“Invisible pero imprescindible”. La captura de carbono fue uno de los grandes ejes de debate del campo durante el XXXII Congreso Aapresid que se realizó del 7 al 9 de agosto. Con más de 12 mil asistentes, 450 disertantes en 160 charlas y más 150 expositores el evento organizado por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa este año tuvo como lema “Todo está conectado” y la interconexión entre agricultura sustentable, tecnología y los desafíos globales que enfrenta el sector agroindustrial fueron protagonistas del evento que se llevó a cabo en La Rural de Palermo.
El campo se mide en la batalla de la sustentabilidad
El ecosistema del agro apuesta a la trazabilidad y la certificación para posicionarse en el mercado global. Los nuevos mercados globales. La agenda del 32º Congreso de Aapresid
Por Patricia Martino
Este año se hizo hincapié en la importancia de contar con números concretos sobre cómo están los suelos de Argentina, donde las prácticas agronómicas están enfocadas en la sustentabilidad pero muchas veces por falta de información certificada no se puede demostrar al mundo qué tan bien se hacen las cosas. Es así que la presentación de los mapas de brechas de carbono orgánico de suelo para Argentina fueron protagonistas del congreso y buscaron entusiasmar a los productores agropecuarios a que se sumen a relevar la situación de sus tierras. El medioambiente lo demanda y los consumidores a nivel global están dispuestos a valorar económicamente los esfuerzos.
Marcelo Arriola, asesor privado y miembro del Comité Ejecutivo de Aapresid, fue categórico: “No hay técnico o ingeniero agrónomo que no entienda que tiene que capturar carbono para mejorar su suelo”.
El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera es una realidad que preocupa a nivel mundial pero: “Si logramos poner ese dióxido de carbono en los suelos, en vez de darnos perjuicios nos dará beneficios”, afirmó Arriola, y agregó que “lo importante es la materia orgánica de nuestros suelos, por lo tanto, para mejorar la productividad debemos mejorar sus condiciones físicas, químicas y biológicas”.
Además de la captura de carbono, Arriola mencionó la siembra directa y el tener la mayor cantidad de tiempo verde, como prácticas que mejoran las condiciones de los suelos.
En el marco del congreso la “Red de Cultivos de Servicios (RCS) de Aapresid presentó los estudios realizados en la campaña 23/24 en siete territorios diferentes: San Agustín, Paraná, Vila, Godoy, Quenumá, Baldissera y el campo experimental de Fauba. En la mayoría de estos lugares, las gramíneas demostraron ser las más productivas, un resultado esperado pero siempre valioso de confirmar.
Los principales ejes del informe confirmaron el entusiasmo de los expositores. “El centeno es una de las gramíneas más productivas en todos lados, mientras que la leguminosa con mejor producción es la Vicia villosa. El Melilotus mostró muy buena producción en algunos de los sitios del centro-norte, y el Rábano es de los más productivos de las crucíferas”, explicó Gervasio Piñeiro.
En cuanto a dinámica de producción de biomasa, subrayó dos puntos cruciales: primero, que las brasicáceas son muy precoces, pero que su producción decae considerablemente después. Segundo, que la variedad de Melilotus Yachay-Munay presenta un altísimo crecimiento final, por lo que es recomendable utilizarlo cuando se disponen de ventanas de tiempo amplias.
El impacto de los arrendamientos
Por su parte, Hernán Sainz Rosas, investigador de Inta Balcarce e investigador del Conicet, apuntó que “la mayor limitante para mejorar los suelos es que el 70% o 60% de la producción se hace bajo arrendamiento”.
El investigador se refirió al relevamiento que desde 2011 realizan junto a Fertilizar sobre el estado nutricional de los suelos, particularmente en la región Pampeana de Argentina donde se observa una “fuerte caída en la materia orgánica con balances de carbono negativo”.
Además, remarcó que la mayor limitante para mejorar esta situación es que el 70% o 60% de la producción se hace bajo arrendamiento “con contratos a corto plazo”, por lo que se dificulta adoptar tecnología de proceso, así como pensar en intensificar una secuencia o tecnología de insumos, como puede ser la aplicación del fertilizante. “Se necesita mayor previsibilidad para el productor, porque con un contrato a seis meses va a tratar de sacar su máximo beneficio económico y deja de costado el suelo, que es el principal recurso que tenemos”, señaló.
En este sentido, remarcó que los problemas que ya se están observando y que se agravarán si no se aumenta el ingreso de carbono al suelo, son “la erosión, la caída de nutrientes y la caída en los rendimientos, además de un aumento en la brecha entre lo que se podría producir y lo que se produce en la actualidad”.
Por su parte, Mariano López Mazzeo, de Fundación Barbechando, se refirió al trabajo que realizan en la Fundación refiriéndose principalmente a la Ley de Suelos. Hizo hincapié en la importancia de que exista “un marco legal que proteja, fomente y cree conciencia sobre la necesidad de conservar y recuperar los suelos en Argentina”.
