El trigo va camino a batir un nuevo récord de siembra
Ni el coronavirus ni el clima le hacen sombra al trigo. El cereal, cuyos precios le escaparon a la caída generalizada de todos los commodities —no sólo los agrícolas— promete dar el batacazo en la campaña 2020/21. "Se prevé una expansión del 1,5 por ciento respecto a las 6,7 millones de hectáreas implantadas en el ciclo previo, el área más grande los últimos 19 años", señaló la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y detalló que "se dará por las buenas condiciones climáticas previstas durante la ventana de siembra y una mejora en el relación insumo-producto".
Pero además, si se concretan estas estimaciones, "la siembra de trigo no sólo será la más grande desde la campaña 2001/02, cuando alcanzó 7 millones de hectáreas, sino que se ubicará 19,6 por ciento por encima del promedio de los últimos cinco ciclos previos", agregó.
Esta buena perspectiva también está apuntalada por las cotizaciones. Mientras los mercados financieros y de bienes y servicios están fuertemente afectados por la recesión mundial provocada por la pandemia, el petróleo se pulverizó y las monedas de los países emergentes sufrieron fuertes devaluaciones, el trigo resiste al coronavirus. Así señaló Carlos Pouiller, analista de mercado y socio fundador de AZ Group. "Los mercados internacionales muestran que en el último mes la cotización del trigo en Chicago y Kansas subió unos 20 dólares. El mismo comportamiento mostraron las cotizaciones FOB en el Golfo de México y en el Mar Negro", dijo y señaló que "a los países que compran trigo les sale hoy 20 dólares más cara cada tonelada que compran que lo que les costaba hace un mes".
Por no ser "China-dependiente" ni resultar un insumo utilizado para la producción de biocombustibles, cuya industria que se encuentra atravesando una profunda crisis "a nivel mundial, el trigo no muestra ninguna flaqueza por el lado de la demanda, la que viene creciendo a ritmo lento pero firme, año tras año", agregó.
Por otra parte, la oferta del cereal se está resintiendo. "Estamos transcurriendo la época en que se definen los rindes del trigo en el Hemisferio Norte, que produce más del 90 por ciento de todo el mundo y hay preocupación por el clima desfavorable que en algunos países productores que amenazan el logro de una producción normal", agregó Poullier. Hizo referencia a los cultivos de trigo en Europa y en países del Mar Negro, como Rusia y Ucrania, que vienen soportando déficit de humedad y temperaturas inconvenientes.
Por caso, el Consejo Internacional de Granos (IGC) en sus proyecciones de oferta y demanda para el ciclo 2020/21 indicó que la producción mundial de trigo de la nueva campaña alcanzará a 768,5 millones de toneladas, creciendo en sólo 5,3 millones, a pesar de adjudicarse a Australia una recuperación plena de su producción. Además, el consumo mundial se incrementará en 6,7 millones de toneladas, pasando a 760 millones.
"Si bien los stocks mundiales de trigo no son bajos, el mercado interpreta la presente situación como riesgosa para el normal abastecimiento, ya que el problema productivo se concentra en varios de los principales exportadores mundiales", agregó.
Esta situación constituye una ventana de oportunidad que los productores argentinos ya están viendo, ya que, más allá de hacerse de liquidez con nuevas ventas, "pueden aprovechar las favorables relaciones de precios existentes entre el trigo y los fertilizantes u otros insumos, y realizar operaciones de canje, pudiendo estoquear insumos que, ya sea por aumento del dólar o por una eventual escasez de oferta, pueden encarecerse", dijo el analista.
De este modo, la pre campaña avanza a paso firme en términos financieros y sólo está sujeta a la ocurrencia de lluvias que permitan disponer de humedad superficial para asegurar una correcta implantación, planteó la Bolsa porteña. Hasta ahora, el pronóstico estacional muestra un otoño con "lluvias variables tanto en frecuencia como en distribución, de moderadas a abundantes hacia el centro y este del área agrícola y moderadas a escasas hacia el sudoeste, y más focalizadas en el norte del país durante el mes de mayo, las cuales resultarían oportunas, agregó la entidad.
En cuanto a los costos, la disminución del precio de ciertos insumos claves "otorga una relación insumo-producto más favorable para el trigo, en comparación a las campañas previas", dijo la Bolsa de Buenos Aires. Dentro de los herbicidas, se registró una disminución del 5 por ciento y por el lado de los fertilizantes, tanto la urea como el fosfato diamónico mostraron caídas en sus precios del 7 por ciento y 16 por ciento, respectivamente. Mientras que el gasoil asentó una disminución del 11 por ciento, respecto a los valores observados en la misma fecha del año pasado.
Menos soja
En el otro extremo, y sobre el final de la campaña gruesa, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario recortó en 200 mil toneladas la estimación de producción de soja en la zona núcleo por caída en los rendimientos, para ubicarla en 17,8 millones de toneladas.
La región comprendida entre el norte bonaerense y centro sur de Córdoba y Santa Fe aportará el 35 por ciento de las 50,5 millones de toneladas previstas a nivel nacional para esta campaña. "La volatilidad climática volvió a expresarse con crudeza (sequía entre febrero y marzo), golpeó de lleno a la soja que siguen expresándose sobre todo en soja de segunda", dijo GEA.
Así, el rendimiento promedio se ubicó en 27 quintales por hectárea (qq/ha), uno menos que la semana previa, mientras que la para la cosecha de soja de primera, que ya cubrió el 80 por ciento el rinde promedio se ubicó en 40,6 qq/ha.
"La variabilidad de rindes es enorme: hay lotes con 4 qq/ha, en Cañada Rosquín, y otros con 50 qq en Carlos Pellegrini, siendo que ambas localidades están a solo 20 kilómetros", destacó GEA.
Tal como venía ocurriendo, la oleaginosa muestra a nivel internacional un escenario de débiles exportaciones y stocks crecientes, según detalló Iván Barbero, docente de Agroeducación. "En momentos en que lo habitual es que el mercado de soja esté enfocado en la cosecha en Sudamérica y las perspectivas de siembra en EEUU, el interrogante que presentan las exportaciones estadounidenses durante este ciclo obligan a seguir de cerca su desempeño, con el consiguiente impacto que esto puede tener sobre los stocks iniciales del ciclo 20/21", dijo.