La firma tecnológica Puma es una pequeña empresa de apps y software de gestión basados en sensores e imágenes que, en junio de 2020, introdujo la primera calculadora de huella de carbono para el monitoreo de cultivos. La herramienta permite a las empresas medir el impacto ambiental de las actividades que realizan, en un tiempo donde será importante ‘‘producir más con menos recursos’’, apuntó Inés Di Napoli, CEO y cofundadora
Lanzaron la primera calculadora de huella de carbono y ahora presentan la versión ganadera y forestal
Por Cristal Colla
Inés Di Napoli, CEO y cofundadora de la Plataforma Puma (Foto @campominado550)
‘‘Es importante calcular estas métricas precisas y validadas por estándares internacionales porque también está la posibilidad de monetizar la sostenibilidad’’, destacó Di Napoli. A través de esta calculadora, la agtech se propuso promover la digitalización del agro como vehículo para ser más sostenibles, calculando en primera instancia la huella de carbono para cada actividad agrícola con miras a terminar de desarrollar para abril de este año una calculadora para ganadería y forestación.
La huella de carbono se define como la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera derivados de las actividades de producción o consumo de bienes y servicios de los seres humanos. El agro en este aspecto cumple un rol fundamental al absorber estos gases a través de la fotosíntesis que hacen los cultivos. Puma trabaja en conjunto con Bayer y con UPL en un Programa de carbono a través del cual los productores pueden calcular sus propias huellas de carbono empleando la calculadora de esta empresa.
‘‘A través de esta oportunidad el campo puede demostrar que le interesa ser sostenible, que le preocupa su trazabilidad y que el producto que llegue a la mesa del consumidor tiene identificado todo aquello que se necesitó para producirlo, en un mundo donde esos consumidores demandan cada vez más información sobre lo que consumen’’, agregó.
Microsoft, la anfitriona de la carpa emprendedora
Por otra parte, la empresa que dio nombre a la carpa, Microsoft, se propuso mostrar en Expoagro las diversas soluciones digitales de “la nube” que ofrece para la producción agropecuaria con el desafío recolectar el enorme caudal de datos que se generan en el campo y, con su análisis, llegar a soluciones que sean eficientes. Todo esto, sin olvidar una de las principales preocupaciones de los productores: el alcance de la conectividad para que la transformación digital pueda ser puesta en marcha en el agro.
“Sabemos que el futuro será el de una agricultura basada en datos y esta revolución está sucediendo hoy. El campo argentino genera millones de datos que es necesario volver inteligentes para tomar mejores decisiones. La implementación de Inteligencia Artificial puede hacer crecer aún más este sector, clave para la economía y el desarrollo social y productivo del país. Este año nos sumamos a Expoagro para acercar a todos soluciones disruptivas basadas en Datos, Inteligencia Artificial, Machine Learning e Internet de las Cosas que pueden contribuir a generar un campo más eficiente, conectado, sostenible e innovador”, comentó Fernando López Iervasi, gerente General de Microsoft Argentina.
La conectividad y los datos, camino a los campos
La carpa además acogió diversas propuestas que buscan hacer un uso práctico y efectivo de los datos generados para la planificación y racionalización del uso de los recursos para las actividades agropecuarias. En este marco de soluciones digitales para el agro, estuvo presente la agtech Wiagro, que desarrolló una plataforma digital con un uso dirigido a la postcosecha con el fin de conectar tanto a los activos como ecosistemas del agro para poder controlar la calidad y conservación de los cereales, ayudando a gestionar el proceso de almacenamiento. Además, incluye entre sus recursos la herramienta digital Blockchain para garantizar la trazabilidad.
Asimilándose a un mercado financiero de insumos para el agro, AgriRed presentó su plataforma de encuentro e intercambio donde los proveedores de semillas, fitosanitarios y fertilizantes pueden llevar de manera ágil y digital las compras y transacciones con los productores.
Finalmente, en la carpa también hubo diversas propuestas que se proponen dar respuestas al desafío de la conectividad. Una de ellas vino de la mano de Vertrev, que tuvo origen en 2019 en el marco del programa CREALab y se propone eliminar el aislamiento tecnológico que caracteriza a la mayoría de las regiones rurales. Para conseguirlo, Vertrev desarrolló una serie de dispositivos que permiten crear coberturas en esas zonas alejadas para tener acceso a recursos como mensajería instantánea y modernizar procesos al lograr acceso a la red de internet.
En una clave de trabajo con orientación a conectividad también se presentó Anylink Argentina, dedicada a las telecomunicaciones terrestres y satelitales, y que en integración con el Grupo Andesat, ofrece a los productores servicios de comunicación transaccional, medición de variables por medio de sensores, acceso a internet en zonas remotas como campamentos y perforaciones, telefonía IP, telefonía satelital y móvil, videovigilancia y back up de enlaces de fibra para poder garantizar la conectividad y seguimiento del trabajo en el sector energético o que desarrolle actividades productivas en lugares remotos.