El mercado mundial de productos biológicos mueve unos 8,6 billones de dólares. La torta se reparten en un 56% para biocontrol y 44% para bioestimulantes y biofertilizante. En Argentina su uso se extiende cada vez más y la perspectiva de crecimiento es mayor que en químicos. Mientras que la utilización de biológicos crece entre el 10 y el 12% anual, el de químicos está casi estancado con una expectativa de crecimiento de entre el 3 y el 5% anual, explicaron referentes del sector durante el III Encuentro Nacional sobre producción con Biológicos y Estrategias Sustentables (EnBio 2024) que se realizó en el Campus de la Universidad Nacional de Villa María y contó con la participación de más de 1.300 asistentes.
Bioinsumos, los nuevos protagonistas del agro
Durante la apertura del encuentro, el Ministro de Producción de Córdoba, Sergio Busso; y la decana de la Universidad Nacional de Villa María, Carolina Morgante, coincidieron en señalar la importancia de posicionar a los biológicos como una herramienta fundamental para mejorar los índices de sustentabilidad y de rendimiento en la producción agrícola argentina.
La jornada comenzó con una recorrida a campo con nueve estaciones donde se pudieron ver cultivos de soja y maíz tratados con tecnologías biológicas. Tratamientos de semillas, bioestimulantes, promotores de crecimiento, biofungicidas, bioinsecticidas y fertilizantes biológicos a base de polifenoles, algas marinas, bacterias, hongos, extractos de levadura, consorcios microbianos y otras sustancias que no sólo favorecen la sanidad y el crecimiento de las plantas sino que permiten mejorar los niveles de fertilidad y porosidad del suelo. Los biológicos adelantan y aseguran procesos en el suelo especialmente en aquellos degradados que no tienen capacidad de transformar y aprovechar los rastrojos.
A la hora de las charlas y talleres, diferentes especialistas dispararon nuevas sentencias sobre el lugar que ocupan estas nuevas tecnologías. En primer lugar Luis Wall, director del Centro de Bioquímicas y Microbiología de Suelos del Departamento de Ciencias y Tecnologías de la Universidad Nacional de Quilmes, sostuvo: “Necesitamos ir hacia modelos de transición que incorporen lo biológico. El sistema es hoy extractivista, nos llevamos los nutrientes con la cosecha, y necesitamos reponer nitrógeno o fósforo; pero al hacer esa reposición exclusivamente química desaprovechamos todo lo que es biológico y generamos efectos colaterales en suelo y ambiente”.
Señaló que los biológicos funcionan porque modificamos el microbioma del suelo y eso hace que el cultivo se desarrolle mejor. “La salud del suelo tiene que ver con las propiedades físicas, químicas y biológicas y eso se puede medir. Un suelo saludable es consecuencia de una microbiología saludable”, dijo. Además planteó que cuestiones como su salud, porosidad y fertilidad, no se logran con labranza ni con rastrojos, se logra con biológicos. Estamos actuando sobre el suelo y lo es tamos degradando, destruyendo lo más importante que tenemos, un suelo fértil”, subrayó.
En ese sentido el ingeniero agrónomo Martín Díaz Zorita advirtió que la adopción de la inoculación acompaño la expansión de sistemas de manejo de cultivos (SD) pero hoy está amesetada. “Tenemos el 80% del área sembrada en Argentina con algún tipo de tratamiento biológico”, dijo. Explicó que hoy los inoculantes con rizobios lideran el aporte del valor de mercado de los biológicos y constituyen el 62% de los bioinsumos que se usan en el campo seguidos por los bioestimulantes cuyo uso viene creciendo. “Llegó la hora de producir con biológicos, ya no estamos probando si funcionan o no, lo que ahora queremos es aprovecharlos mejor”, afirmó.
