Con precios altos en el mercado interno, una tipo de cambio competitivo tras la devaluación y clima favorable, la campaña agrícola 2023/24 avanza firme y con buenas perspectivas, más allá de los ruidos que puedan generar las versiones sobre un incremento de las retenciones a la exportaciones.
Buen clima y dólar alto le dan otro impulso a la campaña
Un informe elaborado por Juan Manuel Garzón y Franco Artusso del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea, señala que al cierre de noviembre, el porcentaje de agua útil en los suelos en relación al máximo posible sigue mostrando mejorías en buena parte del país. Puntualmente en la zona núcleo -sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y sureste de Córdoba- gracias a un ciclo más favorable de lluvias las reservas hídricas se encuentran en un rango de entre 60-80% de su valor máximo posible, siendo que no superaban el 10% en 2022.
Si bien en otras regiones del país no se observaba todavía una recarga importante de los perfiles (Santiago del Estero, norte / noroeste de Córdoba, norte de San Luis y sureste de La Pampa / suroeste de Buenos Aires), los pronósticos continúan siendo alentadores.
En el mercado, aunque a nivel internacional los futuros agrícolas sobre fines de noviembre venían cotizando por debajo de los valores de este año por, la presión de la sequía en el mercado interno elevó los precios por una menor oferta.
En ese punto, el Ieral detalló que en base a los granos comercializados hasta la fecha (ciclo 22/23), estacionalidades históricas y estimaciones de producción para el ciclo 23/24 (trigo y cebada), se estima que podrían entrar al mercado entre 4 a 6 millones de toneladas de soja, entre 6,5 y 8,5 millones de toneladas de maíz, entre 4 y 5 millones de toneladas de trigo.
Otro componente positivo viene por el lado del clima. Se instaló con fuerza El Niño y al cabo de noviembre el modelo de balance hídrico desarrollado por Inta, que mide el porcentaje de agua útil en los suelos en relación al máximo posible, sigue mostrando mejorías en buena parte del país respecto a similares fechas de 2022. En zona núcleo las reservas hídricas se encuentran en un rango de entre 60-80% de su valor máximo posible, mientras que no superaban el 10% en 2022.
En este contexto, “a futuro, el poder de compra interno de los granos dependerá de la evolución del tipo de cambio de exportación vis a vis la dinámica de la tasa de inflación y otras potenciales medidas que puedan tomarse, por ejemplo, derechos de exportación”, estimó Ieral y señaló que “las tasas de inflación muy altas, como las de los últimos meses y las que se anticipan para los próximos, deterioran rápidamente el poder de compra interno de los granos, si el tipo de cambio que rige para la exportación de commodities no acompaña la suba de los precios”.
Ieral explicó que si la tasa de inflación fuese del 15% en diciembre, el tipo de cambio de exportación debería ubicarse en torno a los $720 a fines de ese mes para conservar el poder de compra que muestran los granos hoy y si la inflación fuese del 20% mensual, el tipo de cambio de exportación debería ser de $750.
Las últimas medidas que implementó el gobierno de Javier Milei, ubicando el tipo de cambio oficial en el rango de los $ 820, aportan, a priori, una competitividad adicional a un sector que parece arranca el nuevo ciclo con un muy buen viento a favor.