El mercado de aceites redefine la demanda
Por Lizi Domínguez
Ajuste. Se prevé que el stock final de aceite de girasol, como del resto, caerá a los niveles más bajos en 20 años.
La incertidumbre es el factor predominante en el mercado mundial de los aceites vegetales por los efectos de la pandemia, por lo que no se sabe a ciencia cierta cómo se desempeñará cada región respecto de la producción por un lado, y del abastecimiento por otro. En Argentina, el panorama puede ser auspicioso a partir de estimaciones de mayor demanda de aceite de girasol, principalmente de India.
"Este año, cuando hablamos de mercado, es muy difícil empezar sin hacer una mención al coronavirus que por supuesto impacta desde el flujo de mercadería, hasta las proyecciones de demanda en muchos bienes, si bien de algún modo los productos agroindustriales no son los que más han sufrido este impacto. Pero sin dudas es muy disímil la realidad de cada uno de ellos y es importante saber o tratar de entender cómo sigue el tema de la pandemia y su efecto sobre el mercado", señaló la licenciada en Economía Emilce Terré, jefa del Departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el marco de una charla organizada por la institución días atrás.
Hablando de incertidumbre, la política económica mundial en estos tiempos de pandemia está en máximos históricos. "Mayo de 2020 está por encima, por ejemplo, del ataque a las Torres Gemelas, el Brexit o cualquier gran hito de la historia mundial desde principios de la década del 90 hasta la fecha", reveló Terré.
Además, se espera una caída del PBI global del 3 por ciento. "Esta es la primera vez que decrece la economía desde la crisis financiera de 2009, y es tan severa que también van a caer las economías avanzadas como China y Estados Unidos, y también las en desarrollo. Con todo esto, se cree que va a ser la crisis económica más severa desde 1929, cuando ocurrió la gran depresión durante el siglo pasado", dimensionó la especialista.
Para el año que viene se espera en principio una buena recuperación de esta caída, aunque las proyecciones a 2020-2021 aún son preliminares. Desde ya, "sin dudas tendremos un año volátil y bastante difícil para la economía internacional", añadió.
En este marco, Terré analizó el panorama global de la situación que tienen los aceites vegetales en el mundo y cuáles son las primeras proyecciones para la próxima campaña.
A nivel de producción mundial, predomina el aceite de palma, que para 2020 se estima que va a llegar a 74,5 millones de toneladas, y si se toma desde 1980 a la fecha, la suba registrada es de más de 1.500 por ciento. A este aceite le sigue en nivel de importancia el aceite de soja, con casi 60 millones de toneladas este año, la colza con 27 millones de toneladas, y el girasol está en un cuarto lugar, con 21.500 millones de toneladas.
"Si comparamos la variación de 2020 respecto de 1980, el aumento de la producción de aceite de girasol (a nivel global) es de 364 por ciento en estas últimas décadas", remarcó la economista y observó que en los últimos diez años es de hecho el aceite que más aumentó, porque casi duplicó su producción en ese lapso.
Respecto del consumo estimado para la campaña 2020, en línea con la producción, el aceite que más se consume y se exporta en el planeta es el de palma, con 74 millones de toneladas de consumo doméstico y 50 millones de toneladas de exportaciones; seguido por el aceite de soja con 58 millones de toneladas y 12 millones de toneladas respectivamente, colza con 28 Mt y 5 Mt y girasol con 20 Mt de consumo global y 12 Mt de exportaciones.
"Si a esa oferta y demanda la tratamos de traducir a lo que son las expectativas sobre cómo va a cerrar esta campaña 19-20, y las primeras proyecciones para 2020-2021, si bien está aumentando la producción de aceites vegetales totales en el mundo (son casi 4 millones de toneladas), y ello permite un aumento en la oferta total porque tenemos más importaciones y más producción, vamos a ver que la demanda va a aumentar más que proporcionalmente: 6,5 millones promedio de aumento en el consumo doméstico", estimó la especialista.
"Ello se debe a que prevé un aumento en el uso alimenticio como en el uso industrial, y también mayores exportaciones de aceite vegetales en el mundo, que terminarían ocasionando un stock final más ajustado para la nueva campaña de lo que terminaría siendo el cierre de la campaña actual", explicó.
