La extrema inestabilidad climática, generada por lluvias extremadamente irregulares, encendieron una “alerta roja” para la soja de segunda, ya que el 60% de la superficie implantada en la región núcleo está en condiciones de “regular a mala”, advirtió ayer en su informe semanal la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, luego de que a principios de semana el área había experimentado un leve alivio tras la caída de precipitaciones, fundamentalmente en el centro y sur de Córdoba y La Pampa, aunque no en el centro y sur de Santa Fe.
Alerta roja para la soja de segunda en la zona núcleo
Sin embargo, la persistencia de altas temperaturas y lluvias muy variables, incluso con grandes diferencias dentro de un mismo lote, cambiaron radicalmente el escenario de inicio de semana. “Se empezaron a perder los primeros lotes esta semana y la condición se desplomó ante la continuidad de los calores intensos y la escasez de lluvias”, indicó GEA y explicó que un 20% de los cuadros de la región se considera en “mala condición y con pocas chances de cosecha”.
Desde las estaciones de GEA se pudo observar la extrema irregularidad de las lluvias. “Se dieron, pero fuera de pronóstico”, dijeron los técnicos y explicaron que en el este fueron menos de 5 milímetros (mm) y solo el sur Córdoba y parte del sur de Santa Fe recibieron más de 15 mm, dejando un milimetraje muy importante en Canals con 110 mm o Monte Maíz con zonas de 180 a 200 mm, aunque con fuertes eventos de granizo. En General Pinto se registró 12 mm pero los técnicos indicaron que les cuesta recordar algún otro evento de lluvias con semejante variación espacial. “Un lote, a 500 metros de otro, recibió 40 mm. El otro cero”, comentaron.
Frente a esto, GEA trazó un panorama desalentador: “La superficie de lotes de soja de segunda en condiciones regulares a malos se incrementó al 60% de la región núcleo”. Las zonas que corren mayor riesgo de pérdida de lotes son los del norte de la provincia de Buenos Aires donde “los suelos arden”, aseguraron. Especialmente las regiones que vienen de trigos que obtuvieron muy buenos rendimientos y vaciaron los perfiles del suelo como Baradero, Arrecifes, San Antonio de Areco, Pergamino, Colón, General Pinto y Villegas que hoy están en “alerta roja”. De modo que “si pasan 10 días más sin llover, la soja de segunda muere”, explicaron los técnicos de Colón. Y en el caso que llueva, estiman rindes magros de 20 qq/ha.
Pero también esto aplica a buena parte del este santafesino. “En las cercanías de Rosario, los lotes de soja de segunda se prenden fuego, hay estrés permanente, no se recuperan de noche y ya se ven rodeos secos”, indicaron los técnicos.
Como contracara, hay regiones puntuales como los departamentos de Marcos Juárez y Unión en Córdoba la situación es muy diferente y hay una mejora sustancial en la condición de todos los cultivos y en el oeste y sur de Santa Fe las áreas que venían con mayores reservas que podrán salvarse de las pérdidas. Se trata de campos en Bigand donde se pueden obtener hasta 32 qq/ha y el Trébol o Carlos Pellegrini.
Esta situación, sumada a una disminución de las existencias estadounidenses y a una cosecha brasileña ralentizada por la lluvia, que generaron incertidumbre sobre la disponibilidad para satisfacer la fuerte demanda china, provocaron un fuerte repunte de los precios en el mercado de Chicago. Ese escenario se vio apuntalado por el último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), según el cual las exportaciones semanales de la oleaginosa quedaron por debajo de la expectativa en la previa.
Esta semana el escenario alcista se consolidó y los contratos de marzo de la oleaginosa se ubicaron en u$s 520,02 la tonelada, a la vez que el de mayo lo hizo trepó a u$s 518,27 la tonelada. En el mercado disponible de Rosario, la cotización de la soja está firme por encima de los 330 dólares la tonelada.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) comentó que, si bien compradores chinos han retornado al mercado luego de las celebraciones del año nuevo, la falta de novedades en el mercado exportador ejerció presión sobre los precios.
Esa tendencia alcista predominó, con vaivenes desde el inicio del ciclo 2020/21 y se fue consolidando con los pronósticos que mostraban el impacto que tendría la falta de humedad en la cosecha gruesa. Así, luego de un proceso de retención de mercadería sobre fin del año pasado, la producción comenzó a comercializar la soja y ese flujo contribuyó a sostener aún más la estabilidad del mercado cambiario, algo que pretendía tener asegurado el gobierno para esta época del año.
La liquidación de divisas provenientes de las agroexportaciones alcanzó los u$s 3.950 millones en el primer bimestre del año, la cifra más alta desde 2016 y la segunda más importante en 19 años, informó esta semana la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
El sector agroexportador aportó en febrero unos u$s 1.810 millones al mercado de divisas, lo que representó la segunda cifra más alta en 18 años, apenas por debajo del récord de 2014, cuando se registraron u$s 1.892 millones.
La combinación de un aumento de precios en las materias primas exportables y una normalización en el ritmo de embarques luego de una protesta de trabajadores portuarios en diciembre, explican, en parte, el fenómeno que se dio en los primeros dos meses del año.
En la semana, los cereales tuvieron poco protagonismo. El trigo fue perdiendo la firmeza que lo caracterizó sobre fin de la campaña y frente a un mercado externo con buenos stocks por la cosecha de Rusia, mientras que el maíz también recortó sus cotizaciones.
En el centro norte de Santa Fe, el último informe de SEA de la Bolsa santafesina indicó que “la estabilidad climática revirtió pronósticos desalentadores”. Se consolidó “un desarrollo seguro de los cultivos agrícolas de la campaña 2020/2021, siendo el sorgo granífero, uno de los más estables”. En tanto, el proceso de cosecha del maíz temprano sumó lotes y alcanzó un grado de avance del 20% en la superficie con destino comercial.