La intención de siembra del trigo de la campaña 2023/24 que está a punto de comenzar, podría caer entre un 15% a un 60%, señaló el último reporte de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario. El pronóstico muestra la primera estimación de cara al próximo ciclo del cereal de invierno, que a priori, luce poco alentador.
La intención de siembra de trigo podría caer entre 15% y 60% en la nueva campaña
"El 80% de los suelos de la región núcleo están en sequía y escasez hídrica y requieren al menos 80 a 120 milímetros para arrancar con la siembra, que comenzaría en un mes", apuntó el informe y así dejó en claro que "hay una señal clara de bajar la superficie de trigo a pesar de la necesidad financiera que obliga a muchos productores a sembrarlo como sea".
La región núcleo está identificada como "región climatológica", porque es el área donde las probabilidades de lluvias normales, medias o superiores se ubican en el mismo porcentaje y a priori esto genera mucha más incertidumbre.
“A diez días de finalizar abril, las lluvias en la mayor parte de la región pampeana han alcanzado solo el 10 al 30% de los acumulados promedios históricos mensuales”, indicó Jorge Elorriaga, en el informe de GEA.
El reporte de GEA señala que la foto de las reservas en el suelo para esta misma fecha pero en 2022 mostraba una situación muy distinta ya que estaba poblada de un color verde, es decir eran regulares a adecuadas en gran parte de la región. Sin embargo, este panorama es totalmente distinto este año.
"La tendencia es a bajar trigo a pesar de que marzo 2024 está muy lejos”, señalaron los técnicos de la región relevados por GEA. El tema central es que "faltan lluvias que recarguen los perfiles”, indicaron desde Cañada de Gómez. Sin embargo, el quebranto económico del sector tras la sequía obliga a muchos a sembrar trigo aún sin disponer del agua mínima requerida en los suelos.
Desde la zona de Arroyo Dulce explican que “hoy no están dadas las condiciones para sembrar, faltan muchos milímetros para tener condiciones de siembra, pero las intenciones son de aumentar la superficie triguera".
Esta decisión obedece a una cuestión estrictamente de necesidad financiera. "El que pueda elegir, optará por no sembrar”, indicaron algunos productores del área núcleo.
De todos modos, la región del sur de Santa Fe tiene una ventana de siembra mucho más amplia para el implante del cereal de invierno que permite esperar y ver qué ocurre con las lluvias en el mes de mayo.
"En General Pinto necesitan entre 150 a 200 milímetros de lluvia, de lo contrario el área se reducirá un 60%”, advirtieron en GEA y señalaron que en Marcos Juárez la baja sería de un 15% respecto al año pasado.
Ante esto, los técnicos recomiendan tomar las decisiones en base al nivel de agua útil de los suelos.
Desde el extremo-sur de Santa Fe afirman que si no cuentan con un 80% de capacidad de campo no van a sembrar el cereal de invierno.
"En GEA simulamos que pasaría si las lluvias cumpliesen a rajatabla con las estadísticas hasta fines de mayo y el resultado muestra que solo en los mejores casos la capacidad de campo (para una pradera permanente y para el primer metro) llegaría al 60%, como muestra la imagen", indicó el reporte.
Condiciones climáticas
Después del cambio de escenario que se produjo con el arranque del otoño, las lluvias mantuvieron un comportamiento errático y dispar. “Las masas de aire frío y seco se impusieron con mayor frecuencia desde principios de mes. Esto va en contra de generar condiciones de humedad para proveer el agua que necesita la región”, explica Elorriaga. “El escenario podría ser más complejo si las lluvias de abril y eventualmente las de mayo se consolidan por debajo de la media, como ha sucedido en doce de los últimos treinta años”.
Todos miran hacia el cielo para tomar sus decisiones. “Por el momento los pronósticos no muestran en el corto plazo sistemas precipitantes que puedan recomponer los valores estadísticos de los primeros veinte días de abril", indicó GEA y sin condicionantes negativos de gran escala y dependiendo de los mecanismos regionales, siempre es posible la presencia de algún evento disruptivo que compense las estadísticas antes de fin de mes.
"El cambio de tendencia está en marcha pero las soluciones pluviales están llegando más lento de lo esperado”, explicó Elorriaga.
Para el mediano plazo, según proyecciones y en base a datos del centro Euro-Mediterráneo de Clima, la probabilidad de contar con lluvias que superen las medias estadísticas en región núcleo durante el trimestre mayo-junio-julio son del 30 al 40%. Es decir que las lluvias serían normales o inferiores a lo normal en este trimestre del año. Hay que recordar que el promedio estadístico de lluvias para mayo es de 40 a 70 mm, con un gradiente ascendente de oeste a este; en junio de 10 a 50 mm y en julio de 10 a 50mm.
Atraso en la cosecha de soja
Por otra parte GEA indicó que este año se cosechó solo el 50% del área de soja de primera en la región núcleo, cuando el avance en las ultimas cinco campañas a esta altura del año llevaba un promedio del 87%. “Recién ahora los lotes se están entregando, así que esta semana se va a avanzar firme con la cosecha de soja”, mencionaron en Cañada de Gómez donde queda un 60% del área por trillar.
Los primeros lotes que se cosecharon salieron con humedad, pero se priorizó levantarlos porque había manchones en los que se observaba desgrane. Los rindes están entre 12 a 15 qq/ha. El extremo sur santafesino y el noroeste bonaerense llevan un avance de cosecha del 15%. En Bombal y en General Pinto los rindes promedios rondan entre 14 y 15 qq/ha. Por otro lado, hay sectores con un mayor avance de cosecha, como el noreste bonaerense y en el sudeste cordobés donde quedan muy pocos lotes por recolectar. En Marcos Juárez el rinde promedió los 27 qq/ha y en Arroyo Dulce tan solo 7 qq/ha.