Los stocks finales de aceites vegetales en el mundo pasan de casi 22 millones de toneladas a cerca de 20 millones de toneladas "y si lo comparamos con los niveles de demanda total, la relación stock consumo cae del 11 por ciento al 10 por ciento, por debajo también de los últimos 5 años que estaba en un 12 por ciento", indicó.
Evaluar la relación stock-consumo "es una forma de medir el ahorro que tenemos de ese producto. Si tenemos mucho stock guardado en relación a lo que solemos consumir, entonces podemos estar tranquilos y los precios suelen estar más apaciguados. En cambio, si tenemos poco stock en relación a las necesidades de la demanda, eso es como tener un ahorro de mercadería con lo cual los precios se vuelven muy volátiles", explicó la economista de la Bolsa rosarina.
"A menor relación stock-consumo, los precios tienden a mostrar mayor volatilidad en el mercado y por supuesto también tienden a actuar como un soporte para los precios evitando las potenciales caídas", agregó.
Si vemos específicamente el uso de aceites vegetales para consumo humano, el mismo viene creciendo desde 1970 hasta la actualidad. Estamos pensando que en el 2020 alcanzaría en un récord histórico y merece notar que en los últimos años, desde el 2000 aproximadamente hasta ahora, se empieza a recuperar la participación del aceite de girasol en el consumo humano de aceites vegetales", valoró Terré.
En ese sentido agregó que entre 2019 y 2020 ese consumo de aceite de girasol habría alcanzado el máximo de esta tendencia alcista con el 12 por ciento, que son niveles que no tenía desde 1997, o sea que se está hablando de los niveles más altos en más de 20 años.
En base a esto, "es interesante observar que con esta crisis del Covid -19 bajó un poco el consumo de aceite de palma y aumentó el aceite de girasol en los países que consumen este tipo de aceites, porque al haber menos consumo en restaurantes y en lugares externos y más cocina en casa, se privilegió más la compra de aceite de girasol. Y eso cambió un poco la relación de stock de estos aceites, por lo que vemos un potencial para este aceite", señaló la licenciada en economía.
En tanto, se prevé que el stock final tanto del aceite de girasol como del resto de los aceites caerá los niveles más bajos en los últimos 20 años, al igual que la relación stock-consumo, "por lo que estamos empezando a prever una situación mucho más ajustada de oferta de aceites vegetales en el mundo de lo que nos acostumbramos en estos últimos años", acotó Terré.
Respecto de la importación de aceites vegetales, el primero a nivel mundial es el aceite de palma seguido por el de soja. En tercer lugar está el aceite de girasol, luego el de colza y el resto.
Se espera que luego de esta pausa en estos meses de la campaña 19-20 a raíz de la pandemia, las importaciones totales de aceites vegetales se recuperen para la próxima campaña y alcancen nuevamente un récord histórico. Este aumento en las importaciones va a estar sobre todo en manos de China e India, que son los dos grandes jugadores asiáticos del mercado de aceites vegetales.
En India, que importaría 15 millones de toneladas de aceites vegetales en la campaña 19-20, se estima que aumentaría unas 20 millones de toneladas para la campaña próxima y en China, que compraría 11,4 millones de toneladas en la presente campaña, en la nueva aumentaría unas 600 mil toneladas de importación.
En importancia le siguen la Unión europea y Estados Unidos por la cantidad de importaciones, pero en estos dos casos se vería una caída de las mismas, que bajarían unas 400 mil toneladas en la primera y unas 100 mil en el país del norte.
Después están el resto de los principales países importadores con las variaciones que se esperan para la campaña próxima. “Sin dudas el gran traccionador del consumo es China, donde se empezaba a ver que la peor parte de la crisis por la pandemia ya quedaba atrás y comenzaba a abrir algunas áreas, pero surgieron rebrotes de la enfermedad. Pese a ello, sigue muy activa en el mercado”, aseguró Terré.
De esta manera, China volvió a comprar muy fuertemente aceites y otro tipo de productos como porotos de soja, cuyo mayor proveedor en mayo fue Argentina, por encima de Estados Unidos.
“O sea que China está muy activa sobre todo en el mercado sudamericano y también haciendo compras a Estados Unidos. Esto último tiene que ver con la fase 1 del acuerdo que habían hecho para tratar de aflojar las tensiones comerciales, su cumplimiento sigue siendo una incógnita”.
