La Red de Maíz Tardío (RMT) de Aapresid lleva 11 años generando información para el manejo de este cultivo que ha ganado protagonismo en los últimos años, sobre todo en la región central del país. Recientemente, la RMT publicó su informe anual con los resultados más relevantes de la campaña 22/23, donde se evaluó el comportamiento para diversas variables de un total de 18 híbridos sembrados entre el 29/11/2022 al 05/01/2023
El agua disponible al momento de la siembra explicó el 70% de los rindes de maíz tardío 22/23
Lo primero a destacar del informe es que la 22/23 resultó en una de las peores campañas de la RMT de los últimos 11 años en lo referido a rendimiento, con un promedio de 5.900 kg ha-1, cuando el histórico de la Red es de 8.500 kg ha-1.
Además de la escasez de agua, la campaña se caracterizó por temperaturas por encima de los 35º a finales del periodo crítico del cultivo y una helada significativa a mediados de febrero que afectó a varias regiones.
Una de las grandes sorpresas del Informe es que la disponibilidad de agua a la siembra explicó el 70% de los rendimientos, y otra buena parte estuvo determinada por las lluvias durante el ciclo del cultivo. “Esto lleva a replantearnos la idea de que con el tardío no debemos preocuparnos tanto por el agua ”, explican desde la RMT.
En zonas como el sur de Córdoba, donde se arrancó la siembra con porcentajes de agua útil superiores, mostraron rindes promedio de 7.300 kg ha-1, bien por encima de los 5.500 kg ha-1 obtenidos en zonas como el centro de Buenos Aires, que partieron de un perfil mucho menos cargado.
La elección del híbrido es otro factor a considerar: en los sitios bonaerenses, elegir bien el genotipo puede significar diferencias de 2.500 y 3.900 kg /ha-1 de rinde; mientras que en el sur de Córdoba esa elección puede significar entre 2.000 y 2.500 kg ha-1 de diferencial de rinde.
Muchas clavijas por ajustar en el manejo
En un panel ofrecido en el último Congreso Aapresid “C, elemento de vida”, se mostraron los aprendizajes de la red tras 11 años de trabajo de las RMT. Su coordinadora, Lina Bosaz, hizo hincapié en que queda mucho por seguir trabajando para identificar las variables de manejo y ambientales de mayor influencia sobre el rendimiento.
Al respecto, el experto de la Red Dr. Santiago Alvarez Prado (Conicet) advirtió que existen varias decisiones de manejo que se pueden optimizar. Por ejemplo, cuando se analizan los datos de 11 años, se observa que no da lo mismo sembrar en cualquier fecha, sino que es factible establecer una fecha de siembra óptima para cada genotipo, zona o ambiente. Lo mismo ocurre con la densidad de siembra.
En cuanto a fertilización nitrogenada surge otro dato interesante. Así como sucede con la importancia del agua para el cultivo, la disponibilidad de N no debe darse por sentada. “Suele asumirse que las mayores temperaturas aumentan la mineralización y el N disponible, pero los datos muestran que los productores se están quedando cortos en el aporte de N en un 38%, y que es necesario ajustar dosis. En este sentido, es fundamental sumar datos ambientales, ya que vemos que el ambiente tiene fuerte incidencia en el impacto de esta variable”, concluyó Alvarez Prado.