La semana estuvo marcada por el anuncio sobre la nueva alícuota para la exportación de soja pero los hombres de campos también están inquietos por los vaivenes del clima y el impacto en los cultivos, además de la evolución del Coronavirus y su influencia sobre la actividad económica global y los precios internacionales de los commodities.
Con clima complicado, la suba de retenciones disparó un paro
Impacto. El ministro de Agricultura, Luis Basterra, anunció a las entidades el cambio en las retenciones.
El gobierno nacional aumentará del 30 por ciento al 33 por ciento las retenciones a la exportación de soja para los empresarios agrícolas que produzcan más de mil toneladas, mientras que instrumentará un sistema de compensación a los productores que estén por debajo de esa cifra.
Desde el ministerio de Agricultura precisaron que el 26 por ciento de los productores sojeros del país quedará alcanzado por la suba de las retenciones. En cambio, tres de cada cuatro agricultores, es decir unos 42.000, serán alcanzados por la compensación.
El esquema de devolución será escalonado y el que más pague será a la alícuota de 30 por ciento que rige actualmente. Se estima que quienes produzcan hasta 500 toneladas anuales, tendrán una rebaja efectiva de la alícuota actual.
El nuevo esquema de retenciones también dispondrá la baja de derechos de exportación a 25 categorías de productos, principalmente de economías regionales. Otros cuatro quedarán sin cambios. Por caso, el girasol y el maní pasarán de tributar 12 por ciento al 7 por ciento, el arroz con cáscara del 12 por ciento al 6 por ciento; la carne ovina y lana ovina del 9 por ciento al 5 por ciento; la carne de cerdo y los embutidos del 9 por ciento al 5 por ciento, y el pescado del 9 por ciento al 7 por ciento. Por su parte, el maíz, el trigo y el sorgo continuarán con una retención del 12 por ciento, mientras que la carne bovina, de pollo y la leche en polvo se mantendrán en el 9 por ciento.
El ministro de Agricultura, Luis Basterra, sostuvo que el aumento a las retenciones a las exportaciones de soja "genera equidad territorial y social", y consideró que es un tema que "debe ser analizado en toda su complejidad". El aumento a la soja sube del 30 al 33 por ciento, pero el modelo de distribución hace que tres de cada cuatro productores de soja tengan un impacto menor o igual al 30 por ciento de los derechos de exportación", explicó Basterra.
"Aumentamos un solo complejo, el de la soja, y bajamos y mantuvimos el resto de los cultivos. Aplicamos un concepto de equidad territorial y de equidad social", remarcó.
Para el ministro, la escala en commodities aplicada al nuevo esquema de retenciones es "relevante", ya que marca diferencias entre pooles de siembra con alta o baja capacidad de producción. "El productor que entregó hasta 100 toneladas aportará 21 por ciento y cada 100 toneladas tendrá aumentos progresivos, hasta llegar al 30 por ciento en 600 toneladas y, en promedio, el productor que entregó 1.000, va a pagar 30 por ciento", explicó.
El clima global
Respecto al contexto internacional, Lorena D'Angelo, directora de Escenarios Granarios del Centro de Gestión Agropecuaria de la Fundación Libertad, advierte que Argentina tiene "su propio virus contra el campo". Consideró que "más allá del avance del coronavirus que impacta a los precios agrícolas, los productores locales enfrentan un problema local mayor", en referencia a los precios y a las tensiones políticas por el aumento de los derechos de exportación para la soja.
"Muchos mercados la semana pasada registraron una semana negra en sus cotizaciones, muchos recordaron el 2008 cuando se dio la crisis financiera que impactó con fuertes bajas en todos los mercados. Los productos agrícolas no pudieron escapar a la presión de bajas generalizadas a causa de la expansión del coronavirus en el mundo. Los nuevos casos en as países así como los decesos de personas infectadas causo pánico en los mercados por el impacto en el desarrollo de la economía global. En China, donde se desato el virus, se espera menor crecimiento que afecta al comercio y las proyecciones sobre el cumplimiento del acuerdo comercial fase 1 firmado con Estados Unidos", indicó la analista.
D'Angelo explicó que la demanda de muchos productos ya está siendo afectada y los granos no son la excepción cuando de muchos de ellos las grandes ofertas requieren el acompañamiento de demanda para que los precios no se depriman. Además con el ingreso de las cosechas gruesas 2019/20 de Sudamérica, la presión de las cotizaciones es habitual a esta época del año, que afecta principalmente al maíz y la soja.
Ambos productos en el mercado de Chicago cerraron la semana pasada con bajas sin encontrar factores que pudieran contrarrestar las ventas de los especuladores que prefieren mantenerse alejados de los mercados.
Además, D'Angelo advierte que hay que tener en cuenta que también que todavía no está todo dicho desde el punto de vista productivo. Los cultivos 2019/20 que están en los campos de Argentina necesitan de mejores condiciones climáticas en los próximos días para alcanzar los números proyectados.
En ese sentido se manifestó un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario. Hace 10 días que no llueve y el impacto es dramático: las sojas de segunda podrían perderse en su totalidad en las áreas más afectadas si no llueve en 10 días. En el largo plazo, "La Niña" asoma en el inicio de la campaña gruesa 2020/21. El Dr. en Cs. Atmosféricas José Luis Aiello indicó: "Recién tendremos oferta de agua en la segunda quincena de marzo".
El 17 de febrero fue el último día en que se desplegaron lluvias importantes sobre la región Pampeana y el norte Argentino. Los primeros días de marzo presentan un nuevo giro de las condiciones climáticas que preocupa a todo el sector, precisaron desde GEA.
"La falta de agua ha desmejorado mucho la condición de la soja de primera, incluso en áreas de la franja oeste de la región pampeana que estaban en muy buenas condiciones. El paso por el último tramo del ciclo de la oleaginosa se hace sin agua y esto afectará el peso de granos. La soja de segunda está muy comprometida y la necesidad de lluvias son perentorias. En pleno período crítico, los rindes esperados se desmoronan. Los técnicos alertan que en las zonas más afectadas por la sequía pueden perderse la totalidad de las siembras hechas con sojas de segunda si el agua no vuelve", señalaron al tiempo que anticiparon que el fenómeno podría amortiguarse a partir del 11 de marzo, afirma Aiello.