Respecto al panorama global del aceite de girasol específicamente, los grandes drivers del aumento de la producción son Ucrania y Rusia, que hoy por hoy son los principales productores mundiales de aceite de girasol seguidos de la Unión europea y Argentina en cuarto lugar.
Exportaciones
En cuanto a las exportaciones, Argentina escala al tercer lugar por encima de la Unión europea pero por detrás de Ucrania y Rusia, que tienen mucha diferencia en el volumen que logran exportar año a año. Rusia sobre todo ha tenido un crecimiento formidable de la exportación de aceites de girasol en la última década.
“La verdad es que hay un mercado muy interesante para el aceite de girasol en el mundo. En particular Argentina le vende por sobre todo a India. Son casi 260 mil toneladas para este gran comprador internacional y principal importador mundial de aceite de girasol”, indicó Terré. Siguen Egipto, Brasil, Sudáfrica, Irán, la Unión Europea, México y Australia.
La economista comentó que la consultora Sunvin dio una aproximación de lo que puede pasar en India en la nueva campaña 2021, y revela que este país estaría pensando en aumentar un poco más las importaciones, que están en 3 millones de toneladas, y de estas importaciones compraría a Argentina 375 mil, lo que implicaría un aumento respecto del año pasado. Ello permitiría que las exportaciones argentinas al mercado indio aumenten de un 12% al 13%. El escollo sería que “tenemos es un límite en la producción. No producimos tanto como hacía algunos años atrás”, advirtió.
Terré comentó que en febrero y marzo, a raíz de la pandemia, los embarques de aceites argentinos tuvieron una fuerte retracción respecto de los mismos meses del años anteriores. Sin embargo a partir de abril éstos comenzaron a recuperarse al punto que en mayo están por encima del mismo mes de 2019. Por ejemplo, los despachos de aceite de girasol a India aumentaron en mayo un 3%, y los de aceite de soja, un 40%.
“India empezó en este mes de mayo a estar muy activa tratando de conseguir aumentar sus importaciones de aceites y de otros tipos de productos oleaginosos, así que vemos una fuerte atracción de los embarques y a raíz de eso es que vemos una recuperación de los aceites vegetales”, dijo la economista de la Bolsa.
Finalmente los precios de los aceites vegetales venían en franca caída desde que empezó este año, “vinculada a lo que pasó con los biocombustibles. La demanda de energía se derrumbó cuando empezó a actuar la pandemia, al demandarse menos vuelos, al haber menos flujo de mercaderías, menos transporte de personas y demás. Cayó mucho la demanda de energía de naftas y demás, y con eso cayó también la demanda de etanol y biodiesel, lo cual terminó afectando indirectamente algunos de los principales cultivos del mundo”.
Cuando empezó el mes de mayo, dependiendo del cultivo, países como China e India volvieron a aparecer en el mercado mundial muy fuertemente tratando de volver a reconstruir su abastecimiento de este tipo de productos tan críticos para su consumo, y junto con esa mayor demanda los precios empezaron a reaccionar, con una suba desde el mes pasado hasta la actualidad.
“El mundo está pidiendo cada vez más girasol”
“Las circunstancias internacionales son favorables y van a seguir siendo favorables para el mercado de aceite de girasol, que puede producir mucho más todavía. La industria necesita mover más girasol, es un mercado en expansión bastante importante y el mundo está pidiendo cada vez más girasol”, afirmó el economista y consultor privado Jorge Ingaramo.
En ese sentido, el asesor de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir) mencionó que “el caso de China es impresionante: en los últimos cuatro años agregó 170 mil toneladas de girasol todos los años de aumento de la demanda de las importaciones. Con que Argentina sea capaz de abastecer ese mercado, ese incremental, ese delta de China, ya tenemos para duplicar la producción de girasol tranquilamente en los próximos 5 ó 10 años”.
Además, “la demanda interna de la industria de molienda está claramente insatisfecha. Son pocos los que compran pero tienen las plantas vacías, y hay momentos en el año en los cuales hay una capacidad ociosa impresionante”, agregó.
Asimismo, el economista auguró que próximamente en Argentina “el girasol va a aumentar un poco su área de siembra, reemplazando un poco en parte al maíz, a la soja y sorgo”.
Por último, recomendó a los productores locales “que no tengan miedo de sembrar girasol. Fue un buen negocio el año pasado. Creo que con 7% y 5% de retenciones fijados en marzo por el gobierno nacional no estamos tan complicados”, remató.