La exportación de aceite y subproductos de girasol tocó máximos de 18 años. El estrés de oferta proyectado para la campaña mundial 2024/25 dio impulso a los precios. En Argentina, pese a los despachos récord al exterior, la molienda de girasol se mantiene estable. Así lo señala un informe de los economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario Matías Contardi y Emilce Terré.
Las exportaciones del complejo girasol, en el máximo de 18 años
Las ventas al exterior de aceite y subproductos crecen por la falta de oferta a nivel mundial. En cambio, la demanda interna no despega
La cosecha de girasol presenta buenos resultados.
A partir del segundo trimestre de este año, las cotizaciones internacionales por aceites vegetales empezaron a intensificar su tendencia alcista, hasta alcanzar los valores más altos en un año y medio.
“El escenario mundial de aceites vegetales presenta una dicotomía muy marcada, entre una reducción de oferta por girasol, colza y palma y un récord de suministros por soja”, señalaron los economistas.
En este contexto, el precio FOB de aceite de girasol argentino escaló un 45% desde principios de año. La producción de girasol a nivel mundial retrocedería casi 10% en la campaña 2024/25, con Rusia y Ucrania explicando la mayor parte de estos recortes. Estos países representan, además, el 70% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol.
Por el lado de la soja, aunque las perspectivas productivas exhiben niveles récord para la campaña 2024/25, la comercialización de aceite mantiene una dinámica distinta entre los principales exportadores. Argentina encabeza la lista de principal exportador mundial. La mayor parte de la producción va al mercado externo.
Sin embargo, tanto en Brasil como Estados Unidos el aceite de soja es altamente disputado también por el mercado interno, principalmente en función de la elaboración de biocombustibles, más allá del consumo de aceite vegetal.
Por lo tanto, el saldo exportable de aceite de soja es especialmente sensible a los cambios en las reglamentaciones locales de mezcla de biodiesel sobre la matriz energética de cada región.
El informe de la Bolsa señala que una situación similar enfrenta la palma en los países asiáticos, principalmente sobre Indonesia, donde una intensa política nacional de biocombustible “absorbe cada vez más oferta de aceite vegetal como input principal para la elaboración de biodiesel”.
Así, entre enero y agosto, la exportación de aceite de palma desde Indonesia recortó 3,25 millones de toneladas con relación al año anterior, dejando un saldo exportable global de 2 millones de toneladas por debajo del promedio para el último quinquenio.
Mercado ajustado
En este contexto, Oil World proyecta que para la campaña 2024/25 las exportaciones de aceites vegetales llegarían a un mínimo de tres años, cayendo en 1,3 millones de toneladas respecto de la campaña pasada. Esto se explica, principalmente, por el retroceso productivo en la región del Mar Negro.
Esta situación se trasladó al precio de los aceites vegetales, que cotizan muy por encima de los valores vigentes a comienzos de año.
Esta coyuntura puede verse reflejada en las cotizaciones FOB de aceite de girasol argentino, que acumula un aumento de 45% desde comienzos de este año y tocó máximos desde febrero del 2023.
Una tonelada FOB de aceite de girasol cotiza en torno a u$s 1.140, cuando recién en mayo se llegó a perforar el techo de los u$s 900.
La dinámica del mercado externo por el aceite de girasol condicionó la dirección de la oferta local, aunque la elaboración industrial de aceites y subproductos no se muestre muy alejada de guarismos normales.
Demanda interna
En lo que va de la campaña 2023/24 se procesaron 3,2 millones de toneladas de girasol en la industria local, ligeramente por encima del promedio del último quinquenio.
“Al mismo tiempo, la dinámica macroeconómica argentina y la escalada en los precios internacionales se conjugaron para redireccionar la oferta de derivados de girasol hacia el resto del mundo”, señalaron los economistas de la Bolsa.
Desde enero a octubre se exportó el 70% de la producción en plantas industriales de subproductos y aceite de girasol, esto es 13 puntos por encima del promedio y la proporción más alta desde el año 2006 para la misma altura del año.
Con 989.000 toneladas de aceite y 961.800 toneladas de subproducto, la exportación de los principales ítems del complejo girasol hasta octubre llegó a máximos de casi dos décadas, y apenas 80.000 toneladas menos que durante la campaña 2005/06.
En línea con lo anterior, el volumen registrado por Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) a la segunda semana de noviembre acumula 1 millón de toneladas de aceite y 1,1 millón de toneladas de subproductos, sumando un récord de negocios de exportación.
La fortaleza del programa exportador le aportó vigor a la demanda por girasol sobre el mercado local y sostuvo la operatoria, aunque en el cuadro general las compras domésticas aparecen rezagadas con relación a la oferta disponible.
A la primera semana de noviembre, las compras totales por girasol sobre el mercado interno llegaban a 2,6 millones de toneladas, lo que representaría el 70% de la producción estimada para este año (3,7 millones de toneladas).
Si bien es una proporción cercana al último trienio, corre 11 puntos porcentuales por detrás del promedio para la última década.
Panorama a futuro
Dado el contexto actual de la comercialización por girasol, se desprenden tres puntos clave para analizar la dinámica de la operatoria desde aquí hasta el fin de la campaña:
- Aún quedarían muchas toneladas para hacer frente a la demanda local.
- Mientras la exportación conjunta de aceite y subproductos de girasol está 45% por encima del promedio de la última década, el procesamiento industrial solo se encuentra un 16% arriba del último decenio y en línea con el último par de años, por lo que el amesetamiento del consumo doméstico compensó parcialmente el incremento exportador.
- Ya se cumplió con el 96% de las ventas al exterior registradas para exportaciones de derivados.
En referencia a este último punto, hacia mediados de noviembre se ha cumplió con el 96% del total de las toneladas registradas en declaraciones juradas hasta la fecha.
Durante la primera quincena de noviembre, según la agencia marítima Nabsa se habrían embarcado 82.214 toneladas de derivados correspondientes al complejo girasol. Así quedarían por cubrir 88.000 toneladas de aquí hasta que finalice el 2024.
“Aunque no de forma regular, ya se pueden empezar a ver las puntas FOB demandadas y ofrecidas para el aceite de girasol argentino 2024/25, las cuáles promedian los u$s 1.180 por toneladas”, señalaron desde la Bolsa.
Esta situación explica en parte el salto de los compromisos por mercadería nueva, y el anote de girasol nuevo durante octubre fue el tercer volumen más alto en 20 años. A la primera semana de noviembre ya se habrían comprometido 401.000 toneladas de girasol 24/25, el volumen más alto en tres años.
Así, el ritmo de operatoria por la campaña que viene se sumó a los contratos por la mercadería ya en stock, dejando un volumen operado en octubre muy por encima de cualquier mes del año hasta enero.