Cuando los republicanos más conservadores acudan en noviembre a las urnas se encontrarán ante un gran dilema: votar al candidato republicano Donald Trump o votar según su conciencia. "Voten según su conciencia", recomendó ayer el senador por Texas Ted Cruz a los delegados republicanos, dando la nota discordante en la Convención Nacional Republicana en Cleveland (Ohio) y reabriendo viejas heridas dentro de la formación. "Voten por los candidatos que confíen en que van a defender nuestras libertades y ser fieles a la Constitución", dijo el senador ultraconservador.
Los republicanos, ante un gran dilema: votar a Trump o según su conciencia
Cruz, miembro destacado del ultraconservador Tea Party, se limitó felicitar al multimillonario neoyorquino por su nominación como candidato republicano a las elecciones, pero no lo apoyó públicamente. Muchos delegados le abuchearon por no pedir el voto por Trump. "No tengo el hábito de apoyar a gente que ataca a mi mujer y a mi padre", explicó luego Cruz a la delegación de Texas, tras el aluvión de críticas que recibió por no apoyar a Trump. "Esta promesa (de que iba a apoyar a quien saliera elegido candidato republicano no fue un compromiso amplio de que si vas y calumnias y atacas a Heidi (su esposa), voy a llegar como un perrito servil y decir «muchas gracias por difamar a mi esposa y a mi padre»", agregó Cruz, quien es conocido en el Senado por no dar facilmente su brazo a torcer. El senador ultraconservador se refería a los insultos de Trump contra él y contra su familia. El magnate llamó a su rival "mentiroso" e insinuó que la esposa del senador era poco atractiva. Incluso Trump llegó a acusar al padre del senador, Rafael Cruz, de estar vinculado con el asesino de John F. Kennedy. El magnate dijo que el padre de Trump había estado con Lee Harvey Oswald poco antes de que éste asesinara a Kennedy, una teoría esbozada previamente por el diario sensacionalista National Enquirer. El desplante de Cruz puso en evidencia que todavía muchos dentro del Partido Republicano no ven con buenos ojos a Trump, a pesar de que el martes fue elegido oficialmente en Cleveland candidato presidencial de ese partido a las elecciones de noviembre.
El controvertido magnate pudo lograr la nominación pero no consiguió desactivar al frente anti-Trump dentro del partido y meterse al ala más conservadora en el bolsillo. Los miembros de la facción del "Never Trump" (Nunca Trump) consideran que si votan por él estarían traicionando su conciencia, ya que aunque se haya arropado al manto republicano, le siguen viendo como un liberal, que no comulga con las ideas conservadoras del partido de Lincoln y Reagan.
En el pasado, Trump apoyó el matrimonio gay y el derecho al aborto, algo que el ala más conservadora del partido ve difícil de asimilar. Newt Gringrich, ex presidente de la Cámara de Representantes (Diputados), trató de reparar los daños causados por la espantada de Cruz a esa imagen de unidad entorno a su candidato que el Partido Republicano pretendía proyectar en esta convención. "Ted Cruz dijo que voten según su conciencia por alguien que defienda la Constitución", explicó Gringrich. "En estas elecciones, hay solo un candidato que puede defender la Constitución. Así que, parafraseando a Ted Cruz, si usted quiere proteger la Constitución de Estados Unidos, el único candidato posible este otoño (boreal) es el tándem republicano Trump-Pence", añadió el veterano político conservador. "Déjenme que sea claro un voto por cualquier persona que no sea Donald Trump en noviembre es un voto por Hillary Clinton", advirtió a los delegados el gobernador de Wisconsin Scott Walker. Otros pasaron al ataque. El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, dijo que el discurso de Cruz en Cleveland había sido "horroroso" y "egoísta".
Trump, sin embargo, quitó importancia al asunto. "Ted Cruz fue abucheado en el escenario, no cumplió su compromiso (de apoyar al candidato republicano, fuera quien fuera el elegido). Vi su discurso dos horas antes y lo deje hablar. Algo sin importancia", escribió en Twitter. Al no apoyarlo, Cruz logró convertirse en el centro de la atención mediática. El senador eclipsó al gobernador de Indiana, Mike Pence, que aceptó la nominación de su partido para ser el candidato a vicepresidente e iba ser la gran estrella de la noche. Pence, que se autodefine como "un cristiano, un conservador y un republicano, en ese orden", será durante la campaña electoral el encargado de convencer a los votantes más conservadores para que cierren filas en torno a Trump.
El objetivo es doble: lograr que un republicano vuelva a sentarse en el Despacho Oval y evitar a toda costa que la ex primera dama, la demócrata Hillary Clinton vuelva a la Casa Blanca. "Solo tenemos una opción y este hombre está preparado. Su equipo está preparado, nuestro partido está preparado y cuando elijamos a Donald Trump como el 45º presidente de Estados Unidos, juntos haremos esta nación grande otra vez", dijo Pence. "Mike Pence estuvo fantástico. Será un gran vicepresidente", añadió Trump en Twitter tras el discurso de su compañero de fórmula. La campaña de Trump confiaba en que el conservadurismo social y la experiencia política del gobernador Pence, contrario al aborto y al matrimonio homosexual, le permita atraer en noviembre al voto más conservador. No contaban con que Cruz se erigiera como el Pepe Grillo, la conciencia, del Partido Republicano.