En este sentido, se refirió a la ley nacional 22.428 de “Fomento para la conservación de suelos” sancionada en 1981, pero que desde 1989 no cuenta con asignación de fondos. “Entendemos que es una gran ley que se puede relanzar y adaptar a la actualidad para volver a tener su capacidad operativa”, expresó. A pesar de ello, destacó que las provincias han podido desarrollar sus propios programas de conservación.
Santa Fe cuenta con el Observatorio Santafesino de Suelos (OSS). El espacio nació para implementar la ley provincial 10.552 de manejo y conservación de suelos y ahora se está trabajando para migrar la plataforma a servidores con capacidad suficiente para alojar toda la información de los campos santafesinos.
Mapas de brechas de carbono
En el marco del congreso Aapresid y Syngenta presentaron la versión digital de los mapas de brechas de carbono orgánico de suelo para Argentina. Son el resultado del trabajo en conjunto que se lleva adelante desde 2022 para relevar el estado actual, alcanzable y potencial del Carbono Orgánico del Suelo (COS) y sus respectivas brechas y promover estrategias de manejo que tiendan a reducirlas para contribuir a la mitigación del cambio climático. La digitalización del agro suma herramientas para el manejo del campo.
En 2023 los mapas comenzaron midiendo 655 puntos georreferenciados, equivalentes a unas 30 mil hectáreas en las seis zonas productivas de Argentina. Este año, se duplicará la cantidad de hectáreas medidas, sumando 30 mil hectáreas más e incorporando productores con sistema mixto agrícola-ganadero. También se anunció que en una próxima etapa los mapas serán interactivos para que el productor pueda cargar la información de sus lotes en forma directa y robustecer lo información.
La presentación se dio en el marco del panel “La importancia de la digitalización: su aplicación en los mapas de brechas de carbono orgánico del suelo (COS) en los suelos de la Argentina”, del que participaron Marcelo Torres, presidente de Aapresid y Marcos Bradley, director general de Syngenta para Latinoamérica Sur.
“Volvemos a encontrarnos en esta edición 2024 del Congreso, como lo hicimos hace un año, para mostrar los avances de esta alianza en la búsqueda de maximizar la captura de carbono de los suelos agropecuarios”, expresó Torres haciendo referencia al lanzamiento de los mapas de brechas de carbono a nivel nacional con los niveles de carbono orgánico de suelo actuales, alcanzables y potenciales para los suelos agrícolas argentinos que tuvo lugar en la pasada edición del Congreso.
“Queremos compartir la digitalización de estos mapas, un paso clave para sistematizar la información y para que más productores contribuyan a robustecerlos”, agregó.
Por su parte, Bradley resaltó: “En el agro la digitalización es un medio para un fin: tener datos nos permite agregar valor y servicios, certificar de manera sustentable, eficiente y económicamente viable. Tenemos que mostrar y demostrar lo que hacemos bien”.
“Estos avances son sólo posibles gracias a la construcción de redes de colaboración entre especialistas, empresas y los productores. Esto no hubiera sido posible sin el aporte de información a nivel de lote y experiencia de nuestros productores en cada punto del país; de los especialistas que desarrollaron los modelos, ni de las herramientas tecnológicas y el apoyo de Syngenta”, agregó el presidente de Aapresid.
En tanto, el director general de Syngenta señaló: “Para lograr el cambio real hay que enfocarse en el proceso, y esa es la base de nuestro trabajo conjunto con Aapresid: medir, gestionar y dar herramientas al productor para que pueda mejorar”.
En una segunda etapa del encuentro, Florencia Moresco, responsable de la Red de Carbono de Aapresid; Guillermo Delgado, gerente de Negocios Responsables y Sustentables de Syngenta para Latinoamérica Sur y Federico Miles, gerente de Agricultura Digital de Syngenta, repasaron cómo se construyeron los mapas de carbono orgánico de suelos (COS) para cada región, detallando qué representan los niveles de COS actuales, alcanzables y potenciales.
Mostraron la interfaz para ingresar a las versiones digitales de estos mapas, a las que se puede ingresar a través de la web de Aapresid y de Cropwise, la plataforma digital de Syngenta, para visualizar los resultados de los mapas de brechas.
La digitalización de estos mapas permite a productores y técnicos de las diferentes regiones productivas conocer las reservas actuales de carbono en los suelos del país y comparar sus datos con los niveles promedios zonales, para así conocer si se encuentran por encima o por debajo de los niveles medios actuales y cuán lejos se encuentran con respecto a los niveles potenciales para una zona determinada.
La situación de los suelos
Por su parte, Nicolás Genaro, director de Marketing Latinoamérica Sur, consideró que el resultado numérico del relevamiento es interesante.“Estamos casi a la mitad del potencial, 48% es lo que nos da el la captura de carbono de los suelos en Argentina en promedio. Igual con bastante dispersión, hay zonas donde está más cerca del 80 y hay zonas donde está entre el 15 y el 20%. Esto lo que significa es que somos bastante buenos haciendo esto pero hay bastante también potencial de mejora”, resaltó sobre la información que este año está disponible en la plataforma Cropwise y también en la web de Aapresid.
