Atravesada por la cuarentena, la cosecha de granos gruesos empieza a tomar fuerza en el país. La logística es por estos días el principal desafío para los productores, muchos de los cuales optaron por el almacenamiento en campo (silobolsas) para disminuir el tránsito de camiones y evitar el desborde de la capacidad en acopios, generado por el importante volumen que muestra esta campaña, que lleva un nivel de recolección similar al ciclo previo. Según las estimaciones oficiales a nivel nacional se lleva recolectado un 15% del área del cereal y un 5% de la oleaginosa.
La cosecha gruesa avanza y el coronavirus afecta la logística
En la zona núcleo, los primeros informes muestran que el maíz alcanzará un nivel récord de producción con 15 millones de toneladas, mientras que se prevé una cosecha menor en Buenos Aires y La Pampa; y la soja en la zona expresa gran diversidad de rindes en función de las áreas. Los promedios “podrían ser menores a los esperados”, detalló la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario.
En este contexto, donde las dificultades de traslado y almacenaje sumarán más costos a la cosecha gruesa, el buen volumen y un mejor escenario de precios _o al menos un freno en la caída_ permitirán compensar la situación financiera del sector, que al final del ciclo se encontrará con una gran rentabilidad. “La soja y el trigo se recuperaron en los mercados internacionales en la última semana, de la mano de la estabilización en las plazas financieras a nivel mundial”, detalló un informe de la Bolsa local elaborado por Bruno Ferrari, Javier Treboux y Emilce Terré.
También señaló que “la última semana trajo alivio en los mercados de granos a nivel mundial que, salvo excepciones, recuperaron gran parte de las profundas pérdidas sufridas desde comienzos de marzo”, todo esto debido a que la mejora en las plazas financiaras. “El S&P 500, por caso, experimentó un rebote de 17% en la semana, tras el anuncio de un paquete de estímulo fiscal del gobierno de los Estados Unidos por u$s 2 billones”, detallaron los especialistas e indicaron que a su vez, “algunos indicadores comienzan a mostrar una tendencia a la normalización de las actividades en China”.
Según el equipo de análisis de mercados de Fyo, “desde que se conoció el primer caso de coronavirus a principios de enero, el índice de commodities, que agrupa a 19 materias primas, cayó casi un 35% cuando en epidemias anteriores la baja fue mucho menor (en el orden del 10%)”, y según estimó, “el peso de las restricciones cayó sobre el mercado de maíz”.
Desde Fyo explicaron que los compromisos de los exportadores argentinos suman unos 2,6 millones de toneladas de maíz a embarcar hasta mediados de abril, para lo cual necesitan unos 4.800 camiones diarios frente a los 1.200 que ingresaron en promedio en la última semana. “Las dificultades logísticas podrían intensificarse con el correr de los días y también las consecuencias en todo el mercado y la cadena comercial”, dijo Fyo. También que “la soja podría favorecerse porque muchos priorizan su cosecha en detrimento del cereal y, a nivel internacional se observó un intento de recuperación de la mano de potenciales problemas de oferta por las restricciones en Sudamérica”.
En ese marco, según GEA, el trigo puede convertirse “en una luz al final del túnel” ya que “podría volver a ser un cultivo fundamental para hacerse de recursos en un año con tanta incertidumbre financiera”, favorecido por pronósticos de un otoño con lluvias normales.
Cosecha trabada
GEA indicó que “la actividad de cosecha en medio de la cuarentena desató un combo de dificultades en el traslado y el almacenaje que está dejando muy en claro que el costo que tendrá esta cosecha será muy diferente del que se planificaba hace un mes atrás”. Frente a esto, “la estrategia que se está siguiendo es tratar de almacenar por ahora el grano en silobolsas para disminuir el tránsito y el ingreso a las ciudades”.
De todos modos, la cosecha toma impulso. “El volumen de la mercadería es muy importante en el sur de Santa Fe y oeste de Córdoba y está desbordando la capacidad logística que está limitada ante estas circunstancias”, agregó.
Las labores de cosecha del maíz temprano, que comenzaron a fines de febrero, alcanzaron un avance del 15% sobre una superficie sembrada cercana a las 9 millones de hectáreas de maíz para todos los usos, según los datos del Ministerio de Agricultura, similar al ciclo previo pero bastante por detrás del 21,4% de la campaña 2017/18.
Según datos de GEA en la zona núcleo se sembró casi un 10% más de maíz que el año pasado y se estima una cosecha récord de 15 millones de toneladas, cuando se lleva recolectada un 45% del área, muy por encima del nivel nacional. “Se trata de la siembra más importante de la región”, indicó el reporte. El rinde promedio es de 106 qq/ha aunque en el sudeste de Córdoba se registraron las mayores marcas con picos de 152 qq/ha. En el centro sur de Santa Fe también se destaca con zonas de 150 qq/ha como en Carlos Pellegrini,
En cambio, la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca (Bcpbb) estimó para la actual campaña una producción de 5,56 millones de toneladas de maíz, 10% menor que la anterior y con un rinde promedio por hectárea de 6.300 kilogramos en el oeste, suroeste, centro y sur de Buenos Aires y un sector de La Pampa.
En tanto, la cosecha de soja comenzó en el país y en la región con rindes muy variados que, según GEA, van de 28 a 53 qq/ha y hacia el sur este de Santa Fe y norte de Buenos Aires se marca la variación de rindes en función de la calidad de ambiente, lluvias ocurridas y presencia de napa. En las mejores zonas, las menos maltratadas por la falta de agua, “los rindes entusiasman”. En el centro sur de Santa Fe, que lleva el mayor progreso, están los mejores resultados: los promedios van de 47 a 50 qq/ha.