El agujero en la capa de ozono que existe sobre la Antártida parece estar cerrándose lentamente, informan investigadores británicos y estadounidenses en la revista Science.
El agujero de ozono en la Antártida se está cerrando
Unas tres décadas después de que se prohibieran los químicos que destruían el ozono hay indicios de que ha comenzado un proceso de regeneración y que la capa se está estabilizando.
El año pasado los expertos se habían mostrado frustrados por la enorme extensión del agujero. Sin embargo, el nivel récord de amplitud se debió también a la erupción del volcán Calbuco en Chile, descubrieron ahora los científicos.
El equipo en torno a Susan Solomon, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Cambridge, Massachusetts) estudió el grosor de la capa de ozono sobre la Antártida en el mes de septiembre desde 2000 a 2015. Descubrieron que entre 2000 y 2015 el agujero se redujo en más de cuatro millones de kilómetros cuadrados, una superficie mayor a la de la India. El día en que se supera un determinado tamaño del agujero se ha ido postergando año a año, escriben los expertos. Además, pudieron demostrar que la reducción del agujero es atribuible en más de un 50 por ciento al retroceso de los químicos que lo provocan.
Los científicos descubrieron a principios de la década de los 80 los primeros signos de un agujero en la capa de ozono en la estratósfera —entre 10 a 50 kilómetros de altura—. En 1985 informaron de ello en la revista Nature. Pronto fue evidente que los clorofluorocarbonados (CFC), que se usaban en la industria de la refrigeración y de propelentes de aerosoles, eran los responsables de este proceso.