La primeras tormentas fuerte de 2023 trajo alivio y algo de esperanza a los productores agropecuarios. Nadie descorcha de antemano pero los principales centros de pronósticos vaticinan una retirada de La Niña y el regreso de una secuencia de lluvias más frecuentes. Aunque el impacto es heterogéneo, algunos incluso piensan en una nueva oportunidad de siembra.
La retirada de la Niña siembra alivio y esperanza
Las lluvias del fin de semana pasado fueron generalizadas sobre el centro y norte del área agrícola argentina, con acumulados puntuales que alcanzaron los 90 milímetros en la zona núcleo y en el norte de Santa Fe, dos de las zonas más golpeadas por la sequía.
La investigadora del Instituto de Clima y Agua del Inta, Natalia Gattinoni, comentó que las lluvias “se generaron sobre gran parte del centro y norte del territorio” y, como consecuencia, “hubo un mejoramiento en el contenido hídrico de los suelos en gran parte de la región pampeana”.
El Jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristián Russo, advirtió que “las lluvias fueron muy heterogéneas”, cuestión por la cual “hay que ser cuidadoso”. De todos modos, reconoció que la primera tormenta importante de 2023 “sorprendió incluso a los más optimistas”. La lluvia de ayer aportó más expectativas positivas.
Dentro de la región pampeana, Buenos Aires y La Pampa fueron las provincias más beneficiadas. Santa Fe era la más necesitada de agua. Los 45 mm son los niveles críticos porque permiten asegurar un piso de rendimiento a los cultivos sin depender de lluvias hasta el 10 a 15 de febrero.
“Con lluvias de 30 a 45 mm, el cultivo puede crecer sin estrés durante una semana”, señaló la GEA. Con menos de 30 mm, sigue habiendo una gran dependencia al comportamiento de las lluvias. Con menos de 15 mm, si no reciben en el corto plazo precipitaciones importantes, seguirán profundizando el deterioro.
La GEA recordó que el año pasado, en la misma fecha hubo una tormenta muy parecida pero que dejó el doble de carga de agua en la región. Se esperaba en aquel entonces que fuera el fin de la Niña pero no lo fue. Sin embargo, “esta vez sí se espera que llegue a su fin”, dicen desde la Bolsa. Igual, será un proceso lento.
El director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del Inta, Pablo Mércuri, indicó que “en el corto plazo”, hay una “ventana de oportunidad” de eventos de precipitación por diferentes condiciones atmosféricas que confluyen en los próximos días y esto “va a generar al menos dos, tres, cuatro diferentes situaciones de lluvias y tormentas en muchas áreas productivas del país”.
Por lo pronto, se respira otro aire. “Muchos productores ya nos están diciendo que van a salir a sembrar lo que quedó de soja y maíz”, dijeron desde el servicio de estimaciones de la Bolsa local.
Tras las lluvias, los lotes de soja de primera regulares a malos pasaron de 85% a 65%. Los lotes de la región núcleo en malas condiciones bajaron de un 20% a un 15% en la última semana y los regulares, de 65% a 50%. Pero, salvo en el Noroeste bonaerense, para que se mantenga la condición y la posible mejora de los lotes debe llover de forma importante, al menos más de 25 mm, en los próximos siete días.
Es que, a cinco días de las lluvias del pasado fin de semana, el 97% de la región núcleo seguía entre sequía y reservas escasas. Ocurre que los suelos venían secos, las lluvias fueron variables y la demanda atmosférica es muy elevada: 6 a 8 milímetros diarios.
La soja de segunda junto al maíz temprano eran los cultivos más castigados por esta prolongada seca y con los mayores guarismos de pérdidas de área sembrada. Pero la soja de segunda aún tiene tiempo y tal vez, hasta una oportunidad en la región si el agua la acompaña. Tras las lluvias, la condición buena de la soja de segunda subió 30 puntos porcentuales. Ahora un 40% del área está en esa condición.
En el centro norte de Santa Fe, los productores ven “cierto margen de reacción en algunos lotes aislados” debido a las lluvias de los últimos días. El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción de la provincia y la Bolsa de Comercio de Santa Fe reiteró que el impacto del factor climático “es muy heterogéneo”
“Las precipitaciones provocaron la reacción del sector agrícola, se observó un intenso movimiento de equipos, por lo que se reanudó así el proceso de siembra, en particular soja tardía y maíz tardío, aunque cerró el período de las fechas o ventanas óptimas para su implantación”, añadió el informe.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), la siembra de soja ya alcanza el 98,8 % de la superficie proyectada en todo el país. La de maíz cubre el 94%. Las nuevas precipitaciones ocurridas en gran parte del centro y sur del área agrícola mejoran la disponibilidad hídrica con una de cada dos hectáreas sembradas.
Mientras, sigue la cosecha de girasol, con un leve progreso intersemanal de 1,9 % a nivel nacional. A la fecha, un 41,8% de los cuadros en pie se encuentran en plena floración y un 20,2% inicio el llenado de granos.
Al cierre, el paso de un frente de tormenta dejaba precipitaciones sobre gran parte del área agrícola. “Junto con el frente, se producirá la entrada de vientos polares, causando el descenso de la temperatura, con riesgo de heladas ligeras en las zonas serranas y el sudeste bonaerense, iniciando un lapso de varios días con temperaturas bajo lo normal”, había anticipado la Bolsa de Buenos Aires.
Según los climatólogos de GEA, la afluencia de una masa de aire húmedo e inestable favorece la presencia de lluvias y tormentas aisladas con mejoramientos temporarios en estos días.
La retirada
La Niña parece estar en lenta retirada. “Se espera que para inicios del otoño comience una fase neutral, es decir, que ya la anomalía del océano Pacífico ecuatorial esté dentro de los valores normales, pero habrá una demora hasta que la atmósfera cambie su comportamiento”, explicó Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Desde el año 2018, el país se encuentra en un período de déficit de precipitaciones acrecentado por el fenómeno de La Niña que en la actualidad se encuentra débil al límite de moderada. La meteoróloga advierte que “tras una sequía tan prolongada, las lluvias intensas no serían lo mejor ya que la capacidad del suelo de absorción es menor”.
“Si precipita mucha cantidad de agua en poco tiempo, se transforma en escorrentía que erosiona el suelo, quita sus nutrientes y arrasa cultivos”, dijo.
La previsión climática del SMN para febrero y marzo pronostica precipitaciones dentro del rango normal o inferior al promedio en el Litoral, en el norte, centro como así también en el sur de la Patagonia, mientras que dentro del promedio para la época en la región de Cuyo, este de Patagonia en las provincias de La Pampa y Buenos Aires.
Desde la Universidad Austral, el profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos, Dante Romano considera que si bien llegaron las lluvias que van a estabilizar el maíz tardío y la soja de segunda, los daños al maíz temprano y la soja de primera no se podrán revertir.
En relación al mercado, aseguró que se rompió por el dólar soja, de modo que espera una retracción de ventas hasta que aparezca una nueva edición. El maíz, opinó, será el cultivo para hacer caja mientras tanto. l cambio en el régimen climático estabilizaría la producción en el país. “De la mano de esto podemos esperar que el mercado internacional pierda la prima climática que ha acumulado, tanto en harina como en poroto de soja en las últimas semanas, estimó el analista.