La siembra de soja tiene un retraso de 45%

La siembra de soja de la nueva campaña es la más “trabada e incierta” de los últimos doce años, señaló el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario al revelar que hay un retraso del 45% en el implante de la oleaginosa, que además muestra una “drástica caída” en la inversión para el cultivo.

El escenario climático que ya golpeó duramente al trigo, con caídas de rindes y de áreas, dejó pérdidas económicas a los productores, quienes suelen encontrar en el cereal la liquidez sobre fin de año para afianzar las inversiones de la campaña gruesa. Ante ese escenario, el inicio de la siembra de soja arranca mucho más modesta.

“Hace un año estaba sembrado el 50% de los lotes y hoy solo el 5%”, indicó GEA y planteó que “se van a reducir fertilizantes y algunos lotes no van a fertilizar, mientras que en otros no sea aplicarían inoculantes”.

“Muchos productores optarán por una estricta economía de guerra”, alertaron los técnicos de la zona de Bigand, según GEA.

“Se sembraron algunos lotes pero solo tienen la humedad para poder germinar, teniendo esperanzas de nuevas lluvias en la primer quincena del mes de noviembre”, indicó el último reporte.

Detalló que en Carlos Pellegrini se sembraron de esta forma apenas 500 hectáreas y las extremas condiciones climáticas ponen contra las cuerdas a la siembra de soja. También, el clima sigue complicando la situación porque al menos por una semana no hay pronóstico de lluvias para la región.

Según detalló el doctor en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello, no se prevén lluvias y se mantendrán características de total estabilidad, con viento norte, aumento de la temperatura y escaso contenido de humedad para los próximos días.

También vaticinó que “un importante centro de alta presión se ubicará sobre la porción central del país”.

Por su parte, el consultor Eduardo Elorriaga explicó que para la primera década de noviembre los pronósticos no son alentadores. “La presencia de un importante centro de alta presión que se ubicará sobre la porción central del país inhibirá la formación de nubosidad alejando la posibilidad de precipitaciones durante la primera semana del mes”. Y también es difícil que se den en la semana siguiente las ansiadas lluvias importantes que le den un vuelco a esta situación. “Hay un atraso muy grande. Después de lo que pasó con el trigo y con los malos pronósticos y la gran cantidad de milímetros que faltan en los suelos estamos muy preocupados”, dicen en Cañada Rosquín.

Poca inversión

Frente a esta situación los productores se están replanteando la estrategia productiva, o sea el nivel tecnológico que se aplicará este año en la oleaginosa. “Necesitamos más de 100 milímetros para que las siembras sean normales y recuperemos la tranquilidad y aún no se ha podido sembrar ni una hectárea con soja”, dijeron los técnicos en Bigand. Agregaron que “más de la mitad de los productores van a reducir las dosis de fertilizantes y algunos ni siquiera los van a aplicar”.

Bajo estas circunstancias “debemos ser muy eficientes y defender al máximo el potencial”, dijeron los especialistas de esa zona.

En otras como Carlos Pellegrini donde hay mayor agua acumulada en los perfiles, el planteo agronómico del cultivo es “como un año normal, con fertilización y cuidados adecuados y buen uso de preemergentes”, señaló el reporte de GEA.

Maíz en duda

Con estas condiciones existen muchas dudas sobre la factibilidad de sembrar maíz temprano. GEA indicó que en numerosas localidades hay una mínima cantidad implantada con el cereal. En toda la región se llegaron a unas 150 mil a 200 mil hectáreas cuando las estimaciones de principios de año esperaban 1,5 millón de hectáreas.

“En algunos casos como Bigand directamente no hay maíz temprano implantado y hasta hace poco se pensaba hacer las siembras pendientes como maíz tardío, pero en estas circunstancias prácticamente el 50 % de la intención de siembra pasó a soja de primera”, explicaron los ingenieros de esa localidad que sintió con fuerza la falta de agua.

Los efectos de la sequía quedaron expresadas en los perfiles. Las estadísticas muestran que “el valor medio debería estar en torno de los 850 a 900 milímetros, pero la cifra del 2022 es de casi un 50% menos, con una media regional de 480 milímetros”, indicó GEA.

También señaló que hay una denominada “zona del paraguas”, que parece estar bajo una cubierta invisible que evita que el agua llegue el suelo, la cual acumuló menos de 450 mm y abarca el 42% de la región.

Por otra parte las bajas temperaturas golpean también al maíz temprano que se implantó. “Tal como proyectamos en el informe anterior, el ingreso de una masa de aire muy frío y seco provocó un importante descenso de las temperaturas que llegó a ser extremo entre lunes 31 de octubre y el martes 1 de noviembre, con la presencia de heladas muy significativas sobre el sudeste bonaerense”, indicó Elorriaga. En Cañada Rosquín los lotes bajos fueron los más afectados por heladas.

Trigo de baja calidad

Finalmente GEA alertó por la situación del trigo. “Preocupa no solo la cantidad sino también la calidad”, indicaron los especialistas. “Será muy mala, habrá descuentos y muchos productores piensan en guardar el cereal para mezclarlo y luego poder enviarlo al puerto” agregaron. Eso, genera más costos a las pérdidas que se calcularon.

El trigo va a rendir poco y a su vez hay que descontarle las mermas de calidad. También hay otra problemática, “el rebrote de macollos, que no solo consumen más agua extra del suelo sino que además producirán granos verdes a cosecha y dejarán mayores mermas por calidad”, detalló el reporte.

En ese sentido, el profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Dante Romano, explicó que las previsiones de una cosecha más cercana a las 13 millones de toneladas, “no alcanzaría para cubrir las Declaraciones Juradas de Exportación (DJVE) ya aprobadas, pero hay consenso en que se terminará embarcando sólo una fracción de las mismas, y el resto se postergará hasta ver realmente como queda la oferta y la demanda”.

Ante esta situación, “muchos productores que vendieron y temen no poder honrar sus negocios, están recomprando y generando subas en los mercados, aun cuando los compradores tradicionales no la convalidan”, explicó Romano.