Aunque se hicieron rogar y con el telón de fondo de la Niña, llegaron las tan esperadas lluvias de la primavera y todo se transformó. En la última semana se produjo el evento de precipitaciones más importante del año que alcanzó a 11 provincias con más de 15 milímetros y registros que llegaron hasta los 100 milímetros en el norte, lo que le da un empuje a los cultivos de verano que venían retrasados y en muchos casos reemplazados por algunos de invierno y de cobertura, por la falta de reserva hídrica en los suelos.
El trigo y la soja, aliviados por la llegada de las lluvias
Por otra parte, la región subió un nuevo peldaño más en las estimaciones de trigo para esta campaña, que llegaría a las 6,8 millones de toneladas en el área que releva la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En la zona de GEA se cosechó sólo un 5% del trigo, pero los rindes reflejan mejores resultados de los esperados, que incrementarían en 150.000 toneladas la producción del cereal fino. Según explicaron los técnicos de GEA, “la inversión en fertilización, hizo la diferencia”.
“La variable que está marcando la diferencia en rendimientos es la tecnología aplicada en fertilización”, agregaron y plantearon que “la clave está en las unidades de nitrógeno”. Por caso, indicaron que “en Colón, se fertiliza bien, sin embargo, este año hubo aumentos de dosis”. Algo similar ocurre en Laborde. “Las dosis promedios fueron de 250 kg/ha de urea y 100 kg/ha de fósforo”, agregaron.
“En algunas áreas todavía la incertidumbre sigue, pero la cosecha comenzó en el centro sur de la Santa Fe con la mejor noticia: los rindes superan las expectativas. “Hemos iniciado la trilla con pisos de 45 qq/ha y rindes excepcionales de 65 a 70 qq/ha”, apuntó GEA. Se tratan de lotes puntuales pero está siendo la tendencia de la que hablan productores y asesores.
También desde GEA plantearon que “la otra variable, es el clima y si bien fue un año con pocas lluvias, acompaño al cultivo en los momentos justos”, De hecho, “la sequía no fue tan fuerte como la del año pasado y no se produjeron heladas durante el llenado”, indicaron los técnicos en Colón.
En este escenario, lo que aporta el cielo resulta clave. En ese sentido, las últimas lluvias trajeron el alivio final para el trigo y el puntapié inicial para la soja.
En el centro norte santafesino, para la campaña gruesa 2021-2022, la intención de siembra de soja se estimó en unas 950 mil hectáreas (ha), con un incremento de 1,5 a 2%, en referencia a la superficie alcanzada el año anterior, según indicó el Sistema de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Santa Fe, el cual indicó las lluvias acumuladas fluctuaron desde 25 a 100 mm, con máximos de 110 mm en los departamentos del norte.
Esta situación y las condiciones climáticas ideales “brindaron ambientes saludables para los cultivos que expresaron todo su potencial genético, observándose estados muy buenos con lotes excelentes y óptimas condiciones para la siembra de arroz, sorgo granífero, algodón y soja temprana”, indicó el SEA.
Alivio del cielo
En el área núcleo productiva la lluvia dejó un promedio de 35 mm y si bien dos de los cuatro focos de agua estuvieron en el NO bonaerense y centro S de Santa Fe, estas recargas fueron importantes para el NE bonaerense y sur santafesino que mostraban hasta la semana pasada reservas escasas a sequía, según indicó GEA.
Esta vez el sector cordobés recibió la menor cantidad de agua, sobre todo en las localidades más mediterráneas.
“Entre el 12 y el 14 de noviembre hubo lluvias generalizadas y acumulados que mejoraron significativamente las reservas edáficas desde el sur al norte de Argentina”, agregó GEA y precisó que Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y el norte del país recibieron milímetros claves para afrontar el nuevo ciclo de granos gruesos y sólo el SE de bonaerense quedó debajo de los 15 mm.
Con este escenario, desde GEA prevén que este noviembre es “generoso” en materia hídrica y podría seguir sumando agua. Así, detallaron que la región transita “la recta final de la siembra de soja de primera”. Hasta ahora, el avance del implante de la oleaginosa es del 90%, pero sin embargo, hay localidades en las que el exceso de humedad, debido a las últimas precipitaciones, demoró el reinicio de las labores. Es el caso de Cañada Rosquín y Laborde donde aún resta sembrar un 30%. En tanto, en General Pinto falta un 25%. Por otro lado, ya comenzaron a aparecer algunos problemas de plagas en los primeros lotes emergidos.
En Corral de Bustos los asesores reportan problemas puntales en la implantación por efecto de cortadoras (orugas) y bicho bolitas. Y en Cañada de Gómez informaron ataques puntuales de bolillera (oruga) en estadios tempranos de soja, por lo que se están realizando los controles químicos necesarios.