La brecha entre la cantidad de carbono secuestrado por el agro argentino y su potencial es del 54%, con fuerte disparidad regional. Esa es la primera información que surge del mapa que presentaron Syngenta y Aapresid en el último congreso de la entidad que reúne a los productores en siembra directa. Fue el resultado de un trabajo del que participaron un centenar de productores en más de 600 sitios.
Un mapa para ayudar a cerrar la brecha del carbono
Por Álvaro Torriglia
“Hace muchos años empezamos a elaborar con Aapresid un mapa con datos reales, de productores a campo, que permite medir el carbono orgánico en el suelo”, explicó Marcos Bradley, director general de Protección de Cultivos de Syngenta, quien aclaró que “esto no termina con la presentación sino que empieza”.
Es que el trabajo que se realizó a través de la red de brechas de carbono aporta a dos objetivos claves: sumar más puntos de información para obtener más y mejores datos, y fortalecer las prácticas productivas sustentables que pueden cerrar esa brecha. “Son herramientas que ya existen”, subrayó Bradley.
Las plantas captan dióxido de carbono de la atmósfera y lo meten en los tejidos vegetales. Hay prácticas para que ese carbono se quede en el suelo, de modo que el combate al cambio climático se combina con el beneficio de preservar y mejorar la salud del recurso.
La red montada por Syngenta y Aapresid permitió relevar el stock de carbono que hoy retienen los suelos. Al cruzarla con datos de clima y modelos de simulación, se puede comparar esta tasa de secuestro con su potencial. El resultado es la brecha, la diferencia entre el dióxido de carbono que se captura y que se podría capturar de la atmósfera.
El objetivo, explicó el directivo de la compañía, es reducir las emisiones de la actividad pero también sacar carbono de la atmósfera y dejarlo en el suelo. “La agricultura, que hoy emite como toda actividad humana, puede ser parte de la solución, y eso se hace con prácticas agronómicas y agricultura regenerativa”, subrayó.
Medir permite gestionar mejor. Por eso la importancia del mapa presentado en Aapresid. “En Syngenta tenemos como objetivo reducir nuestras emisiones al 50%, si todo el agro tiene esa meta, y además capturamos otro 50%, estás reduciendo las emisiones en un 75%”, señaló.
El director general de Protección de Cultivos de la compañía aclaró que, “con sustentabilidad sola no alcanza” para lograr este objetivo. Se trata de mejorar el sistema. “Por eso hablamos de agricultura regenerativa, de generar condiciones mejores de producción para solucionar el problema de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, que es causante del cambio climático”, enfatizó.
Aunque urge, todavía hay tiempo para evitar que este problema pase a mayores. Por eso desde Syngenta invitan a los productores a sumarse al programa y aportar información.
Los próximos pasos, agregó el ejecutivo de Syngenta, pasan “digitalizar los mapas, abrirlos a más datos” El Inta publicó recientemente un mapa de carbono. La tarea es sumar pero, sobre todo, a los productores. “Es clave tener muchos puntos de ingreso de la información, esto no termina con la presentación del mapa sino que empieza”, agregó.
Y en paralelo viene la transformación. “El secreto es el cambio de forma de trabajar, cuidar las rotaciones, hacer agricultura de precisión, utilizar cultivos de cobertura, reducir uso de insumos y practicar siembra directa; todos temas en los que Argentina está muy adelantada respecto de sus competidores en el agro”, subrayó. La agricultura regenerativa abre las puertas, además, a un mercado que “todavía está inmaduro pero tiene un gran potencial”, que es el de los bonos de carbono. La clave para acceder es la certificación, la demostración de que el sistema de producción es sustentable. “La primera revolución fue la generación de productos de biotecnología y ahora viene una nueva generación de procesos, en la que será clave el cambio en la forma de producir y en la transparencia con la que se pueda hacer ese cambio”, dijo.