El gobierno venezolano puso ayer en marcha un nuevo esquema de distribución de alimentos básicos, con el propósito de acabar con las filas de compradores de bienes escasos, que se alargaron en los últimos meses por el desabastecimiento. Los supermercados y tiendas en Caracas que eran escenarios de largas colas de compradores publicaron avisos en sus puertas informando que de ahora en adelante no venderán productos de la canasta básica, cuyos precios están controlados, como harina de maíz, leche, café y azúcar.
Maduro no quiere más las interminables colas para comprar alimentos básicos
En adelante, los productos básicos serán vendidos directamente a los consumidores a través de grupos comunales impulsados por el gobierno, los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). El nuevo esquema tuvo un primer avance accidentado el jueves último en centro de Caracas, cuando varios camiones con productos llegaban a un supermercado fueron desviados para que el gobierno los distribuyera directamente a la población. Esto generó una enérgica protesta de compradores que esperaban en fila frente al comercio para comprar. Algunos gritaban "queremos comida" y fueron enfrentados por brigadas de la policía.
El alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, atribuyó las protestas a un plan para generar violencia de parte del partido opositor Bandera Roja. El presidente Nicolás Maduro dijo que espera resolver el tema de las colas de compradores, que se instalaron en el panorama del país desde 2013, con apoyo de los CLAP, conformados por vecinos en grupos afines al gobierno.
Maduro dijo que el nuevo método se enfocará en la erradicación de los revendedores de productos básicos, quienes compran los productos a precios regulados y luego los revenden hasta 10 veces más caros, algo que se conoce coloquialmente como "bachaqueo". "Todo el poder para los CLAP", dijo la semana pasada en una reunión con dirigentes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PUSV).
Pronósticos desfavorables. Los especialistas pronosticaron el fracaso del nuevo esquema, debido a la escasez de productos y al uso discrecional que tendrán los CLAP para vender los productos directamente. Vecinos en Caracas dijeron que los CLAP avisaron que enviarán a sus representantes con bolsas con varios productos para venderlas directamente a los vecinos inscritos en los consejos. Se desconoce hasta ahora a qué porcentaje de la población llegaron estos grupos.
El presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup, acusó a los CLAP y a los "colectivos chavistas" de "robarse" los alimentos que la población espera en los comercios establecidos formalmente. "Consejos comunales chavistas, colectivos chavistas y CLAPS chavistas se roban la comida del pueblo ante sus ojos para después bachaquear. Los motines del pueblo, esperando alimentos durante horas, se deben a que llegan los CLAPS y colectivos a los comercios, decomisan todo y se los roban", denunció en su cuenta de Twitter. "Que siga el PSUV cargando el peso de cuatro cadáveres políticos que están hundiendo a Venezuela y los hundirá como partido", recalcó. Los CLAP tienen semanas operando en varias ciudades del país, pero en Caracas apenas arrancaron el jueves.
Esquema sectario. El coordinador general de la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, Marco Antonio Ponce, dijo que lo ocurrido el jueves en Caracas es una "muestra" del rechazo de la gente a este mecanismo. "Es un esquema sectario que pareciera que va a agudizar la conflictividad a causa de los alimentos, sobre lo cual hemos expresado nuestra preocupación por lo que representa darle facultades, no sólo de venta de alimentos, sino de control de orden público a estos grupos, que no tiene formación para ello", dijo.
Ponce señaló que los CLAP son grupos civiles vinculados al PSUV, lo que genera una combinación de la fuerza pública y grupos civiles contra ciudadanos que exigen alimentos. El analista dijo que en los primeros cuatro meses del año se registraron 2.038 protestas en el país, vinculadas principalmente a reclamos por derecho a la vivienda, que tiene que ver con servicios de agua potable y electricidad, y por la escasez de alimentos.