El Mercosur concentra una tajada importante de la producción mundial de soja. Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia son los referentes de la región sur. Cada país tiene singulares características y atraviesa un escenario de producción particular pero durante Mercosoja 2019 se debatió sobre la posibilidad de hoy más que nunca de unificar ciertos criterios para consolidar el crecimiento y mejorar los cimientos del mercado a futuro. Referentes de los distintos países coinciden en profundizar algunas cuestiones en modo regional para marcar un posicionamiento a nivel mundial.
El Mercosur afina el lápiz para producir más granos
Por Patricia Martino
En ese sentido, surgió cómo abordar "la satanización de la producción agropecuaria" que es "impulsada por políticos oportunistas y muchas ONG", la deforestación y el cambio del uso de la tierra, las mediciones del rescate del carbono, los límites máximos de residuos y el uso de nuevas tecnologías, la edición génica por ejemplo.
En el marco de Mercosoja 2019 "Reformular la soja, para impulsa una cadena de conocimiento" se realizó el panel "Actualización y prospectiva del complejo soja en los países del Mercosur" y participaron representantes de los diferentes países. Brindaron su mirada Fernando Cadore de la Asociación Brasilera de Productores de Soja (Aprosoja), Roberto Verdera de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO) de Uruguay, Sonia Tomassone de la La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) y la Asociación de Productores de Soja (APS) de Paraguay, Jaime Hernández de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) de Bolivia y Rodolfo Rossi referente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja).
Las ventajas y las asimetrías se hicieron presentes durante todo el foro. El referente brasilero detalló que mientras el costo del flete para sacar la producción de soja de Sorriso para exportar a China por el puerto de Santos cuesta u$s111, la oleaginosa producida en Córdoba y trasladada por el complejo portuario del Gran Rosario tiene un costo de u$s57 y desde Ilinois a través de Nueva Orleans unos u$s56.
Luego de brindar algunas precisiones sobre que Mato Grosso es el gran Estado agrícola del país, Cadore especificó que en esa área se producen 32,7 millones de toneladas y dijo que se trata de un Estado muy dependiente del sector primario.
A su turno, el asesor agrícola ganadero Verdera de Uruguay hizo referencia a los rindes que consiguieron los productores uruguayos y al precio de la soja que bajó significativamente debido a que la zafra anterior fue muy mala. Esto se vio afectado, además, por los costos de cultivos que se incrementaron por los valores de la semilla, fertilizantes y agroquímicos, mencionó.
La zafra 2017/8 fue excepcionalmente mala y aunque la 2018/19 dio revancha los números no lograron ajustarse. En se sentido, precisó que el rinde promedio de soja de la campaña 2017/8 rondó los 2.200 kilos por hectárea mientras que la última marca fue de 3 mil kilos por hectárea.
Pero hubo otro dato crítico para los productores agropecuarios. El costo de los cultivos aumentaron 7 por ciento y se elevó a 500 dólares por hectárea, producto de que a raíz de la mala cosecha anterior se tuvo que importar gran cantidad de semillas, y mucha fue Intacta que tiene un alto valor.
"En definitiva, pese a mayores costos por hectárea y menores precios de venta, los mayores rendimientos determinaron una fuerte mejora de los márgenes de la soja", indicó Verdera.
Mirada regional. En el caso de Paraguay por ejemplo, Tomassone hizo hincapié en el gran crecimiento que tuvo este cultivo en su país y lo vinculó directamente al manejo y conservación de los suelos, a la siembra directa, a la incorporación de la biotecnología y tecnología agrícola y a la capacitación de los productores en buenas prácticas agrícolas.
En el vecino país, la soja triplicó sus toneladas, ya que en 2000 tenían 3,5 millones de toneladas y en 2018 ese valor ascendió a 10,3 millones de toneladas y valoró el aporte económico que genera el grano sin procesar. Es que el valor agregado siempre es muy buscado, pero en Paraguay destacan el aporte económico que genera la producción per se.
De las cuestiones que destacó Tomassone, la más importante fue el cambio que hicieron en los últimos años en materia de logística e infraestructura, ya que se posicionaron mundialmente por esta razón. Toda la transformación por las condiciones regionales ayudo a Paraguay a la apertura mundial. Por eso en los próximos años planean expandir la siembra de soja, maíz y abonos verdes hacia el Chaco Boreal.
"En menos de 10 años tenemos 37 puertos graneleros y la tercera flota de barcazas más grande del mundo", apuntó e hizo referencia a que esto sucedió también parte por que "los hermanos argentinos hicieron políticas que alejaron a los inversores" en este segmento.
La referente de Paraguay reclamó que todos los referentes de cada país logren una sola voz para el Mercosur para marcar posicionamiento al mundo. Y que es necesario que trabajen los temas ambientales de marea regional también. Durante su presentación se expuso sobre la mesa la mala comunicación que existe sobre cómo se produce, en referencia a los lugares en dónde se produce y las acusaciones sobre deforestación de la tierra para uso agrícola.
"En Paraguay tenemos legislación con deforestación cero, por eso buscamos avanzar sobre el Chaco Central, que es la zona menonita muy vinculada a la actividad ganadera y producción láctea, y apuntamos a que se convierta en una zona que integre ganadería y agricultura. Esta zona es tres veces la región oriental, tiene un gran potencial", explicó sobre la expansión proyectada para soja, maíz y abonos verdes.
En rigor, Tomassone apuntó a abordar en forma regional "la satanización de la producción agropecuaria" que es impulsada por políticos oportunistas y muchas ONG, la deforestación y el cambio del uso de la tierra, las mediciones del rescate del carbono, los límites máximos de residuos y el uso de nuevas tecnologías, la edición génica por ejemplo.
