La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) recortó la estimación de producción de trigo para la presente campaña en 600 mil toneladas para ubicar el nuevo guarismo en 15 millones de toneladas, como consecuencia de la falta de lluvias en parte del oeste y norte del país.
Reducen a 15 millones de toneladas la producción de trigo de este ciclo
“El mes de septiembre inició con lluvias para el centro y este del país, y no cambió el escenario de sequía sostenida en el NOA, la mayor parte de Córdoba, La Pampa, el centro y norte de Santa Fe y el oeste de Buenos Aires”, indicó la BCR en su informe mensual de estimaciones de producción.
Según la entidad bursátil, ese escenario de escasez determinó una nueva caída de siembra, lo que sitúa al ciclo 2023/24 como la más baja de los últimos 8 ciclos trigueros.
La Bolsa rosarina estimó que más de 1,7 millones de hectáreas del cereal, equivalente al 32% del trigo sembrado, “está en condiciones regulares a malas”. No obstante, con un área sembrada de 5,4 millones de hectáreas y la nueva proyección de 15,0 millones de toneladas, Argentina produciría un 30% más de trigo que “en el fatídico ciclo pasado”.
En cuanto a la nueva campaña de maíz, la entidad proyectó una siembra de 8,5 millones de hectáreas, el mismo hectareaje del año pasado, con una producción de 56 millones de toneladas, mientras que el área destinada a soja se ubicaría en 17 millones de hectáreas.
Con todo, la GEA señaló que la situación es mucho mejor que hace un año atrás, cuando las primeras lluvias importantes de la región pampeana llegaban entre el 18 y 19 de septiembre y ya había más de 2,5 millones de hectáreas en estado regular a malo.
Se espera que El Niño empiece a actuar de manera activa sobre la región pampeana en octubre, dejando entre un 30% a 50% más de agua, sobre todo en la franja este del país. Pero para el maíz va a ser un factor determinante que las lluvias se reactiven en la primera mitad de octubre. Si lo hacen, y dejan al menos 50 mm, darán tiempo y posibilidades de sembrar en forma temprana, en septiembre. Sino, ante la posibilidad de tener que retrasar la siembra hasta diciembre (siembras tardías), muchos productores podrían volcarse a soja para disponer de ingresos mucho antes que con una cosecha de maíz tardío.
GEA indicó que ya arrancó la siembra del maíz temprano, pero dónde no llovió “tambalean los planes”. Explicó que la s últimas precipitaciones permitieron un avance de siembra del 5%, pero aún hay está en la cuerda floja al menos el 20% de la región.
Explicó que en el centro-sur de Santa Fe no hay humedad para sembrar maíz temprano como en los alrededores de María Susana o El Trébol, donde se esperan lluvias la próxima semana. De lo contrario, desistirán de sembrar y lo harán en forma tardía a fines de octubre. En el noroeste de Buenos Aires, como en Piedritas, hay intenciones de sembrar temprano en los pocos lotes que poseen 70% de agua útil. “Por logística algo de temprano se tiene que hacer”, comentaron los técnicos.
Centro norte santafesino
En el centro norte provincial, la cosecha de maíz tardío o de segunda concluyó en la semana, con una merma de rendimiento respecto de la campaña anterior, producto de la sequía que abarcó la totalidad del ciclo del cultivo.
El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción de la provincia, en colaboración con la Bolsa de Comercio de Santa Fe, indicó que este año se cosecharon un total de 375.770 toneladas, r unas 176.433 toneladas menos que en la campaña precedente.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), las exportaciones del complejo maicero podrían caer hasta 44% en la campaña comercial 2023/24 como consecuencia de la sequía, mientras que su aporte a la economía registraría una merma de 60%.
A una semana de concluidas las labores de recolección a nivel nacional del cereal con una producción 34 millones de toneladas, volumen que se ubicó 34,6% por debajo de la campaña 2021/22, los ingresos por exportaciones y el Producto Bruto de la cadena maicera se verán fuertemente afectados.
Según la BCBA, “la campaña finaliza 16 millones de toneladas por debajo de la proyección de producción inicial; esto se explica tanto por la reducción del área mencionada como por la intensa sequía y los golpes de calor sufridos durante el periodo crítico del cultivo; sumado a esto, heladas hacia el mes de febrero contribuyeron a esta importante caída en la producción”.
A raíz de esta merma productiva, la entidad bursátil calculó que las exportaciones “alcanzarían sólo los u$s 5.612 millones”, lo que implicaría una caída interanual de 44%, equivalente a u$s 4.498 millones.