Contra las resistencias
Entre los temas principales que se manejaron apareció la necesidad de uso de biológicos para evitar resistencias. El doctor Gustavo González Anta sostuvo que los biofungicida y bioinsecticidas son la mejor alternativa para manejar situaciones de resistencia de hongos y plagas a los químicos. “Los productos bio mutan como los hongos, van cambiando y controlando. La posibilidad que aparezca resistencia de un hongo a un biofungicida es mínima”, disparó.
“Para el futuro imaginamos cepas microbianas modificadas genéticamente para modificar funciones metabólicas específicas, por eso decimos que la agricultura moderna es con biológicos”, sostuvo.
A su turno, el ingeniero Wenceslao Tejerina, especialista en biostimulantes sostuvo que el estrés abiótico (altas temperaturas, ozono, exceso de radiación, heladas, salinidad o sequía entre otras) es el responsable del 65% de las pérdidas del potencial de las semillas. Mientras que las plagas, malezas y enfermedades generan sólo el 11% de esas pérdidas de potencial. “Por eso el uso de biológicos es esencial para lograr mayores rindes y mejores resultados”, afirmó.
Se realizaron talleres sobre control de calidad y el agrónomo y participaron Alejandro Perticari (Inta San Luis y miembro de la Mesa de Nutrición Biológica Argentina); Silvia Toresani (directora de Redcai) y los asesores Martín Principiano y Gustavo Martín. Todos coincidieron que los biológicos si bien tienen mucha menor carga de toxicidad que un químico, eso no significa que sean totalmente inocuos. En rigor, explicaron que deben ser manejados y recomendados con receta agronómica.
Además sostuvieron que es imperioso seguir trabajando en la capacitación de los agrónomos en manejo de biológicos, tarea que les compete a los colegios de ingenieros, a las cámaras, a las empresas y a las universidades.
Los números
Sobre cómo viene el porcentaje de usos de biológicos se presentaron diferentes números. Por un lado González Anta sostuvo que el mercado de biológicos en el mundo es de 8,6 billones de dólares y se reparten en biocontrol el 56% y bioestimulantes y biofertilizante el 44%. “En Argentina la perspectiva de crecimiento es mayor que en químicos. Mientras que el uso de biológico crece entre el 10 y el 12% anual, el uso de químicos está casi estancado con una expectativa de crecimiento de entre el 3 y el 5% anual”, afirmó.
Además surgió el dato que Brasil sigue siendo en Latinoamérica el país con mayor crecimiento de este tipo de tecnología cuyo mercado bio se acerca a 1 billón de dólares en esta campaña siendo que el 80% es biocontrol y el 20% biofertilidad.
Para Eduardo Pérez de Casafe, los biológicos son la nueva tecnología porque logran aumento del sistema radicular, suelos más sanos, menos caga química y producciones más sostenibles y rentables. “No se cuándo pero para mi los biológicos van a reemplazar a los químicos, son el futuro de la agricultura porque es lo único que promete más productividad”, disparó.
Al respecto, el ingeniero Msc Armando Allinghi de Ciafa presentó números de la última encuesta que hicieron: “El mercado de especialidades creció un 10% entre el 2021 y 2022 logrando un total de 470.000 toneladas. En Argentina bioestimulantes y biofertilizantes son los productos de mayor crecimiento. Este sector de bioinsumos está en pleno crecimiento y el mercado se encuentra en una etapa de redimensionamiento”, sostuvo.
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En el cierre del encuentro contó con la participación de Germán Di Bella, subsecretario de Agricultura de la Nación, y Nicolás Bronzovich, director de Producción Vegetal de la Secretaría de Bioeconomía. “La visión de la sustentabilidad para nosotros es el equilibrio entre lo social, lo ambiental y lo productivo. Un equilibrio que se facilita gracias a la Bioeconomía”, dijo.
La bioeconomía es un modelo de convergencia para el desarrollo sustentable”, resaltaron en el encuentro que fue organizado por Agribio con el apoyo y la participación de la Universidad Nacional de Villa María y Todo Agro como partner local.