El sorgo creció en los últimos años y se incorporó a la dinámica productiva de Argentina. Un informe de los economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario Julio Calzada y Alberto Lugones le pusieron cifras a esta revolución que vive el cultivo.
El sorgo viene marchando: el cereal se consolida en el país
“En Argentina en los últimos años se dio un incremento notable la superficie destinada al sorgo, aunque aún representa un poco menos del 3% del área cultivada anualmente en nuestro país”, señalaron los economistas.
Entre el ciclo 2019/20 y el 2020/21 se duplicó el área sembrada, que pasó de 520.000 hectáreas a 986.000. Si bien todavía no alcanzó los máximos históricos, la recuperación brinda un soporte positivo a las expectativas para los próximos ciclos comerciales.
Esta situación derivó en un incremento productivo notable entre el ciclo 2018/19 y el 2020/21. “Se generaron tonelajes comparables con los que tuvimos en los primeros años de la década de los 2010”, indicó. De hecho, la producción se duplicó. Si bien se mantiene cierta demanda interna para la utilización de sorgo como forraje, el empujón productivo vino de la mano de la demanda externa. El de las necesidades importadoras de China, generaron un fuerte incentivo exportador y en la campaña pasada se llegó a exportar el 67% de la producción nacional, teniendo al gigante asiático como principal destino.
“Si bien, en el pasado, Japón y México constituían los principales destinos del sorgo a nivel mundial, ambos morigeraron notablemente sus importaciones y, en una suerte de empalme importador, tras la caída de la demanda de estos compradores la aparición de China generó un renacimiento del comercio internacional del sorgo”, explicaron Calzada y Lugones.
No obstante, el número de participantes es muy acotado desde ambos lados del comercio. Del lado de la demanda se encuentra el gigante asiático para abastecer su mercado forrajero y de bebidas espirituosas ya que buena parte de las importaciones están destinadas a la producción de “baijiu”. Por el lado de la oferta, tenemos a sólo tres países abasteciendo el 97% de las exportaciones mundiales, con EEUU a la cabeza, Argentina y Australia, los dos últimos debatiéndose el segundo lugar.
Por otro lado, los precios a nivel internacional del sorgo acompañaron en buena medida lo que fueron las subas de los commodities agrícolas. Debido a la sustitución que se da entre el consumo forrajero de maíz y de sorgo, se registra una correlación muy elevada entre los valores del cereal y de la gramínea. Por esto los precios de ambos granos se movieran en igual dirección, pero en magnitudes diferentes. Históricamente los valores del maíz local superaban a las cotizaciones del sorgo, aunque esta relación cambió con el ingreso de la demanda de China, favoreciendo a la gramínea y propiciándose la exportación.
Finalmente, hay que destacar que el impacto de la geopolítica tienen un especial impacto en este caso, debido a la baja cantidad de participantes dentro del mercado y las implicancias comerciales que se dieron en el pasado entre China y EEUU y/o Australia. Las firmas de pactos en los últimos tiempos y el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia incrementan la incertidumbre sobre el comercio internacional del sorgo.