Las lluvias aliviaron al campo y los agrodólares al gobierno, en una semana donde ambas variables movieron el escenario del sector agropecuario.
La siembra de trigo avanza firme tras las últimas lluvias
Las precipitaciones de fines de mayo fueron una clara muestra del cambio de ciclo climático, tras la dura sequía de la campaña pasada. La caída de agua que osciló entre 50 y 180 milímetros modificaron el escenario triguero del este de la región Pampeana y la siembra del cereal fino ya sumó 400.000 hectáreas en su primera semana de labor, en la que se alcanzó a cubrir el 6,3% de la superficie de los 6,3 millones de hectáreas que se estipulan para el cultivo, informó esta semana la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
“Se terminó la sequía”, dijo el ministro de la Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna, quien indicó que desde la provincia se les propondrá a los productores agrícolas el adelantamiento de la siembra del trigo y del maíz, ya que las perspectivas son positivas a partir de las lluvias de las últimas semanas. Para eso, desde la cartera productiva se convocó a una reunión con las autoridades del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y los productores para sugerir esta estratégica que se basa en pronósticos que indican que “empieza un proceso en el segundo semestre de precipitaciones importantes que se van a focalizar según los expertos en los meses de primavera”, dijo.
Ese escenario transitó en paralelo con la finalización para la soja, del Programa de Incremento Exportador, o dólar agro III, que había arrancado con muchas críticas por parte de los especialistas, quienes consideraban que no iba a tener el éxito de los anteriores. Sin embargo, el escenario de precios más bajos y algunas urgencias puntuales mostraron otra realidad. Al 31 de mayo, las liquidaciones por ese concepto lograron ubicarse por encima de los u$s 5.000 millones, dentro de los objetivos fijados por el gobierno nacional. En ese marco, desde el Banco Central indicaron que “en mayo, después de las tres primeras ruedas de ventas, fueron todas positivas y le permitieron acumular u$s 850 millones” y que “el acumulado de esta tercera edición del PIE alcanzó los u$s 5.086 millones”.
Alivio climático
“Las lluvias de fines de mayo rompieron los patrones estadísticos, dejando acumulados que duplicaron y hasta triplicaron las medias mensuales pero el agua no llegó al oeste y más del 50% de la región pampeana sigue aún sin condiciones para la siembra triguera”, señalaron los técnicos del servicio de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (GEA).
Según GEA, “el evento llega a tiempo para cambiar las posibilidades productivas del trigo 2023/24” y recordó que hace dos años, el 27 de mayo del 2021, se produjo un evento similar que fue clave para impulsar la siembra de trigo. En aquel año fue récord histórico.
La diferencia, en este caso, es que la lluvia se focalizó en la franja este de la región pampeana. Santa Fe, una de las provincias más castigas por la gran sequía del verano, recibió esta vez la mayor descarga: en un 30% de su superficie se superó los 100 mm. En Buenos Aires, la cobertura fue menor pero no por eso menos importante. El 60% de su extensión recibió lluvias de 30 a 120 mm. En cambio, Córdoba quedó al margen. Sólo algunas localidades del este provincial, cerca del límite con Santa Fe, recibieron lluvias por encima de los 10 mm.
La Bolsa de Buenos Aires coincidió al respecto. Indicó que los primeros trabajos de implantación de trigo, que dieron comienzo a la campaña fina, se concentraron sobre la región centro-este del área agrícola, donde varias zonas “recibieron importantes acumulados que permitieron recargar los perfiles” y dar así comienzo a la siembra. No obstante, “todavía una porción importante no recibió aportes de humedad que aseguren el total de los milímetros que demandará el cultivo durante todo el ciclo”.
“El norte del país refleja condiciones de humedad limitada, aunque las precipitaciones durante el otoño permitieron a parte de los productores comenzar las labores”, mientras que “el oeste del área agrícola no recibió aportes importantes de humedad durante los últimos eventos de precipitaciones por lo que la intención de siembra se ve limitada por dicha situación, aunque la necesidad de liquidez anima a varios a apostar al cultivo”, aseguró la entidad.