Sobre la dispersión de los resultados apuntó que la situación tiene que ver con los cultivos que se hacen y cómo interaccionan con el suelo, con la rotación y también con el clima y con las prácticas o con los insumos que los productores eligen. “Hay todo un mix de de cosas que el productor puede hacer para incrementar su captura de carbono en el suelo, según cómo sea la práctica agrícola en cada región más lo que es el propio suelo van dando los números”, señaló.
Respecto a las zonas, Genaro explicó que la zona que mejor da es lo que es el sudeste de la provincia de Buenos Aires ahí, la parte de de Necochea, Lobería, Tandil. La zona más complicadas son al sur de Córdoba, San Luis, donde los suelos ya empiezan a hacer un poco más arenosos. La zona núcleo está en un promedio. La parte de lo que es el norte de Buenos Aires, Santa Fe, Rosario, sur de Córdoba, sudeste de Córdoba estaría más o menos en el promedio del país.
Sobre los argumentos para entusiasmar a los productores agropecuarios a que se sumen a relevar la situación de sus suelos y así ayudar al medioambiente, que lo demanda, pero también a lograr un ingreso diferencial el directivo de Syngenta apuntó que “el ser sustentable para el productor es un costo hoy en día que no está absorbiendo y no está pudiendo capitalizar o diferenciarse de otro productor que no tiene práctica sustentable” pero hay oportunidades para lograrlo.
“Es positivo que lo haga porque obviamente aporta a que el sistema general sea más sustentable en el tiempo, lo lógico y lo razonable sería que ese esfuerzo tenga una contrapartida monetaria tambié, que esas producciones se puedan vender con precios diferenciales”, explicó.
Genaro precisó que es algo que ya está empezando a ocurrir y apuntó que la digitalización es la gran herramienta que va a ayudar a que esto se acelere. “Es algo que siempre fue más un deseo que una realidad pero que hoy la digitalización ayuda a que el productor pueda medirse. Es mucho más fácil hoy llevar un registro de las actividades y poder dar esa medición de tu captura de carbono. Por el otro también la digitalización va a ayudar a que la comercialización y la unión entre compradores interesados y productores sustentables sea más fácil, más rápida, más dinámica. Hoy hay pequeños nichos que funcionan pero nuestra visión es que sea un mercado cada vez más grande el que diferencia la calidad de los productos del campo”, resaltó.
Con el objetivo de reconocer e incentivar al productor a adoptar prácticas para acelerar la descarbonización en el agro y lograr beneficios diferenciales, en el marco de Aapresid, Galicia y Nera formalizaron su incorporación como aliados a Ígaris. Así el programa que llevan adelante Viterra y Bayer que busca medir las emisiones de carbono del ciclo productivo de 1 millón de hectáreas de soja libre de deforestación en Argentina sumó jugadores y beneficios. Es en la actualidad uno de los proyectos de medición de huella de carbono más relevantes a nivel mundial. En el país, ya lleva medidas más de 500 mil hectáreas y busca llegar en 2024 al millón de hectáreas.
“Queremos recuperar competitividad a través de un programa ique le agregue valor a la producción nacional. Desde su lanzamiento, logramos comprobar que las emisiones de CO2 son en promedio 20 veces menores a lo establecido por los valores por defecto, demostrando que el productor argentino puede ser el más eficiente a nivel global”, indicó Francisco García Mansilla, gerente de Originación de Viterra.
Adelantó que por el momento el programa se enfoca en soja pero que también se sumarán otros cultivos a la propuesta de medición de huella, para luego mejorar los métodos productivos. “Hoy el productor tiene tres actores de la cadena trabajando juntos”, resaltó y explicó el plus por sustentabilidad del 2% que recibe el productor directamente a través del pago del grano por huella de carbono medida y también por la compra de insumos a través de Bayer o las mejoras en las condiciones de financiamiento a través de Nera y Banco Galicia.
Sobre las potencialidades del mercado dijo que “hoy no hay una gran demanda porque no hay un mercado ofrecido tampoco”. Así, consideró que “es un mercado que hay que generar” y que Argentina lo puede hacer. Hoy todas las compañías de retails globales tienen compromisos de reducir sus emisiones al 2030 o 2040, desde el proceso de compra de insumos a venta de productos. “Si les mostramos que nuestros productos mejoran la emisión les podemos bajar la emisión a ellos, en lugar de que tengan que ir a comprar créditos de carbono”, resaltó.
Hernán Busch, gerente de Agronegocios Galicia, destacó: “Nos aliamos a esta iniciativa porque estamos convencidos de que generar incentivos concretos para el productor permitirá acelerar la transformación sostenible del sector”.
Geraldine Stegemann, directora de Marketing de Bayer Crop Science Cono Sur, resaltó que “la colaboración con diferentes aliados estratégicos que promueven la descarbonización es fundamental para impulsar una agricultura regenerativa y sustentable”. La medición se realiza utilizando datos primarios con el fin de apoyar a las empresas en sus objetivos de reducción de emisiones (SBTi), garantizando la protección de áreas nativas y cumplimiento de criterios sociales. Asimismo, el proceso es auditado por una empresa de tercera parte, desde la recolección de datos de los lotes hasta el reporte de medición de huella de carbono.