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Trigo: sintonía fina para arrancar la nueva siembra

Investigadoras de Oliveros, Rafaela y Reconquista plantearon que disponer de agua en los perfiles es determinante para encarar la siembra, luego de la gran sequía . Aconsejaron fertilización y monitoreo. Análisis de lo que se viene en términos climáticos
29 de abril 2023 · 04:55hs

La campaña de trigo arranca con muchas dudas. El rezago de la extrema sequía de los ciclos anteriores, que ahora comenzó a dispersarse porque el país entró en una etapa de Niño neutro, dejó suelos con escasa humedad en los perfiles, poca semilla disponible y un horizonte financiero complejo, que obliga a los productores que se decidirán por el cereal de invierno a aplicar una sintonía más que fina.

La elección de la fecha de siembra _lo más ajustada posible_, un buena fertilización de arranque, seleccionar variedades y encarar una adecuada protección de la semilla, además de hacer hincapié en la sanidad y un monitoreo preciso, son los puntos centrales para lograr un buen planteo de la campaña fina que arranca.

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Así lo resumieron especialistas de las Estaciones Experimentales de Rafaela, Reconquista y Oliveros de Inta, durante un conversatorio virtual sobre “Cultivos de trigo y legumbres: aspectos para planificar la campaña 2023/24”, coordinado por el titular de la Regional Santa Fe del organismo, Alejandro Longo, que buscó echar luz sobre lo que se viene para este ciclo en la provincia de Santa Fe, a partir del escenario crítico que dejó la sequía. También participó Gabriel Prieto, de la Agencia Arroyo Seco, quien analizó el escenario del cultivo de legumbres en el sur provincial.

Para poner en contexto la situación, María José Dickie de AER Cañada de Gómez de Inta, planteó el escenario meteorológico que maneja el organismo público. “Hay consenso entre los especialistas de que en el trimestre mayo, junio y julio hay un 60% de probabilidad de encontrarnos en una fase Niño y una tendencia mayor al 70% se mantiene a lo largo todo año”, planteó lo que “da una idea de que las precipitaciones vuelven a nuestra región comportándose de forma nomal o superior a lo normal”, agregó.

Aunque también dijo que habrá un escenario de temperaturas más altas a las normales pero combinadas con probabilidades de heladas agrometeorológicas”, dos elementos determinantes para planificar la siembra.

Un mapa variado

La extensión territorial de Santa Fe y la diversidad de sus ambientes también se pone en juego a la hora de las recomendaciones de precampaña. Mientras en el norte a los productores les quedan pocos días para arrancar con la siembra de trigo, en el sur, la ventana se puede ampliar más allá del 20 de mayo, e incluso julio. En todos los casos, el agua es el elemento determinante, ya que la poca carga de los perfiles obliga a todas las áreas a repensar estrategias más ajustadas.

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“Agroclimáticamente tenemos más cercana la siembra, porque estamos en ambientes diferentes, somos extra pampeanos y nos parecemos más a Chaco, Corrientes que al resto de la provincia”, anticipó Ana María Brach de la EEA Reconquista, aunque también reconoció que todo el territorio provincial tiene un punto en común: los efectos que dejó el evento Niña sobre la región. “Venimos de un déficit hídrico y de los últimos 27 meses, 20 fueron deficitarios y siete de ellos, consecutivos”, afianzó.

Aunque el retroceso de La Niña y el avance de un Niño neutro cambió las condiciones en el último mes, las precipitaciones que se registraron no fueron uniformes. “Esto es clave porque en nuestra zona tenemos que decidir si sembrar o no trigo y estamos a 25 días de iniciarla”, advirtió.

>> Leer más: Las legumbres, socias oportunas para el trigo

Pero lo que mantiene en vilo a los especialistas no es sólo la ocurrencia de lluvias, sino esencialmente la escasa humedad de los perfiles, una situación que no se resuelve de un día para otro, incluso, puede terminar siendo contraproducente si se producen precipitaciones abundantes en poco tiempo que no permiten una buena infiltración.

En el norte santafesino las lluvias en un lote destinado a trigo cuyo antecesor es girasol en el primer metro de suelo actualmente hay 174 milímetros, es decir que tiene un 82% de la capacidad de almacenar agua cuando lo ideal sería comenzar la siembra con 200 milímetros. En tanto, en el lote ahora con soja en estadio R6, tiene solo un 58% de su capacidad con 116 mm acumulados. “Esto pertenece a los primeros 40 centímetros del perfil debido a que la recarga más abajo es más lenta”, dijo Brach.

Esto indica que como las lluvias no son suficientes “hay que hacer recomendación de siembra lote por lote”, indicó.

Por eso, para los productores que en el norte se animen al trigo, la especialista de Inta Reconquista señaló que “sólo se siembre trigo si hay agua en el perfil del suelo” y por lo tanto concluyó que “no todos los productores lo pueden hacer”, ya que lo recomendable sería contar con 370 mm acumulados y al menos 200 mm en el primer centímetro del suelo.

Al respecto Dickie explicó que el norte está en mejores condiciones respecto del agua útil. “En el sur de Santa Fe los porcentajes son menores a 30%”, explicó la meteoróloga y eso es porque en un área donde habitualmente se acumulan 1.000 milímetros, el año pasado hubo un 50% menos y en este 2023 “venimos con la misma tendencia de acumular menos agua que lo normal”, agregó.

