Los bioinsumos agropecuarios despiertan gran interés. El mercado los está demandando. Pero junto al ritmo de crecimiento de la oferta de estos productos constituidos por microorganismos (hongos, bacterias y virus), macroorganismos (ácaros e insectos benéficos), extractos de plantas y compuestos derivados de origen biológico o natural, nacen también interrogantes sobre cómo los ingenieros agrónomos deben actuar para su correcto uso.
El rol del ingeniero agrónomo en la revolución de los biológicos
Por Patricia Martino
Durante el tercer Encuentro Nacional sobre producción con Biológicos y Estrategias Sustentables (EnBio 2024) que organizó Agribio -y se llevó a cabo en el Campus de la Universidad Nacional de Villa María los días 21 y 22 de febrero- se debatió sobre “El rol del agrónomo” y se analizó cómo llevar adelante la recomendación de productos biológicos, desde la figura del profesional.
El uso de productos biológicos como alternativa y complemento a la producción con herramientas de síntesis química viene creciendo en todo el país. En las últimas dos campañas se han registrado más de 60 bioinsumos nuevos en Argentina y las cámaras del sector ya registran que el uso de productos biológicos tendrá en crecimiento de entre el 10 y el 15% en los próximos dos años.
El ingeniero agrónomo Alejandro Perticari, investigador en el Inta Concarán, San Luis, fue parte del taller que se realizó en EnBio 2024 y compartió con Agrovisión Profesional, la revista del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Fe, su vasta experiencia como miembro Fundador de la Comisión Coordinadora de la Red de Calidad de Inoculantes y la Asociación Argentina de Microbiología, asesor del Senasa en el uso de microorganismos como fertilizantes biológicos, integrante de la Comisión Asesora de Bioinsumos de Uso Agropecuario y como uno de los investigadores que más ha estudiado el aporte de los bioinsumos en cultivos extensivos.
“La idea de la mesa en el encuentro de productos biológicos tuvo que ver con enfatizar entre los profesionales la importancia de su formación”, subrayó Perticari, al tiempo que consideró que al asesorar y recomendar es fundamental también tener en cuenta las condiciones de aplicación, para no repetir fallas.
“En inoculación, la tecnología de producción cambió totalmente, se volvió a usos líquidos que hacen más sencilla la aplicación, son menos engorrosos. Hay incrementos que dan mayor calidad de aplicación que antes, el sistema se fue adaptando para darle mayor comodidad al productor, al menos en inoculación”, relató el especialista en la materia.
Perticari advierte una problemática que atenta en cierto modo contra la expansión de los productos biológicos. Es que en muchas universidades, en las carreras la cátedra de microbiología es de menor tiempo, y a veces hay conceptos que no se llegan a ver. “Estamos viendo que hay algunos agrónomos que estos temas no los tienen claro. El desafío es ver que hay una paleta de productos enorme, más allá de los inoculantes, que no saben para qué sirven. Tampoco tienen en claro para qué sirve ese microorganismo, ese insumo de origen biológico”, consideró el investigador del Inta y agregó que por eso es fundamental la capacitación de los profesionales.
Perticari recordó su participación en el Proyecto Inocular -una iniciativa conjunta entre el Inta y 25 empresas fabricantes de inoculantes que evalúa los efectos de la inoculación en diferentes ambientes de producción de leguminosas y, al mismo tiempo, busca difundir los resultados obtenidos- e hizo foco en cómo moverse hoy.
“En el proyecto inocular trabajamos muchísimo, se evalúo mucho, se aprendió y seguimos trabajando y sacándole el jugo al tema, y nos dimos cuenta que en inoculante para leguminosas junto con rizobios lo más importante es que se fije nitrógeno, no que rinda más ni que tenga más nódulos”, aclaró.
“Encontramos que había diferencia en fijación de nitrógeno aún con años de historia en soja y hoy se ven artículos en revistas de agronomía que dicen que el inoculante fijo más porque rindió más”, dijo.
Para el especialista “esa no es la idea”. Por eso aclaró que “el inoculante se usa para que tome ese nitrógeno del aire y no del suelo”. También reconoció que en pos de una estrategia comercial siempre se apela a que se logran mayores rindes, pero “no todos los biológicos generan mayor rendimiento, así se use para biocontrol o para mejorar la fertilidad del suelo”, aclaró. En todo caso, “la idea es que cumplan esa función que es natural y potenciarla. Nada más, no hay otra búsqueda. Ni siquiera el reemplazo del químico, es aportar con algo natural que va a ser auspiciado”, sentenció.
El especialista en biológicos remarcó que más allá del despliegue que puedan realizar las empresas que comercializan insumos biológicos es fundamental brindar cursos y charlas para los profesionales. “Si tienen que recomendar en una receta agronómica que sepan porqué y que entiendan cuáles son las cualidades y bondades, las limitaciones”, indicó. Además recomendó que cada profesional debe tener su propia experiencia con el producto, debe poder evaluarlo y hacer ensayos, porque eso vale más que mil experiencias.
Perticari consideró que los insumos biológicos son una forma “totalmente diferente a la línea química” y resaltó que “hay productores que están muy avanzados y que entienden las problemática, que no los usan solamente por la acusación de dejar de contaminar, sino que buscan alternativas” para su producción y en los biológicos encuentran respuestas. “Tampoco es usar por simular que uso algo biológico. Hay muchas pruebas de los productores que encuentran respuestas que hasta el mismo laboratorio que lo vende no tenía idea de esa respuesta”, indicó en Agrovisión Profesional.
“Hay que trabajar mucho con las bondades que tiene cada uno de los productos, y son cosas que llevan su tiempo”, indicó y recordó que los promotores de crecimiento ya hace mucho tiempo que están en el mercado y todavía no crecieron en proporción a lo que se espera de ellos. En cambio, los biocontroladores que no tienen tanta antigüedad están creciendo año a año mucho. “Son microorganismos el productor está buscando reemplazar o colaborar con productos químicos contra enfermedades con productos biológicos, es muy interesante”, detalló y recordó que en otros países el biocontrolador es un boom, para controlar insectos en reemplazo de insecticidas, pero en Argentina la adopción es más lenta.
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Y si alguien tiene dudas sobre porqué es necesario conocer en profundidad a los productos biológicos disponibles, los compradores -los mercados- son cada vez más exigentes con la presencia de trazas. Perticari advierte que esta situación “va hacer que se usen con mayor frecuencia los biológicos”.
“Los productos biológicos van a convivir por mucho tiempo con los químicos, no creo que ahora los reemplacen pero el mercado va a exigir, el productor va aprender, los asesores van a aprender también sobre biológicos”, resaltó Perticari.