El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, ponderó el “compromiso de todos los actores de la cadena agroindustrial” para garantizar la provisión de alimentos y cuidar la salud de los trabajadores en medio de la pandemia de coronavirus.
El compromiso de la agroindustria
El titular de la cartera agropecuaria aseguró que no hay en estudio un nuevo esquema de retenciones y dijo que el sistema de segmentación para productores de soja menores a las 1.000 toneladas anuales “está muy avanzado” y que “ya está en su faz instrumental”.
Sobre cómo es el desempeño del sector al enfrenar la pandemia y cuál fue la articulación público-privada que existió para que siga en marcha, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación dijo que “el mundo no estaba preparado para enfrentar una pandemia. Nunca tuvo un escenario en el cual se trabajasen alternativas ante una situación como esta, por lo tanto hubo que adaptarse de manera muy acelerada a un escenario nuevo”. Basterra dijo que “la gran ventaja del sector es que está acostumbrado a lidiar con pandemias de tipo animal y vegetal, como la fiebre aftosa”.
En este marco, dentro de los equipos técnicos del ministerio comenzaron a analizar qué pasaba si llegaba a entrar el virus y con la llegada del primer caso en marzo disparamos un mecanismo de identificación de las actividades críticas para cumplir con los objetivos de sostener la provisión de alimentos y el flujo de comercio internacional que permitieran garantizar las divisas que el país requiere ante el tremendo desequilibrio económico que nos dejó el gobierno anterior.
”Cuando aparece el primer caso el procedimiento se acelera y más aún cuando en un frigorífico un trabajador resultó ser un caso positivo. Ahí tuvimos el primer evento en el cual se interrumpió la actividad por diez días y nosotros tomamos la dimensión de que había que protocolizar las actividades para que no se frenen”, señaló.
El ministro Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación recordó que con la declaración del aislamiento, se tomó la decisión de declarar como actividad esencial a la producción agropecuaria y, a partir de esto, con un fuerte compromiso del sector y del Estado, se trabajó en la definición de los protocolos para alcanzar un modelo mas institucionalizado, de forma tal de que formalmente se tuviera que cumplir con determinados procedimientos ante la aparición de casos positivos de Covid-19 en algún trabajador de las actividades productivas.