La cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) indicó que las precipitaciones de abril revirtieron las condiciones de sequía en el norte del Litoral, pero no en el centro del país.
Buenas condiciones hídricas para sembrar los cereales de invierno
Según indica el informe publicado el 2 de mayo, los suelos se recargaron de agua hacia el este del área de agricultura de secano, algo auspicioso ante la inminente siembra de los cereales de invierno.
Por otra parte, las condiciones de sequía redujeron los rendimientos del maíz y el girasol a niveles menores a los esperados en distintas regiones de la Argentina. En cuanto al pronóstico de El Niño-Oscilación del Sur, con un 73% de probabilidades se espera que en mayo-junio-julio ocurra la tercera Niña consecutiva, algo que sólo sucedió dos veces en 60 años.
Según Liliana Spescha, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, las lluvias que cayeron en el mes de abril superaron los valores normales en el sudeste y el sudoeste de la región Pampeana, al igual que en el extremo norte de la Mesopotamia. A su vez, fueron suficientes para revertir la sequía que se venía registrando en el norte del Litoral.
“Hubo buenas recargas en el perfil en gran parte del este del área agrícola de secano, lo que hace prever un buen inicio de la futura campaña fina 2022/2023. Sin embargo, no hay que perder de vista que el noroeste de la región Pampeana continúa en situación de sequía”, advirtió Spescha, coautora del informe junto con Adela Veliz y María Elena Fernández Long, docentes de la misma cátedra.
Por su parte, Adela Veliz puntualizó que una parte importante de la provincia de Córdoba presenta condiciones de déficit de agua del suelo. “Las lluvias no fueron suficientes para recargar el perfil, ya que si bien hubo mejoras significativas, con el avance del otoño resulta más difícil que se registren lluvias abundantes sobre el oeste del país, y las probabilidades de una mejora son bajas”.
“Por esta razón, a modo de ejemplo mostramos la evolución del almacenaje de agua del suelo, tomando el perfil hasta un metro de profundidad, en dos localidades con situaciones hídricas distintas. En Río Cuarto, Córdoba, los niveles de reserva vienen disminuyendo desde principios de año y permanecen en condiciones de sequía condicional; es decir, 50% del agua útil. En cambio, en Junín, la humedad del suelo se encuentra en condiciones muy favorables”, sostuvo la docente.
El informe destaca que los resultados de la campaña girasolera 2021/2022 arrojaron rendimientos menores a los esperados en el sur y en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Esto fue producto de las condiciones deficitarias de humedad en el suelo y de las temperaturas elevadas durante enero, que provocaron un estrés termohídrico y fallas en la polinización. En cuanto al maíz, la sequía de enero también impactó en los resultados; se estima una producción de 49 millones de toneladas, 3,5 millones de toneladas menos que la campaña anterior.
“Por último”, agregó Veliz, “cabe señalar que las heladas tempranas que se comenzaron a registrar en los últimos días de marzo afectaron a los cuadros de soja de segunda que se encontraban en etapa de llenado de grano”.
¿Qué podemos esperar?
Fernández Long afirmó que a principios de abril, el International Research Institute for Climate and Society difundió su pronóstico para el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur, en el que anuncia una probabilidad del 73% de que durante mayo, junio y julio continúen las condiciones de La Niña.
“De confirmarse, esto constituiría una tercera Niña consecutiva, lo cual sucedió sólo en dos oportunidades en sesenta años: en el período ’73, ’74 y ’75, y en el ’98, ’99 y 2000. Pero los registros revelan que esas terceras Niñas —por lo menos en el mes de septiembre, cuando se aproxima el inicio de la campaña gruesa en nuestro país— no resultaron en anomalías importantes de las precipitaciones”.
La docente comentó los contenidos del pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA.
“Para el trimestre mayo-junio-julio, las precipitaciones serán inferiores a lo normal en el sudoeste de la región Pampeana y normales o inferiores en el norte y el centro de la Mesopotamia, en el este de Buenos Aires, en el centro y sur de Cuyo, y en la Patagonia, a excepción del extremo sur, donde habría precipitaciones superiores a lo normal”.
Y, a modo de cierre, Fernández Long resaltó que las temperaturas medias serían superiores a lo normal en la Patagonia, inferiores en el noroeste, y que estarían dentro de los valores normales en la Mesopotamia y en la Región Pampeana.