La especialista de Reconquista, señaló que este año, “no habrá cambio de varietal en este contexto”, por lo cual “la principal variable para la siembra de trigo será elegir bien la fecha de siembra”.

Esa decisión apremia en el norte donde la ventana de siembra es más acotada por la temperatura. “Está entre el 20 mayo y no más allá del 15 junio”, dijo y aconsejó “no abaratar costos y utilizar curasemilla y fertilización de arranque”. Sobre este último aspecto, aconsejó hacer algunas correcciones mas allá de los 45 días iniciales que es cuando se termina de definir el macollo. “Si se consolida un año Niño y tenemos humedad habrá que ajustar la fertilización incluso luego de haber llegado al nudo”, ya que “el nitrógeno permitirá aumentar el número de granos y el porcentaje de proteína”, detalló Brach, quien puso énfasis en los efectos nocivos de que el cultivo soporte altas temperaturas, por la aparición de royas del tallo.

Centro santafesino

Lucía Rosetti, de EEA Rafaela, recurrió a una metáfora futbolística para explicar el proceso de arranque de la campaña triguera. “Hay muchas cosas que no tenemos y faltan 30 días para el inicio”, dijo y planteó que “si bien los productores tienen la variedad comprada, hay otras cosas que se pueden aceitar como la fecha o densidad de siembra, para tener un equipo bien armado para llegar al partido que sería la siembra”, dijo. Eso permitirá sortear problemas en el juego, como “malezas, insectos y enfermedades y tener un buen resultado final”, agregó.

En la zona del centro santafesino, el punto más importante a considerar es “la recarga del perfil previo”, apuntó la especialista al alertar que en esa área las precipitaciones son escasas. “En lo que va de marzo y abril tenemos 280 mm, de los cuales la gran mayoría cayó en marzo en solo dos días”, lo que reduce la efectividad de la infiltración.

Si vemos sobre un antecesor de soja o maíz de primera , el agua al metro de profundidad todavía no es la ideal, porque tenemos 118 mm en soja y 88 mm en maíz”, dijo y estimó que si aparecen más lluvias este mes y en mayo, estimadas entre 50 y 100 mm, “habrá que esperar para tener bien cargado el perfil”, aconsejó.

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En ese sentido, Rosetti explicó que la fecha de siembra es la que luego determina el período crítico del cultivo en su fase de desarrollo. “Tiene que ser la más favorable para tener menor riesgo de heladas que en la zona centro se ubican entre el 21 de septiembre y 12 de octubre”.

Para la especialista “la fecha de siembra condicionará mucho, y sabemos que temperaturas por encima de los 30 grados genera factores negativos sobre el peso del grano”, agregó.

Ante eso aconsejó “seleccionar variedades con buen comportamiento sanitario y buena calidad sumado a la protección de la semilla, también buena fertilización con previo análisis químico para determinar el planteo”.

El sur puede esperar

Aunque se trata de una zona más golpeada por la falta de agua, el sur santafesino tiene una chance de esperar para ver qué sucede. Amalie Manlla, especialista de EEA Oliveros explicó que a diferencia de la situación del norte, “la ventana de siembra que tenemos en el centro sur de Santa Fe es más flexible, podemos ir desde el 20 de mayo y esperar hasta fines de julio”. No obstante, el retraso se penaliza con menor kilo por grano.

“Para disminuir riesgos este año de incertidumbre, pese a que entremos en la fase neutral del Niño vamos a tener que planificar el día a día porque no sabemos hacia dónde irá ese fenómeno”.

Esto lo señaló en base a los pronósticos que también durante el conversatorio detalló la especialista de la AER Cañada de Gómez de Inta, María José Dickie, quien analizó el escenario meteorológico y planteó que las precipitaciones para todo el oeste de Santa Fe serían de normales a superiores y superiores en el NE. Sin embargo, la zona que incluye el sur de Santa Fe estaría dentro de lo que los meteorólogos denominan “región climatológica, donde las tres categorías (normal, igual o superior) tienen la misma probabilidad de ocurrir, “lo que suma más incertidumbre sobre el comportamiento de las precipitaciones en este trimestre”, dijo Dickie.

Con este dato, Manlla indicó que “este año para disminuir al máximo los riesgos, será necesario diversificar la fecha de siembra a través de la elección de cultivares”, aunque también reconoció que en esta campaña “está difícil conseguir semillas”.

La base es poco favorable. “Tenemos acumulado sólo 245 mm este año y 9 mm en el mes de abril, cuando un año cuasi normal a esta altura hay en el suelo unos 500 mm”, dijo Manlla y “vemos que el promedio en todo el centro sur de Santa Fe no llega a un 30% de lo que es la capacidad de agua útil”, indicó y “por más que llueva mucho no siempre el suelo podrá absorber todo y no se convierte en una lluvia efectiva”, aseguró.

Con ese escenario, es clave “manejo del ambiente, buen elección de cultivares para que sean estables en lo sanitario y frente a las heladas”, dijo la especialista de Oliveros, quien además remarco: “Hay que llevar un monitoreo frecuente y constante, porque eso dependerá el éxito o no de la campaña”.

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