precios: la guerra comercial se efectivizó a inicios de junio, y desde agosto el mercado se convenció de que la producción norteamericana sería muy grande", dijo Romano.
Por el lado del maíz la cosecha norteamericana también fue mayúscula, pero la demanda viene más firme. Las exportaciones marchaban a un ritmo rápido, y aunque se hicieron más lentas recientemente, el acumulado sigue en niveles que no son malos. "En ambos casos el mercado comienza a virar a Sudamérica, y observa un muy buen inicio en Brasil, mientras que en la Argentina las lluvias de primavera que venían algo esquivas, se desataron en noviembre con fuerza", agregó el especialista del Centro de Agronegocios.
Esto aportó la humedad para que el maíz y la soja se sembraran con muy buenas perspectivas, agregó Romano y "aunque las temperaturas fueron tan bajas que de hecho se dieron algunas heladas y granizo, por ahora los mismos no son preocupantes", agregó.
De todas formas, "diciembre y enero son los meses clave para los cultivos sudamericanos, y se encaran sin ninguna prima climática en los precios. Cualquier amenaza podría generar subas", puntualizó.
Por otro lado, y a más largo plazo, Romano aconsejó tener presente que los bajos precios actuales de soja en relación a maíz, llevarían a Estados Unidos a bajar en 2,6 millones de hectáreas la superficie de soja, repartiendo esa área entre maíz y trigo. "Esto es alcista para la oleaginosa pero bajista para el maíz", dijo.
"Uniendo todo esto vemos que la soja está muy baja y tienen varios factores que podrían impulsarla, pero que el maíz, que también está bajo, tiene el problema de que EEUU podría aumentar su producción", advirtió. Por eso, "seríamos cuidadosos con demorar mucho las decisiones de venta, sobre todo en maíz".
Frente interno. Mientras esto domina el frente internacional, en el mercado local lo más destacado es que empezó a generalizarse en el centro norte del país la trilla. De hecho tuvimos días de más de 1.000 camiones de trigo en los puertos, pero la cosecha viene accidentada. Se están dando lluvias importantes que demoran la recolección y permiten que la presión de cosecha no sea tan complicada.
Otro tema en cuestión es el tamaño de la producción. Mientras que la Secretaría de Agroindustria está en 19,7 millones de toneladas, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó levemente a 19,4 millones y la de Rosario ya bajó de esa marca, quedando en 18,8 millones.
De todas formas, "esto sería una producción importante, que está lejos de significar un problema de oferta. Argentina necesita 6 millones de toneladas para consumo interno y unas 6 millones para exportar a países del Mercosur", dijo.
"Todo lo que supere las 12 millones de toneladas es producción excedente que presiona los precios a la baja. Sin embargo al reducirse la oferta, pensamos en que la presión de cosecha sería más corta y menos profunda", concluyó.