Las pocas y tradicionales innovaciones en lo mecánico a las que el productor estaba acostumbrado fueron superadas por la revolución de la electrónica, la inteligencia artificial y la autonomía. Se podría resumir, tomando como referencia la pandemia marcando un antes y después, que fue motor del procesamiento de datos y la conformación de los grandes archivos digitales que se venían anticipando.
La maquinaria frente a un nuevo salto tecnológico
Esta semana, Agroactiva volvió a sorprender con un segmento que es el reflejo del profundo cambio que viene marcando la industria metalmecánica, generado por una eficiencia tecnológica sin precedentes.
El resultado es palpable cuando uno analiza que los rindes de maíz de la última campaña. No tuvieron la caída que tanto se esperaba por las eventualidades climáticas debido a una alta tecnología que inició en la calidad del grano, siguió con una buena fertilización y en el último escalón o el principal, sumó la prestaciones de los nuevos equipos que contribuyen a la eficiencia, el ahorro y un equilibrio sustentable.
Agroactiva mostró que la maquinaría agrícola continúa en un proceso de modernización revolucionario. Que gran parte de los productores, se ha dado cuenta que es inminente el cambio para reemplazar un plantel de equipamiento que está quedando obsoleto.
“Todo pasa por la simplificación del uso, la conectividad y otros elementos que permiten disminuir el estrés de los operarios que manejan los equipos. Lograr un control integral con comandos wifi, que atenúan los riesgos de conexión y brindan una seguridad en la generación de información y documentación desde la cabina”, resumió Gabriel Rizzotti, gerente comercial de Maizco.
Al igual que otros empresarios, este referente resaltó que desde el punto de vista mecánico cada vez son menores las innovaciones, porque todo ha pasado a las prestaciones electrónicas y el monitoreo de las máquinas. “Todo se puede hacer desde la distancia. Los técnico pueden saber, por medio de una conexión remota, si los controles están en condiciones y como vienen dándose los parámetros de manejo”.
Tal vez, lo increíble de todo esto sea pararse frente a un futuro que cambia cada día, aunque plantea una necesidad constante de saber cómo se manejan las variables (autónomas) que controlan la totalidad de un sistema.
En esta paradoja, donde se ha alcanzado el umbral de los grandes tamaños, queda mucho por recorrer en la conectividad como uno de los principales escollos que sigue entorpeciendo este camino.
Variedad
El otro podría simplificarse en la necesidad de atenuar las pérdidas. Desde sembradoras, hasta tractores, pulverizadoras, fertilizadoras, mixer y cosechadoras, la mayoría de las empresas sigue trabajando en esto.
Un dato que el productor ha podido observar está registrado en los nuevos cabezales, ya que estos -como responsables de un porcentual muy alto de pérdidas por cosecha-, están mejorando de forma significativa. Es decir, se van achicando los porcentuales y ya no es tan grande la pérdida que generan estos implementos en la cosecha (70 %), ni tampoco el 30% restante que se aplica a la pre cosecha y las cosechadoras.
Se ha actuado sobre estos implementos, con tecnologías modernas que permiten muchas regulaciones y vienen atenuando los porcentajes de pérdidas, dejando una cantidad de dinero más alta (ganancia) en la observación constante del factor ahorro que hacen los productores.
Volver al futuro
Por primera vez en muchas décadas, Agroactiva habilitó una pista para los equipos desmalezadores y las nuevas rastras multipropósitos. La observación no es una crítica, sino el reflejo de la flexibilidad por entender que este camino que marcó el paso de lo convencional a la siembra directa, las grandes ganadoras fueron las malezas.
Quizás, el intento descontrolado no pudo con la naturaleza y entonces esta partida pérdida, que hoy la pagan todos, también roza a la maquinaria agrícola.
Da la impresión, que volverán a convivir por muchos ciclos, las rastras modernas con las sembradoras de siembra directa, los insumos químicos con los biológicos, la sustentabilidad impulsiva con la que impone el proceso natural del suelo.
Acá, también hay un punto de observación hacia nuevas tecnologías, donde técnicos e ingenieros de todo el mundo, están trabajando en equipos (rastras, rejas, desmalezadoras, descompactadores), que vienen siendo copiados o licenciados hacia algunas firmas de nuestro país.
La sugerencia, parte de los propios productores e interactúan modificaciones hechas por ellos mismos. Hay créditos especiales, a tasas beneficiosas, para estos viejos –aunque renovados- implementos.
“El suelo va cambiando. Los productores argentinos son de los mejores y más innovadores del mundo, porque plantean los problemas e indican su parecer sobre las soluciones. En maquinaria agrícola uno de los pedidos es gastar menos en el momento de la siembra, y se intensifica hacia implementos que permitan hacer un acondicionamiento de suelos”, subrayó Osvaldo Giorgi, directivo de la fábrica de implemento de la localidad de Fuentes, provincia de Santa Fe.
“La tendencia también pasa por desmalezar, emparejar, nivelar y evitar el uso de agroquímicos. Se sigue en la siembra directa, ya que así lo ven la mayoría de los técnicos (incluso los de organismos oficiales) que se enfrentan a otras opiniones. Es una práctica segura y se disminuyen los costos”, resumió Giorgi resaltando que todo se ha podido ver en las pistas de demostraciones dinámicas que montó Agroactiva, donde hubo el planteo agrícola sugerido fue una labranza superficial, la aplicación de pre emergentes y el sistema de siembra directa.