A partir del 15 de enero, el cambio en la dinámica atmosférica posibilitó el desarrollo de lluvias y esperanzó a los productores con la posibilidad de pasar la página de la sequía y la ola de calor que se ensañó con la región pampeana desde mediados de diciembre. Algunos informes de campaña hablan de “un cambio en la realidad agrícola”. Otros subrayan que la llegada de las lluvias fue irregular. En algunas regiones, como el Noroeste bonaerense, fue un “bombazo de agua”. En el sur de Buenos Aries, Córdoba y Santa Fe, apenas hubo un alivio. En el norte del país, la seca y el calor siguen.
Buenos Aires se llevó la mayor parte de las lluvias
Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA), el primer evento de lluvias importante del 2022, que se produjo en la semana que cierra, dejó un “bombazo de agua de más de 200 mm” en el Noroeste bonaerense. Localidades como Lincoln y 9 de Julio recibieron los montos de lluvias de todo el verano en sólo cinco días.
Pero en el sur de Buenos Aires, el centro de Córdoba y Santa Fe el agua sigue siendo insuficiente para reactivar el crecimiento de los cultivos. En Santa Fe, desde la autopista a Córdoba hacia el norte provincial, los registros de este último evento dejaron de 25 a 50 mm. Para alcanzar las medias pluviométricas de enero, en buena aparte del territorio santafesino hacen falta entre el 30 y el 40% de los 120 mm históricos de enero, indicaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
Pese a esto, el Servicio de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Ministerio de Producción, destacó que las lluvias posibilitan una “nueva realidad agrícola” en el centro y norte de la provincia. Esto es así porque “se revirtieron las difíciles situaciones imperantes y se generaron nuevas, con buenas expectativas por las futuras reacciones y respuestas de los cultivares al nuevo panorama”.
“Con el transcurso de los días los sembradíos cambiaron sus aspectos, según los estados fenológicos, pero en general tuvieron una muy buena reacción, evolucionaron rápida y favorablemente, percibiéndose el cambio de coloración del follaje y la buena turgencia o desarrollo de las plantas”, añade el trabajo.
Las lluvias, que oscilaron entre los 20 y los 135 milímetros de acuerdo con la zona, favorecieron especialmente a los cultivares de soja de primera y de segunda. De todas formas, en un 10% del área implantada la sequía y las altas temperaturas de los primeros 16 días del año “dejó indicadores muy marcados, tales como limitaciones en el crecimiento de las plantas, marchitamiento de las hojas basales y, en lotes puntuales, la pérdida de ejemplares por mortandad”.
Como sea, desde la Oficina de Riesgo Agropecuario destacaron que “las diferencias entre la situación actual y la de la semana pasada saltan a la vista y derivan de un cambio radical del ambiente seco precedente al húmedo actual, especialmente en las provincias pampeanas”, manifestaron.
Hernán Fernández Martínez, analista de mercados y docente de AgroEducación lo describió con precisión: “En esta extraña campaña 2021/22 se acumulan las situaciones excepcionales”. Mientras los productores miran al cielo, el precio de la soja de la mano de diferentes factores, como la escalada del petróleo y también el fuerte repunte del precio de los aceites en el mercado internacional.
Las dificultades de producción en Malasia, principal productor mundial de aceite de palma, y las restricciones a la exportación que impuso el segundo productor, Indonesia, para combatir la inflación, llevaron a sus máximos históricos los precios del aceite más demandado en el mundo. Su primer sustituto, el aceite de soja, sube con él. Y arrastra los precios de la soja, que en la semana superó los u$s 530 por tonelada en el mercado de Chicago.
Pese al conflicto entre Rusia y Ucrania, el mercado de trigo sufrió caídas durante la semana, por toma de ganancias.
En Argentina, se reunió el Consejo Federal Agropecuario. Allí los representantes de las provincias destacaron los indicios de mejora en la producción y comercialización ganadera, y repasaron y acompañaron el Plan de Ganadería Argentina 2022-2023 (Plan GanAr). También analizaron la emergencia Agropecuaria y el plan de forestación.
El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, encabezó el encuentro. “Pretendemos construir un horizonte que le de previsibilidad al productor y a la industria”.
Los representantes de las provincias también hicieron explicito el respaldo a la Ley Agroindustrial como una política productiva que tiene como objetivo aumentar el volumen exportable argentino, industrializar la producción, fortalecer los eslabones de la cadena de valor y generar empleo. La iniciativa será tratada en sesiones extraordinarios del Congreso nacional.