La relación entre Alemania y Turquía, un país clave en la estrategia europea para resolver la crisis de refugiados, sufrió ayer un terremoto diplomático cuando el Parlamento en Berlín aprobó casi por unanimidad una resolución que considera genocidio la masacre sufrida por los armenios hace 100 años en el Imperio otomano. Todos los diputados del Bundestag, a excepción de un voto negativo y una abstención, apoyaron la resolución pese a las advertencias que venía lanzando Turquía. El gobierno en Ankara reaccionó de inmediato llamando a consultas a su embajador en Berlín y alertando de que la medida "influirá seriamente" en las relaciones bilaterales. La palabra genocidio figura así ya en el título de la resolución impulsada por el partido opositor Los Verdes y consensuada con las tres fuerzas que forman el gobierno: la Unión Cristianodemócrata CDU de la canciller Angela Merkel, su versión bávara (CSU) y los socialdemócratas (SPD). El texto concluye que el destino de los armenios "ejemplifica la historia de exterminios masivos, limpiezas étnicas y genocidios que el siglo XX registró de forma tan horrenda". También reconoce la complicidad del Imperio alemán, que no buscó frenar la masacre pese a ser aliado en ese entonces del Imperio otomano.
El Bundestag reconoció el genocidio del pueblo armenio
La reacción de Turquía fue fulminante. El gobierno en Ankara llamó de inmediato a consultas a su embajador en Berlín y el presidente Recep Tayyip Erdogan insistió en sus advertencias: "La decisión tomada por el Parlamento alemán influirá de un modo muy serio las relaciones entre Alemania y Turquía". Más extrema fue la respuesta del ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, que vinculó la resolución al pasado nazi de Alemania: "Primero quemas judíos en el horno y luego vas y difamas al pueblo turco acusándolo de genocidio", dijo.
El Imperio otomano asesinó a hasta 1,5 millón de armenios cristianos en la Primera Guerra Mundial, según las estimaciones, sospechando que pactaban a escondidas con la también cristiana Rusia, su rival en la contienda. Turquía, sucesora del imperio, lamentó lo ocurrido, pero rechazó siempre que denominarlo "genocidio". Sin embargo, una veintena de gobiernos, incluyendo los de Francia, Italia y Rusia, designaron oficialmente como "genocidio" las matanzas. El Papa Francisco calificó lo ocurrido a los armenios como "el primer genocidio del siglo XX".