A la hora de abordar las malezas en trigo no hay recetas fijas de validez universal, es preciso hacer un diagnóstico profesional y para prevenirlas, hay que hacer un buen manejo de los cultivos previos. Por otra parte, está demostrado que los cultivos de cobertura bien conducidos ejercen un buen efecto supresor de las malezas.
"No arrastrar malezas entre cultivos"
Por Lizi Domínguez
“Una adecuada conducción un adecuado manejo del cultivo es uno de los mejores y más baratos herbicidas”, resumió el ingeniero agrónomo Juan Carlos Papa, en el marco de una charla virtual sobre manejo de malezas en trigo, organizada Inta Oliveros junto a sus agencias de extensión.
“La realidad de malezas es compleja, estamos frente a numerosos casos de resistencia, de tolerancia, y hay que considerar que por más que hay una demanda explícita y la conocemos, estos problemas no los vamos a resolver solamente con herbicidas: vamos a tener que recurrir a la integración racional de métodos químicos y no químicos de control y hoy el manejo integrado es la mejor opción disponible, si queremos comenzar a solucionar los problemas y evitar que se desarrollan nuevos”, afirmó el profesional.
En ese sentido, para Papa “es una excelente idea la inclusión del trigo en las secuencias, lo mismo que la inclusión de los cultivos de cobertura para luchar contra las malezas”. Al respecto, su colega Andrea García, que disertó también en la charla mostrando resultados de ensayos llevados a cabo en períodos de dos años, afirmó que mediante este uso se puede llegar a reducir hasta en un 94% la emergencia de malezas como el yuyo colorado, que es resistente al glifosato y otros herbicidas.
“Los cultivos de cobertura bien implantados ejercen un buen efecto supresor de las malezas, siempre que tengan aproximadamente unos 4.500 kilogramos de materia seca como base para que ejerza ese efecto supresor”, señaló la especialista.
Según Papa, las consultas más frecuentes y no sólo por trigo sino por barbecho, soja, maíz, cultivos de cobertura, rondan en torno a cuál es la mejor receta para combatir las malezas, a lo que el especialista responde que “no hay recetas fijas de validez universal o procedimientos estandarizados o protocolizados o intuitivos o de aplicación rutinaria”.
El ingeniero reflexionó que “la gente está costumbrada a la modalidad que fue muy exitosa años atrás del glifosato Soja RR, que facilitó mucho las cosas en este sentido, y a la idea de que hay una receta para todo”.
“Lo que sí existen son programas de manejo diseñados a partir de un diagnóstico preciso, que considere la totalidad de los factores involucrados en la expresión de esta problemática, y ejecutado por un ingeniero agrónomo”, señaló Papa.
Manejo integral
Para Papa, “existe una tendencia cultural en el abordaje de los problemas. Las consultas se realizan por cultivos o por malezas puntuales y esto es erróneo. Debemos acostumbrarnos a que el abordaje del problema de las malezas debe ser integral. Es importante considerar a todo el sistema en su conjunto”.
De allí que las malezas que hoy afectan o pueden afectar al trigo “no son el resultado del trigo de hoy, sino de toda la secuencia de cultivos previos y todo lo que hicimos en la misma”. De la misma manera, “lo que hagamos en el cultivo de trigo hoy y las malezas que lo afectan es probable que se traslade o se traduzca en nuevos problemas hacia los cultivos siguientes”, resumió el ingeniero agrónomo.
Siguiendo con esta línea de razonamiento “debemos partir en la medida de lo posible de un cultivo antecesor correctamente conducido y donde las malezas hayan sido bien manejadas. Es clave no arrastrar malezas del cultivo de verano hacia el de invierno”
Papa comentó que una de las consultas más frecuentes en este momento tiene que ver con “productores que quieren hacer trigo pero tienen malezas vivas que le quedaron de la soja cosechada, como sorgo de alepo, yuyo colorado, rama negra. Son muy difíciles de manejar por lo menos químicamente: no hay recetas y tampoco hay opciones químicas recomendables para esta situación.
En ese sentido, hay que contemplar que esas malezas se volvieron prácticamente invencibles tras sufrir las condiciones climáticas adversas durante todo el ciclo del cultivo antecesor, el estrés por tratamientos fallidos y por las cosechas que las dejaron sin follaje o con poco. “En estas condiciones, es muy difícil encontrar un herbicida que funcione. De ahí la importancia de la conducción correcta del cultivo antecesor”, remarcó Papa.
La inclusión del cultivo de trigo en la rotación tiene un gran impacto sobre las malezas del sistema. Un barbecho previo bien realizado y un cultivo de trigo correctamente conducido puede llegar a eximir o bien a reducir la necesidad de un tratamiento de post emergencia. No obstante, éste puede llegar a ser necesario por pérdida de residualidad del producto que aplicamos, por ejemplo, con caapiquí, rama negra, perejilillo, ortiga mansa, qínoa, crucíferas, raigrás, avena.
Los tratamientos de post emergencia hay que seleccionarlos teniendo en cuenta lo hecho en el barbecho y también la historia previa del lote. Se pueden usar herbicidas hormonales sulfonilureas, en el caso de que se hayan utilizado en el barbecho.
También hay tratamientos de contacto poco conocidos y “que pueden llegar a salvarnos algunas situaciones, si por algún motivo nos vemos limitados con el hormonal, por ejemplo en el área periurbana”, acotó Papa.
En cualquier caso, es importante considerar el momento de la aplicación de cualquiera de estos productos, el estado del cultivo (los tratamientos no deben realizarse mucho más allá de la encañazón), y sobre todo hay que tener en cuenta el estado de la maleza, que debe ser pequeña y estar en activo crecimiento.
Si la maleza no es chica y se requiere un tratamiento tardío de rescate del trigo, “hay algunos herbicidas de bajo riesgo de producir daños o fitotoxicidad en el cultivo, pero en esa instancia, generalmente “llegamos tarde y el daño ya está hecho”, remató Papa.