Por estas circunstancias, el último reporte de GEA indicó que “pese a las lluvias, la intención de siembra apunta un 30% menos de trigo en la región núcleo”.
Sucede que la tormenta dividió la región en dos: el este sembraría entre un 30 a 40% más, pero el oeste entre un 30 a 50% menos. “Las lluvias suavizaron el recorte del área triguera: quince días atrás se estimaban un 50% menos, ahora, con un 30% menos, se alcanzarían a cultivar 910.000 hectáreas de trigo”, indicó GEA.
Pese a esa dispersión, en las localidades de la región núcleo, las lluvias despertaron entusiasmo por el cereal fino. “Cambió, todos quieren sembrar trigo, pero tampoco se hará más de lo que se puede”, dijeron los técnicos para el área de Rosario tras los 140 milímetros caídos. “Estamos en una carrera contra reloj, hasta el 15 a 20 de junio hay tiempo de sembrar las variedades que tiene el productor. Ahora necesitamos que no llueva para que el barro no nos retrase”, explicaron.
Respecto al paquete tecnológico dicen que “nadie quiere fertilizar mucho y se cuenta con la fertilidad remanente que deja la sequía”. Explicaron que tal vez se re fertilice después si el cultivo marcha bien y se consiguen precios y financiaciones que se adecuen a las necesidades del productor. “Se apunta a producir 30 qq/ha, estamos lejos de los 40 a 50 quintales de los años anteriores”, aseguraron los especialistas.
Soja y maíz
Por otro lado, la BCBA detalló que la cosecha de soja y maíz ya alcanzó el 86,9% y 28,6% del área implantada con ambos cultivos, respectivamente. Por su parte, el área aun en pie para el cultivo de soja se concentra sobre norte del área agrícola y sudeste bonaerense, donde “las condiciones climáticas no han favorecido el avance de cosecha sobre esta última región”.
Así, en los últimos días se cosecharon 500.000 hectáreas de la oleaginosa, cubriendo al 86,9 % de la superficie apta, lo que permitió acumular una producción de 18,1 millones de toneladas.
Por último, la cosecha de los cuadros de maíz tardío se vio retrasada por la alta humedad relativa y precipitaciones sobre el este del área agrícola, aunque se pudieron registrar avances sobre Córdoba, La Pampa y en el oeste de Buenos Aires.
En el centro norte santafesino, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) que elabora la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Ministerio de Producción provincial indicó que la inestabilidad climática afectó el avance de la recolección de soja tardía en los departamentos del sur y centro del área. No así, en los del norte, donde comenzó lentamente. Hasta la fecha se alcanzó un grado de avance del 57%, con un progreso intersemanal de 7 puntos, un retraso de 23 puntos respecto de la campaña pasada.
“La oleaginosa presentó diversos estados, muy bueno, bueno, regular o malo, según la localización de los lotes y las precipitaciones que los alcanzaron, siendo los departamentos del sur y centro del SEA, los que reflejaron un importante impacto o secuelas irreversibles de los cultivares, que se constataron en los resultados finales que se obtuvieron”, aseguró el informe.
En cuanto al maíz tardío, la elevada humedad ambiente y jornadas con precipitaciones en el período, posibilitaron que los maizales mantuviesen sus condiciones, particularmente en etapas fenológicas de fructificación. “En los departamentos del sur y centro del SEA, no así en los del norte, donde se observaron indicadores de déficit hídrico”, señaló el reporte. El estado general se observó bueno, con algunos lotes muy buenos y otros regulares.
Esta foto de la campaña gruesa, afectada seriamente por la sequía, también se trasladará al movimiento comercial. Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el ingreso de buques de transporte de granos a los puertos argentinos caerá 48,6% respecto al año pasado, como consecuencia de una retracción del saldo exportable de más del 40% en la actual campaña agrícola.
En un informe realizado por la Subsecretaría de Agricultura, la cartera agropecuaria proyectó que este año atracarán 1.285 barcos menos en las terminales portuarias argentinas, con un total proyectado de 1.359 barcos, como consecuencia de una baja del 42,8% en el saldo exportable.