Las lluvias registradas durante la última semana permitieron mejorar los estados hídricos del trigo en zonas agrícolas afectadas por una severa sequía y crecen las expectativas de que en los próximos días se registre una mejora en la condición de los plantíos, según un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. No obstante, la entidad consideró que a causa de “las limitaciones de crecimiento que ha sufrido en lo que va del ciclo, se prevén mermas irreversibles sobre el potencial de rinde de la cosecha”.
La lluvia trajo algo de alivio para los cultivos en la región núcleo
Tras varios meses sin lluvias significativas, se produjeron precipitaciones considerables en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y en el norte bonaerense que permitieron al cereal mejorar su estado hídrico, por lo que se espera que “en el transcurso de los próximos días responda con mejoras en el estado general del mismo”, señaló.
Más allá de esta mejora en la zona nucleo, en el norte del país las lluvias fueron escasas o nulas y esto agravó el déficit hídrico que afecta a esa región. Así, en el NEA y el NOA, donde el 71% y el 46% del área implantada respectivamente ya han superado el estadío de macollaje, “casi no se han registrado lluvias en esta semana y a medida que pasan los días disminuye la capacidad de recuperación del cultivo”.
Por su parte, el sur del área agrícola, donde las lluvias fueron más constantes y significativas desde que comenzó la campaña triguera, estas nuevas precipitaciones le dieron al trigo “un nuevo impulso de crecimiento y de recuperación del golpe de las heladas”.
Por el lado del girasol, la siembra avanzó dos puntos porcentuales durante la semana y se alcanzó a sembrar el 9,9% de las 1,5 millones de hectáreas estipuladas para el cultivo. A la fecha, el retraso respecto a la siembra de la campaña anterior se ubica en 19 puntos porcentuales, debido principalmente a la falta de lluvias en el NEA.
“Dado que el frente de tormenta abarcó al centro y sur del área agrícola nacional, con apenas algunos focos aislados en el NEA, la actividad en esta zona continúa demorada”, indicaron desde la entidad.
Por tal motivo, la continuidad de los trabajos de implantación en esta región “queda sujeta a los pronósticos de lluvias”, que si no se concretan “podría sufrir una nueva reducción de área estimada, que también impactará sobre nuestra actual proyección nacional de superficie”.
Precios
Un dato interesante de estos días tiene que ver con que los futuros de la soja en Chicago se mantienen en los niveles más elevados de los últimos dos años y medio, informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Los contratos de la oleaginosa se pacta en torno a los u$s353,7 la tonelada para septiembre hasta u$s355,3 (noviembre), el punto más alto desde fines de febrero de 2018, mientras el aceite de soja en u$s743,6 (para octubre). El valor del maíz, en tanto, mejora hasta u$s 137,8 por tonelada (posición septiembre) y u$s 141,2 (posición diciembre), debido a la expectativa de renovadas compras de China por el cereal estadounidense. A su vez, los contratos de trigo se ubican en u$s 208,7 (marzo de 2021), impulsados por compras técnicas, indicó la Bolsa de Rosario.
Por otra parte, la entidad local analizó el avance de la comercialización de soja en el primer cuatrimestre de la campaña 2019/20. La oferta nueva considerando la producción local y las importaciones a julio suman 52,94 millones de toneladas, un 9% por debajo del total del año anterior, con las mayores importaciones compensando la caída de la producción.
Del lado de la demanda, las dos principales fuentes de absorción para la oleaginosa son la exportación de poroto sin procesar y la industria aceitera, que adquiere el grano para la producción de harina, aceite y otros derivados, sea para volcar al mercado interno o, mayormente, al mercado exterior.
En relación al crushing el procesamiento del primer cuatrimestre de la campaña actual, según datos oficiales, ha caído en cerca de 1,7 Mt respecto al año anterior a 14,87 millones de toneladas. Para los últimos 8 años, éste resulta el volumen más bajo, sólo superando a la fatídica campaña 2018 cuando una feroz sequía diezmó la producción de soja en Argentina. Si se toma el volumen de crushing respecto a la oferta nueva para el primer cuatrimestre, este 2020 se estaría por segundo año consecutivo en 28%, la participación más baja en casi una década y dos puntos porcentuales por debajo del promedio de los últimos 5 años, indicó la BCR.
La exportación de harina de soja, en tanto, resulta el segmento del complejo sojero que más ha sufrido en la campaña actual, con una baja cercana al 20% en volumen respecto del mismo período del año anterior. Según el Indec, entre abril y julio de 2020 se embarcaron 9,27 millones de toneladas, en tanto que en el mismo cuatrimestre del 2019 los despachos totales alcanzaron los 11,45 Mt. El rebote del precio de exportación del subproducto, sin embargo, compensó parte de la caída y en valor las exportaciones de harina cayeron un 13% a u$s 2.990 millones, el menor valor para el mismo período desde el año 2008.
En sentido opuesto, el fuerte golpe al mercado energético que significó la pandemia hundió la demanda de biodiesel. La mayor disponibilidad de aceite mejoró su competitividad en el mercado externo y, con India a la cabeza, los despachos de aceite de soja al exterior en el primer cuatrimestre de la campaña subieron un 18% a 2,37 millones de toneladas, el segundo mayor volumen en la historia, sólo por detrás de los 2,38 Mt embarcados entre abril y julio de 2015. El valor de las exportaciones netas de poroto y aceite de soja lograron compensar el menor ingreso de divisas por exportación de harina, con lo que las exportaciones netas de las principales partidas del complejo facilitaron un ingreso de divisas de u$s 5.530 millones en el primer cuatrimestre de la campaña 2019/20, casi sin cambios respecto a los u$s 5.368 de ventas al exterior en el mismo período del año anterior, aunque se mantiene por debajo del promedio de los últimos cinco años.