Tras su habilitación para funcionar semanas atrás, las fábricas de maquinaria agrícola retomaron su actividad con grandes expectativas de poder concretar las ventas que quedaron pendientes antes de la cuarentena por el Covid 19, y también de generar nuevos negocios. El oscuro panorama que pinta la pandemia podría aclarar si se atiende el reclamo del sector de un financiamiento acorde, y lógicamente, al éxito de las cosechas.
La maquinaria agrícola, atenta a los créditos y a la cosecha
Por Lizi Domínguez
Freno. “Con la cuarentena perdimos el 35% de las ventas”, dijo Cestari.
Sólo estas últimas se vienen dando, y es acaso lo que mantiene “el buen estado anímico del productor, del contratista, que es fundamental; no lo veo desanimado sino muy por el contrario; sólo falta un buen crédito”, destacó Néstor Cestari, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma).
Desde la implementación de la cuarentena, el rubro estuvo totalmente paralizado. Con la licencia del gobierno nacional para volver a funcionar en el marco de la ampliación de actividades para reactivar la economía durante el período de aislamiento obligatorio, las empresas se reincorporaron al trabajo “con el 100% del personal, aunque ello no quiere decir que esté al 100% de su ocupación”, aclaró.
Al respecto remarcó que las fábricas de maquinaria agrícola están funcionando con estricto protocolo de trabajo basado en normas sanitarias de prevención. Además, “se han hecho turnos de trabajo distintos para que la gente esté más separada, haciendo pie en la higiene, fumigación, cuidados, protección, controles porque hay que cuidar y cuidarnos”.
En stand by.
Las medidas de prevención por el Covid 19 hicieron que se interrumpiera la Expoagro en San Nicolás, un día antes de su finalización, el pasado 13 de marzo pasado, quedando truncas innumerables ventas y otro tanto en suspenso en el marco de un encuentro clave que opera como vidriera y escenario de negocios agropecuarios.
“Cuando empezó Expoagro se logró hacer convenios desde Cafma. Nuestra gente de finanzas negoció con todos los bancos para llegar a tasas de producción, una parte la subvencionaba la fábrica y otra parte la ponía al banco, y esa era una forma de bajar la tasa de interés. El entusiasmo fue muy importante porque hubo muchas consultas y concreciones de operaciones, pero después de la suspensión esos créditos quedaron en stand by y hay operaciones que están esperando a ver qué pasa, si se renueva este tipo de créditos”, explicó el referente de Industrias Metalúrgicas Cestari.
El segmento más afectado por esa situación fue el de las cosechadoras. “Entre los créditos que no se dieron porque se suspendió todo y la cuarentena, perdimos no menos de un 35% a 40% de ventas, salvo máquinas que ya estaban pre compradas, que ya tenían un financiamiento acomodado, con acuerdos ya hechos. Pero los que dependían de la venta de ahora, muchos se cayeron porque se cayeron los créditos”, comentó.
Respecto de las entregas, el dirigente de Cafma comentó que se están realizando “con una demora propia del tiempo que se estuvo cerrado, tanto para el mercado interno como la exportación”, y lamentó que estas dilaciones ocasionaran “la pérdida de algunas las operaciones, porque es bien sabido que lo nuestro es muy temporal, y si no se entrega la máquina en el momento en el que el productor o el contratista la requiere, éste difiere la compra para más adelante. Lo mismo pasa con el mercado de exportación”.
En cuanto a las ventas actuales, Cestari rescató que “están traccionando demasiado bien en comparación con las pocas posibilidades que tenemos de la herramienta de crédito, aunque ésta sí o sí es necesaria, clave y fundamental para el productor y el contratista, que necesita amortizar esa inversión a 3 o 5 años y que si no tienen financiamiento, compran un 40% ó 50% menos”.
“Estamos gestionando esa posibilidad, pero la realidad es que hoy primero se da crédito para el pago de sueldos, en segundo lugar para capital de trabajo y lo tercero sería para compra de bienes de capital. Nosotros insistimos, porque cuando existe la posibilidad del crédito la gente se predispone distinto y tenemos opciones de trabajo muy importantes. Si no lo hay, dependemos netamente de cómo le va al productor o cómo le va al contratista en la cosecha”.
Buena cara.
“Lo importante es que se está trabajando para reflotar la situación y lo más importante aún es que el productor no está desganado, está con buena onda”, destacó el presidente de Cafma y recordó que en 2008, cuando estaba el conflicto por la 125, había créditos para la compra de maquinarias y sin embargo a la gente no le interesaba tomarlos. El estado anímico es fundamental, si bien la economía es numeral. Y en estos momentos yo no lo veo desanimado al productor, sino al contrario”.
“Si hay buen ánimo y si tenemos buen crédito, yo puedo asegurar que esto cambia, aunque también dependemos de que la cosecha venga bien y está viniendo bien, pese a que pueda tener algún rinde menos por falta de lluvia en algún lugar. No es un año malo: es un año en el que, con herramientas de crédito, el productor y el contratista invierten”, auguró Cestari.