El 20 por ciento de los productores de maíz y el 50 por ciento de los de soja aún no utilizan fertilizantes si bien conocen los beneficios de esta práctica, informó la asociación civil Fertilizar.
Apenas la mitad de los sojeros fertiliza
Fue en una jornada donde el especialista Martín Díaz-Zorita, miembro del Comité Técnico de Fertilizar, hizo un análisis de la situación actual de la fertilización en el país y destacó que, si bien los productores conocen los beneficios de esta práctica, aún no extienden su utilización.
Entre los que sí fertilizan se observan mayores dosis en cereales que en oleaginosas a la vez de una limitada cantidad y variedad de nutrientes aplicados, a pesar de que la fertilización es clave para lograr altos rendimientos en maíz y soja.
El encuentro tuvo lugar con motivo de la visita a la Argentina de Fred Below, profesor en Fisiología Vegetal y doctor en Agronomía en la Universidad de Illinois, Estados Unidos.
Al comparar el manejo actual del productor promedio con las recomendaciones disponibles para el manejo de una nutrición balanceada incluyendo en algunos casos micronutrientes se encuentra una brecha de rinde de un 20 por ciento.
"Este valor paga el fertilizante y deja un margen muy interesante para el productor", apreció Díaz-Zorita.
Además, la aplicación de una nutrición balanceada, en la que se consideran ajustes en nitrógeno, fósforo y azufre y micronutrientes, según diagnósticos integrales (caracterización del sitio, análisis de suelos y rendimientos esperados), reduce en un 50 por ciento las diferencias de rinde asociadas a la nutrición con respecto a las prácticas aplicadas actualmente.
Por otra parte, Díaz-Zorita señaló que estudios en desarrollo a partir de análisis foliares sustentan esta caracterización del estado nutricional regional e incluyen la valorización de la caracterización específica por expectativas productivas integradas en los sistemas productivos.
Bellow, por su parte, destacado investigador, mostró los desafíos que tiene el productor maicero estadounidense en cuanto a la brecha de rinde obtenido en ensayos, donde se alcanzaron récords de más de 34 toneladas por hectárea -bajo riego- y de 25 toneladas por hectárea -en secano- sobre un rinde promedio en 2017 de 11,1 toneladas por hectárea.