“La peor sequía de Argentina en por lo menos los últimos 60 años ha llegado a su fin, el último día del verano fue el primer día de un nuevo libreto para el clima argentino”. Asó lo señalan los expertos de la Gruía Estratégica para el Agro (GEA), en un reporte difundido anoche.
El otoño llegó con importantes lluvias a la región pampeana
El servicio de estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que el centro de alta presión que venía limitando el desarrollo de tormentas desde el centro este del país se desplazó finalmente. Las tormentas que se desarrollaron entre el 19 y el 28 de marzo dejaron muy buena cobertura y acumulados importantes en el centro de la región pampeana: el 85 % de Córdoba, 95% de Santa Fe y el 100% de Entre Ríos con lluvias de más de 50 mm.
Santa Fe, una de las provincias más castigadas por la falta de agua, recibió esta vez la mayor carga: un 20% de su superficie superó los 125 mm. Esto sucedió en el centro provincial. Los registros más importantes son los de Sunchales con 250 mm o Rafaela con 189 mm. En el extremo SE, se destaca Rosario con 118 mm, Venado Tuerto (110 mm) y Álvarez (104 mm).
En Entre Ríos, el 70% del territorio superó los 100 mm. Los registros más importantes son los de Concordia con 209 mm y Paraná con 137 mm.
En Córdoba, la cobertura fue menor pero no por eso menos importante. El 65% de su extensión superó los 75 mm. Hay algunas zonas aisladas de la franja central que superaron los 100 mm. Se destacan las localidades de Idiazábal con 150 mm, Marcos Juárez (113mm) y Córdoba capital (104 mm).
Buenos Aires esta vez quedó al margen. Sólo el norte y parte del este provincial recibieron lluvias por encima de los 10 mm.
“Tener lluvias normales en este otoño es clave para la campaña fina y también para la gruesa 2023/24 en Argentina”, señalaron desde la GEA. Recordaron que, en la región pampeana, la siembra de trigo del año pasado comenzaba con el otoño más seco de los últimos 35 años: faltaban de 100 a 150 mm para llegar a las medias históricas de lluvias de la región. En particular, estaba muy afectado Santa Fe y gran parte del noreste boanerense, como se observa en la imagen. Incluso, al analizar las estadísticas por localidades, los datos mostraban que en muchos lugares se trató del otoño más seco de los últimos 60 años: en Junín era el más seco desde 1963. Por esto, comenzar el otoño con lluvias tan importantes, tanto por acumulados como por cobertura, es una señal fundamental para el próximo ciclo de trigo en Argentina.
Respecto a cómo sigue marzo y el resto del otoño, el consultor Elorriaga explica: “Todo indica que ingresamos al cambio de estación con un escenario de mejor comportamiento de las lluvias. No se puede garantizar que en un corto plazo se logren los elevados valores que requieren los perfiles para compensar tres años Niña. Pero, los condicionantes de escala regional han cambiado positivamente, favoreciendo el tránsito hacia un otoño con lluvias normales”.
Un otoño normal en lluvias es también clave para la próxima gruesa porque“en los últimos tres años se acumuló un déficit equivalente casi al total de lluvia de un año completo, cerca de 950 milímetros, explicó el doctor en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello.
Desde las primeras precipitaciones que comenzaron el 19 de marzo, la región recibió en promedio 73 mm. El mayor registro fue el de Idiazábal (150 mm). Rosario marcó 118 mm y Colonia Almada, 113 mm. En 80% de la región núcleo registró valores que superaron los 50 mm. En la porción norte de la región, con este evento, las lluvias acumuladas de marzo alcanzan la media estadística del mes (entre 100 a 125 mm). Por el contrario, sigue el desconcierto en el noreste bonaerense: en muchas algunas localidades aún no logra superarse los 20 mm. Chacabuco registró solo 16 mm y Junín 18 mm. Queda claro que el evento llega muy tarde para los cultivos de maíz y soja, pero la lluvia hizo volver a pensar en el trigo si se afirma el cambio pluvial del otoño.
Tras un leve aumento de temperaturas en las próximas horas, se espera que un nuevo frente de aire frío provoque lluvias. La inestabilidad se espera para miércoles y jueves (29 y 30 de marzo). Esta vez los acumulados serían más moderados. Pero, podrían complementar la faltante de lluvias en el norte de Buenos Aires. Luego, entre domingo y lunes próximos hay nuevas chances de otra inestabilidad.