Además del fomento del consumo interno, el desarrollo de la cadena ovina plantea desafíos no sólo en cuanto a un aumento de la producción sino en el acceso y expansión a mercados internacionales. "Uno de los inconvenientes que Argentina tiene en relación a la inserción en los mercados internacionales es la no firma de los acuerdos comerciales que implica también poder avanzar en los mercados emergentes", señaló Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
El desafío pasa por armar un "ecosistema comercial" ovino
Por otro lado, señaló que es importante estructurar un ecosistema comercial ovino, particularmente para poder contar con un registro de establecimientos de la región central del país, el cual podría ser complementario con el de la Patagonia en términos de producción, comercialización y volúmenes. En ese sentido habría que apuntar a tener mayor inocuidad para un modelo más sustentable, la inserción en las cadenas globales de valor, la mitigación y adaptación al cambio climático con la visión de acceso a mercados. "Debemos pensar en una producción de nichos", instó Idígoras.
Para Gianni Bianchi, asesor técnico en el área de Producción Ovina de Uruguay, que junto a Brasil impulsa la cadena de valor ovina en sus territorios, es fundamental promover negociaciones en bloque regional a través del Mercosur para acceder a mayores cupos de mercado. "Este es uno de los aspectos más importantes empezar a trabajar para abastecer a China. Uruguay podría haber firmado un tratado con China, pero solo, no existe. Hasta que el gigante de arriba que es Brasil no diga ‘vamos arriba', ese tratado no se da", advirtió.
Más carne. Según el informe preliminar del Censo Nacional Agropecuario 2018, la ganadería ovina cuenta en el país con un stock de 8.625.383 cabezas en 39.705 establecimientos, de acuerdo a lo relevado hasta el 30 de junio del año pasado. Sin embargo, el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) tiene contabilizadas a marzo de 2018 un total de 14.339.908 cabezas y este es el dato con el que se maneja la Mesa Ovina Nacional (MON), que se propuso para 2030 aumentar la producción de carne un 66 por ciento (a casi 92.000 toneladas, hoy es de 55.300) y el rodeo un 22 por ciento, para alcanzar las 18 millones de cabezas. Todo ello, de la mano de la promoción estatal, la participación privada y la innovación tecnológica, entre otros factores.
Tradicionalmente, Argentina orientó la explotación del ganado ovino hacia la obtención de lana, fundamentalmente en la Patagonia, donde por el ambiente es difícil desarrollar otra actividad agropecuaria. En función de esta tradición lanera, más del 50 por ciento del stock ovino argentino corresponde a razas productoras de lana (Merino) y doble propósito (Corriedale, Rommey Marsh, Lincoln) y Criolla. Sólo una raza es netamente productora de carne, la Hampshire Down, y en los últimos años se han comenzado a criar razas destinadas a la producción de leche (Frisona, Manchega y Pampinta).
Argentina a fines del siglo XIX contaba con 74 millones de ovinos, número que se fue reduciendo con el correr de los años. Al analizar la evolución de las existencias ovinas en las últimas décadas se observa una reducción sustancial: en 1960 el rebaño superaba los 48 millones de cabezas, en 1988 sumaba 22,5 millones y en 2002 sólo llegaba a 12,5 millones, según Indec.
Esa merma obedece a múltiples factores entre los cuales se pueden mencionar la desertificación en la Patagonia; la expansión de la frontera agrícola; el reemplazo del ovino por el ganado bovino por menores costos de mano de obra; menor susceptibilidad a la predación; los vaivenes en el mercado internacional; mercados y canales de comercialización poco transparentes para el productor y escasa aplicación de tecnología en la producción ovina, en comparación con otras actividades competitivas.
La producción de carne se estimó en 50 mil toneladas en el año 2001 (FAO), de las cuales se registraron 8 mil toneladas en frigoríficos habilitados. La exportación de carne ovina en 2003 fue de 4,7 mil toneladas. La faena registrada en la zafra 2005/2006 alcanzó un total de 1,6 millones de ovinos y la exportación de carne para esta zafra fue de 8,2 mil toneladas. Argentina tiene un cupo máximo de exportación para la Unión Europea de 18 mil toneladas.