“Perdidas masivas de producción en la región núcleo”. De esa manera y como una clara señal de alerta comienza el reporte semanal de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario. No es para menos. En la zona, con un escenario normal en términos climáticos se esperaban producir 19,7 millones de toneladas de soja. Los primeros días de febrero ese número ya se había recortado a 10,4 millones por efecto de la sequía y arrancando marzo se estima que se recolectarán apenas 6,5 millones de toneladas. Un número determinante para la campaña gruesa a nivel nacional ya que se trata de la región productora de la oleaginosa por excelencia.
Pronostican "pérdidas masivas" de producción en la región núcleo
Los efectos de la dura sequía que aún persiste en el país se convirtió en los últimos meses en un tema excluyente de la agenda pública. Es por eso que el gobierno nacional, que ya empezó a sentir la merma de ingresos en la recaudación por la caída de los derechos de exportación, a fines de enero adoptó un paquete de medidas de asistencia, tanto crediticias como fiscales, que respaldaron las herramientas contempladas en las emergencias agropecuarias que la Nación fue validando sin cortapisas en cada provincia que la solicitaba.
Sin embargo, la respuesta fue insuficiente para algunos sectores del campo. Mientras la agroindustria avaló la gestión que lleva adelante el Ministerio de Economía que conduce Sergio Massa, desde la mesa de enlace -un entente tradicionalmente opositor al gobierno del Frente de Todos- convocaron a una asamblea de productores con una grilla de reclamos que tuvo a la sequía como punta de lanza, pero que incluyó además otros aspectos vinculados a sus críticas hacia el modelo económico, entre los que se destacan la modificación del tipo de cambio o la eliminación de las retenciones.
Sobre ese punto, desde Santa Fe, si bien respaldaron las críticas chacareras, considerando que son un sujeto histórico clave en el entramado productivo provincial. También recordaron que el territorio se vio especialmente afectado cuando el gobierno de Cambiemos decidió eliminar la coparticipación de los derechos de exportación que venían a través del fondo sojero.
En concreto, la convocatoria de Federación Agraria Argentina (FAA) que se realizó en Villa Constitución fue menor a la esperada y mostró grietas al interior del nucleamiento de la mesa de enlace. Desde la conducción señalaron que “se divierten con nosotros en el gobierno y la oposición” para evitar mostrar un posicionamiento partidario que viene siendo cuestionado. Pero desde las bases subieron la apuesta y cuestionaron la posición dialoguista de los dirigentes. Aunque de todos modos, no reinó una voluntad masiva de movilización. Por eso es que las entidades se declararon en estado de “alerta y movilización” a la espera de respuestas oficiales con una fecha concreta: el 13 de marzo, después de Expoagro, la muestra del campo que arranca la semana próxima.
La primera de las megaferias agropecuarias será un termómetro del sector y se podrá comprobar de primera mano el humor de los productores, su capacidad financiera para paliar los efectos de la sequía y las demandas más concretas.
Los números de la gruesa que ya empiezan a despuntar son poco alentadores. Según GEA, en soja, el recorte es de casi 4 millones de toneladas en el área núcleo respecto a un mes atrás. Además hay un millón de hectáreas perdidas y el rinde promedio pasó de 24 qq/ha a 18,2 qq/ha. Con lo cual sólo se cosechará la tercera parte de lo que se esperaba a principios de la campaña. En febrero se desmoronó también al maíz tardío, cuyo rinde promedio pasó de 72 qq/ha a 48 qq/ha.
Pero la situación no tiene piso. “No hay lluvias a la vista que permitan acotar un número definitivo a la cosecha”, indicó GEA y planteó que “la situación es muy grave y puede aún empeorar más”.
“Por el momento, se estima que la cosecha sólo será el 33% de lo que se esperaba a principios del ciclo. Respecto al año pasado, que se consideraba la peor campaña desde el 2008/09 con 13,5 millones de toneladas, el ciclo 2022/23 dejaría incluso sólo la mitad de ese volumen de soja”.
Por la falta de agua se dejó de controlar malezas y plagas en los lotes de soja de segunda y en los sembrados sin cultivo antecesor (de primera) que por la falta de humedad no se pudieron sembrar hasta los últimos 10 días de enero. “Este es un nivel de pérdidas histórico para la región del que no se tiene registro. En los últimos 15 años, la última campaña con el mayor nivel de perdidas fue la 2016/17 con casi 400.000 hectáreas”, agregó. Respecto del maíz tardío, el 17% del maíz está perdido y el 85% está de regular a malo.
En tanto, en la provincia, bajó un 30% la producción de girasol en el centro-norte en esta campaña respecto de la del año pasado, de acuerdo a los números finales del ciclo de la oleaginosa, que llegó a las 183.000 toneladas, informó el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, el cual indicó que respecto del maíz temprano, esta semana hubo un lento avance de cosecha por algunas lluvias.
“Hasta ahora el grado de avance fue del 30%, con un progreso intersemanal de 5 puntos y un retraso 10 en comparación con la campaña pasada, pero los resultados obtenidos no variaron, ya que continuaron siendo muy bajos o bajos, en particular en los departamentos del norte y centro del área de estudio”. Se habla de rindes promedio con mínimos de entre 5 y 9 quintales por hectárea y máximos que fluctuaron entre los 46 y 50 quintales.
No se avizora una mejora en el corto plazo. Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se observan “temperaturas sobre lo normal, acompañadas por precipitaciones irregulares que volverán a dejar al área agrícola principal de Argentina y Uruguay con escasos aportes”. Todo mientras “los cultivos se encuentran definiendo rendimientos”. La entidad detalló que durante la última semana la cosecha de maíz con destino grano comercial se concentró sobre Entre Ríos y Santa Fe. “La condición hídrica regular/sequía se presenta en el 63,3 % de los cuadros”.