“La tormenta de navidad afirmó el carácter violento e impredecible que está teniendo el tiempo en Argentina”, señaló Cristian Russo, de la Guía Estratégica para el Agro (GEA). Podría referirse a la política o un incidente en la mesa familiar durante las Fiestas. Pero se refiere a la inestabilidad que está mostrando el clima bajo el imperio de El Niño.
El Niño se instaló en la región con lluvias y fuertes tormentas
El fenómeno climático cambió para bien las condiciones del nuevo ciclo, aunque preocupa la severidad de los eventos. Avanzan soja y maíz
30 de diciembre 2023 · 06:05hs
Agüita santa. Con la recomposición de las lluvias hay buenas proyecciones para la campaña gruesa.
Tras el meteoro, 50.000 hectáreas agrícolas quedaron muy afectadas por granizo y excesos en la región núcleo, de las cuales se perderán el 50%. También hay graves daños en el centro este de Buenos Aires y estragos en el NOA. La excelente cosecha triguera que se espera en el SE bonaerense sigue en jaque.
“El Niño en Argentina cambió las posibilidades productivas de la campaña gruesa pero hay preocupación por la violencia que muestran las tormentas”, señaló Russo. Antes del 10 de diciembre la falta de agua seguía instalada. Pero en quince días la recuperación hídrica de los suelos fue notable: el agua volvió a llegar a la franja oeste del país.
Sin embargo, “las tormentas no se han comportado como mostraban los modelos predictivos, incluso horas antes de que se desarrollen”. La mayor preocupación es “el carácter violento que está mostrando el tiempo en Argentina”. Los severos temporales dejan grandes montos de lluvias y suelen estar acompañados por fenómenos de vientos muy fuertes. El combo termina causando inundaciones y graves daños. El otro gran problema es el granizo.
El consultor Alfredo Elorriaga exculpa a El Niño de esta inestabilidad. “Si bien hay un mayor ingreso de humedad al sistema, lo que determina el comportamiento de estas tormentas está ligado a otras variables que no tienen que ver directamente con el Pacífico”, alega. La culpa es de las corrientes de aire muy frías desde el sur y suroeste que chocan con una masa de aire muy cálida, húmeda e inestable. “Entonces, el viento aumenta muy rápido su intensidad desde el suelo hacia la parte alta de la atmósfera, todo esto termina provocando que las tormentas se organicen y se potencien con intensas ráfagas de viento y eventual caída de granizo”.
Otro informe de la Bolsa de Comercio de Rosario señala que si se comparan las lluvias acumuladas del 2022 y del 2023, los volúmenes son muy parecidos. El 2023 está dejando un saldo de 700 a 900 milímetros, mientras que el año anterior cerró con 600 a 800 milímetros. “La diferencia es que este año, la recomposición de las lluvias se dio a partir de octubre pero esto no fue suficiente para alcanzar la media histórica de la región”, indicó. Los volúmenes anuales respecto de la media anual de los últimos 30 años, en promedio, son un 20% menor. La sequía que acompañó a la región hasta octubre fue la responsable de dejar este saldo negativo en las lluvias acumuladas anuales.
El 2023 finaliza con reservas de agua que en los últimos 90 días se han recompuesto. Incluso hay sectores que presentan excesos hídricos y lotes perdidos que deben resembrarse y no hay piso para las tareas de siembra.
Con la consolidación de El Niño y la recomposición de las lluvias hay buenas proyecciones para la campaña gruesa: el 60% de la soja de primera y el 90% del maíz temprano se encuentran entre excelentes a muy buenas condiciones.“ La situación es muy distinta a la de un año atrás, cuando la región se encontraba transitando campaña gruesa dominada por una sequía histórica. El 2022 cerraba entonces con un 60% de la soja de 1ra en condiciones de regulares a malas y se estimaba una caída de rinde de un 20% a un 50%”, indica el informe.
Hasta el miércoles 3 de enero se pronostican buenas condiciones meteorológicas en la zona GEA, aunque habrá pequeños periodos de inestabilidad que favorecerán la ocurrencia de chaparrones aislados e intermitentes.
A nivel nacional, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) aumentó su estimación de producción de cebada en 300 mil toneladas hasta cinco millones de toneladas, por rendimientos recolectados mejores a los esperados, al tiempo que destacó la buena condición de los cultivos gruesos.
De esta manera, la campaña 2023/24 del segundo cereal en importancia de producción invernal, superaría en 700 mil toneladas la producción del ciclo previo, gracias a que el rendimiento promedio del cereal se ubicó en 43,2 quintales por hectárea (qq/ha).
Si bien en el sur de la provincia de Buenos Aires resta evaluar los daños por la caída de granizo, “cabe mencionar que los rindes obtenidos al momento sobre el sudeste de de la región son los que sostienen nuestra proyección de producción”, indicó la BCBA. Respecto a trigo, la cosecha ya cubrió 70,9% del área apta, tras un progreso intersemanal de 5,7 puntos porcentuales (pp).
“Luego de los temporales de la última semana, se ralentizan las labores y se estima que puede haber mermas y problemas de brotado, aunque aún no se han evaluado la magnitud de estos daños”, indicó la entidad bursátil, razón por la cual se mantiene la estimación de producción en 14,7 millones de toneladas.
Por otra parte, el informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte Santafesino correspondiente a la semana comprendida entre el 20 y el 26 de diciembre de 2023, muestra imágenes de cultivos de girasol, maíz temprano, soja temprana y algodón, en estados bueno a muy buenos, lotes excelentes y con aplicaciones para el control de malezas o insectos, que surgieron como consecuencia de las condiciones ambientales e impacto de las precipitaciones registradas.
Los pronósticos enunciados se concretaron: inestabilidad y nuevas lluvias por el ingreso de un frente de tormenta, que a fines del domingo 24 o mediados del lunes 25 dejaron montos pluviométricos variables, mínimos de 2 a 10 mm y máximos desde 50 a 55 mm, con fuertes ráfagas de viento, tormentas eléctricas y una irregular distribución geográfica.
Una situación particular y puntual se vivió en el distrito Cañada Rosquín, departamento San Martín, donde la inestabilidad se manifestó con lluvias, granizo y fuertes vientos, que dejaron secuelas o daños en lotes de cultivos de cosecha gruesa y un registro pluviométrico de 110 mm.
A posteriori, estabilidad climática y buen tiempo, en toda el área de estudio. La realidad climática y las características ambientales del período fueron totalmente reguladoras, de los procesos de cosecha o implantación.
Por ello, en diferentes zonas y muy buenas condiciones, se sembraron lotes con maíz tardío (de segunda), que inició su nuevo ciclo y con una intención de siembra de 95.000 ha.