"Son temas muy sensibles. Tenemos que tener una sola voz como Mercosur. Por ejemplo, en emisión de carbono el Mercosur representa el 2 por ciento del total mundial, no movemos la aguja, pero nos apuesta Europa, que emite el 9 por ciento. Vos haces mal las cosas y me apuntas a mi", resaltó Tomassone.
La referente de Capeco y APS de Paraguay consideró que la producción de soja y el ambiente no son incompatibles utilizando tecnología y ciencia y propuso que "es hora de que el Mercosur trabaje unido para mostrar lo que estamos haciendo bien".
A su turno, Hernández de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo de Bolivia expuso la situación de la gran región productora agrícola y ganadera de Santa Cruz, donde se siembran anualmente 1,3 millón de hectáreas. "Gracias a la rotación de cultivos es que también consiguieron buenos resultados con el sorgo y el maíz. "Los productores bolivianos optan por la rotación para hacer un manejo sustentable de su sistema productivo", explicó.
Además, comentó que desde 2003 utilizan biotecnología y desde 2013 generan soja transgénica 100 por ciento. Del total de lo que producen, el 32 por ciento es para consumo interno mientras que el 68 por ciento restante se destina a las exportaciones (mayormente con productos de valor agregado, aceite y harina). "Hoy por hoy tenemos potencial y superficie para aumentar la siembra de soja. Así es que debemos trabajar el problema de la seguridad jurídica de los productores, la liberación de las exportaciones, el uso libre de biotecnología y comenzar con el programa de producción de biocombustible gracias al etanol", finalizó Hernández.
"El desafío de los productores es crear un sistema productivo basado en la materia orgánica para alcanzar la sustentabilidad", apuntó Hernández quien agregó que la agenda de Bolivia de cara al 2025 contempla incrementar la producción de alimentos 3 veces más, pasar de 14 millones de toneladas a 45 millones de toneladas y ampliar la frontera agrícola en 1 millón de hectáreas, ya que en Santa Cruz hay margen para extender el uso de superficie agrícola.
En esta proyección juega fuerte el nuevo programa de producción de biodiesel "para ingresar a Bolivia en la era de los biocombustibles". Se necesitan 500 mil toneladas de granos de soja adicionales para iniciar una primera etapa de producción de biodiesel, indicó Hernández.
Por otra parte, se apunta al mejoramiento de infraestructura productiva y logística de exportación. Por eso en el vecino país se tomó la decisión de promover la construcción de Puerto Busch y sus accesos, en el marco de una alianza público privada. Demandará una inversión de entre 800 y 1.000 millones de dólares.
Pata local. La mirada local llegó de la mano de Rossi, ex presidente de Acsoja y presidente de Mercosoja 2019. El ingeniero agrónomo y fitomejorador repasó en qué lugar a nivel mundial se encuentra la Argentina. El país es el primer exportador mundial de harina y aceite de soja, tercer productor mundial de poroto de soja, tercer productor mundial de biodiesel en base a aceite de soja, tercer exportador de poroto de soja, tercer productor mundial de aceite de soja y tercer complejo industrial oleaginoso a nivel mundial medido en capacidad teórica de crushing de soja.
Ateniendo al eslogan del congreso, "Reformular la soja, para impulsa una cadena de conocimiento", Rossi consideró que "reformular implica resolver algunos interrogantes que se están presentando".
En ese sentido, apuntó: "Desde el punto de vista científico tecnológico para reformular necesitamos una ley de semillas, a la propiedad intelectual, más inversiones en ciencia y tecnología que la que tenemos porque estamos mal en el mundo respecto de lo que tenemos. A nivel producción tenemos el tema de las malezas, el bajo uso de fertilizantes, reformular que tenemos que recuperar los nutrientes que perdemos del suelo. Reformular hasta en el sector industrial que en estos momentos tenemos una capacidad ociosa muy grande. De qué manera con infraestructura , como es la hidrovía, podemos suplir esa carencia de grano que se dio en la Argentina por distintas rozones con exportaciones de Paraguay, que se consolidó, Brasil y Bolivia que está teniendo un cambio en la legislación y le permitiría producir más grano y exportarlo. Reformular, era previo a las elecciones, a la posibilidad de un cambio de gobierno, de un cambio de tendencia. Reformular es para cada uno, de qué manera es el camino, aunque no sabemos qué certezas tendrá ese camino".
Rossi también señaló que hay que reformular en el plano internacional. "La guerra comercial entre estados Unidos y China hace que tengamos que reformular qué hacemos. Vamos a exportar más grano, porque China demanda grano o vamos a seguir trabajando en forma más firme en exportar proteína o en la creación de valor. Por la fiebre porcina en China ya hoy capaz que sea el momento de ponernos a trabajar en creación de valor interno con el uso de la soja como forraje y produzcamos distintas carnes para exportar. Es un punto de ruptura", detalló.
A modo de conclusión, Rossi destacó el crecimiento regional y advirtió que hay que analizar la situación actual para saber a donde apuntar. "Todo este crecimiento que tuvimos los países del Mercosur desde hace 20 años hasta hora, donde pasamos de sembrar 22 millones de hectáreas de soja a sembrar 60 en el Cono Sur, de 50 millones de toneladas de producción a 190. No sé si vamos a seguir con estas tasas de demanda internacional, aunque por otro lado tenemos un continente como Africa que se está despertando, hay una mayor urbanización, mayor poder adquisitivo dentro de un continente con problemas graves. Un gigante dormido que se está despertando", expuso luego de su presentación en el panel que integro junto a representantes de los países que integran el Mercosur.