Combatir las malezas y las enfermedades que afectan a los cultivos son dos de las temáticas que desvelan a los productores agropecuarios y a los profesionales del sector. El ranking de temas inquietantes se completa con cómo promover el crecimiento de las plantas, cuidando el ambiente. De cara a la nueva campaña se inicia el camino para ponerse al tanto de las últimas novedades técnicas y de la industria, y para este ciclo las hay.
Malezas y enfermedades: cómo prepararse para la campaña
La llegada de nuevas herramientas para el control de malezas y de enfermedades invita repensar el manejo de los cultivos. La importancia de los bioinsumos
Por Patricia Martino
El fitopatólogo Marcelo Carmona; el director científico de Indrasa, Gustavo González Anta, y el especialista en manejo y control de malezas del Inta Paraná, Marcelo Metzler expusieron sobre las tendencias para este año durante el encuentro “Decisiones con peso: 3 razones para potenciar tus toneladas” que llevó adelante Basf en el Centro de Convenciones de Córdoba para presentar en sociedad sus tres flamantes innovaciones para el productor.
La apertura del encuentro estuvo en manos de Carmona, quien recordó que durante muchos años las enfermedades de fin de ciclo tuvieron un lugar protagónico en Argentina. Ahora las cosas cambiaron, ya que Bolivia, Brasil y Paraguay están teniendo este problema.
“En los últimos años en nuestro país han crecido los hongos, seudohongos que son de muy difícil manejo y ya no hay más nada que hacer cuando aparece esta problemática. Los 17 millones de hectáreas del cultivo de soja atraviesan las llamadas enfermedades de fin de ciclo y es donde más tenemos experiencia en este grupo de enfermedades complejas que dejan pérdidas del 10%, dependiendo de la campaña, algo que no sólo afecta al rendimiento sino al peso y la calidad de la semilla”, señaló y agregó que las principales tienen que ver con patógenos que sobreviven en el rastrojo y en la semilla.
Las herramientas químicas son una forma de protegerse de los patógenos pero la gran recomendación es el manejo integrado, y la rotación de cultivos es fundamental. “El tratamiento de semillas, la elección de semilla tolerante o resistente y la rotación de cultivos, además del fortalecimiento integral de la planta son los pilares del control, y muchas de estas decisiones son antes de la siembra. Posteriormente tendría que haber una intervención química si esto no es suficiente o no ha sido del todo bien aplicado”, indicó.
Carmona que recordó que esas medidas químicas en los últimos 20 ó 24 años han utilizado las mismas moléculas y mezclas. Se refirió a la estrobirulina con triazol. En estas mezclas clásicas, dijo, se ve una caída de la eficacia. Cuando nacieron el control era del 60% y hoy apenas llega al 20%. “Podemos decir que hay una pérdida que no es contabilizada, un costo oculto, uno cree que está ganando porque aplicó un fungicida y saca un 20 ó 30% pero si hubieran mejorado algunos aspectos podría estar obteniendo una mayor rentabilidad, utilizando correctamente los fungicidas”, relató el especialista.
Mencionó que algunos técnicos y productores se arriesgaron a utilizar carboxamidas. Es un bajo porcentaje, se estima un 7 u 8% de la superficie aplicada, pero el principal enemigo de la cercóspora no es sensible a las carboxamidas y por eso está apareciendo ,a pesar de las aplicaciones en el cultivo de soja. “Es necesario innovar y pensar en nuevas alternativas, y cuantificar los costos ocultos”, precisó.
Lanzamientos
En el marco del evento se presentaron las novedades que conectan la innovación que ofrece Basf con las necesidades de los productores locales. Melyra es un fungicida que combina Revysol (mefentrifluconazol), una nueva molécula innovadora, con F500 (pyraclostrobin), y se destaca por brindar mayor productividad y control de enfermedades menos sensibles a otros triazoles o mezclas como en cercóspora kikuchii. Desde Basf aseguran que su uso se traduce en más kilos por hectárea para el productor. “Se destaca por combinar una nueva generación de triazol, cuya molécula flexible optimiza el rendimiento del producto. Cuenta ya con su registro para soja y a futuro se ampliará a maíz, trigo, cebada, maní, citrus, algodón y vid”, contó Juan Pérez Brea, gerente de cultivos de soja de la división Soluciones para la Agricultura de Basf.
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Explicó que el nuevo producto “controla cepas de patógenos que triazoles hoy no están contralando”. Brea comentó que a campo este novedoso triazol tiene una capacidad de adaptarse y entregar control, y el cultivo sale limpio.
Carmona apuntó que cada vez que hay una nueva molécula tiene que ser bienvenida y esta inversión “resucita al grupo de triazoles que había caído en desgracia”. La última molécula fue en el 2000. Hubo más de 20 años en que no apareció ninguna molécula. “Esta molécula Revisol con Melyra viene a quedarse y nos muestra que se puede acompañar a otros fungicidas que no perdieron efectividad”, resaltó.
La batalla contra las malezas
El experto en manejo y control de malezas del Inta Paraná mostró la dinámica de las malezas en Argentinas. “Cuando vemos el mapa de malezas vemos que año a año se va oscureciendo cada vez más, y en las 17 millones de hectáreas de soja que tememos está encabezado por el amarantus”, puntualizó.
Para el control de malezas se observa que hay pérdida de eficacia. Por ejemplo, en el manejo de amarantus se ve en algunos casos de uso reiterado de “buenas herramientas”. En ese sentido, subrayó: “Lo que se viene es resistencia a varios modos de acción”.
Metzler explicó la diferencia entre resistente y tolerancia. Sobre esta última dijo que se trata de una maleza que nunca fue susceptible de un herbicida mientras que resistente se trata de biotipos que antes era muy susceptibles a la herramienta. En este escenario, Basf presentó Voraxor, un nuevo herbicida para presiembra con alta eficacia en la desecación de las malezas de hoja ancha,que brinda gran velocidad y contundencia de control, y con persistencia comprobada, lo que retrasa la necesidad de aplicaciones posemergentes. En su composición presenta un ingrediente activo novedoso, con aportes positivos para el manejo-antiresistencia en malezas de hoja ancha en soja, maíz, trigo, cebada, y maní.
Brea contó que “el producto es presiembra y lo posicionamos como un PPO residual con excelente desecación, con persistencia en el cultivo que nos permite establecer un cultivo limpio y que después tengamos que trabajar sobre un escapa pero no una gran población al inicio del cultivo”,
El poder de los microorganismos
Durante el encuentro se habló de los bioinsumos, teniendo en cuenta que la apuesta mundial es el manejo es biointegrado. González Anta habló de que se transita una época en la que los consumidores piden productos más amigables con el medioambiente y productos trazables. “La microbiología agrícola nos da una mano desde el punto de vista de la percepción del mercado, del impacto del cambio climático y el estrés abiótico”, expresó.
El investigador aclaró la diferencias dentro de los biológicos. “Hay dos grandes grupos, uno que tiene que ver con biofungicidas y biopesticidas, y otro con biofertilizantes y bioestimulantes”, indicó. A nivel mundial, el crecimiento en los últimos 15 años está por encima del 10% y en Argentina se respeta el mismo índice de crecimiento en los planteos intensivos.
En el marco de la charla, Basf presentó HiCoat Dry. Se trata de es un nuevo inoculante sólido para aplicar en soja. Resulta una importante innovación en inoculación, desarrollada en Argentina (ver página 3).