El mercado internacional de granos se agita por la guerra comercial entre las principales potencias del planeta. En Chicago, el valor de la soja reportó sus mínimos en una década durante las últimas semanas, mientras que a nivel local, la escasez de mercadería y la devaluación mantuvieron sostenidos los precios locales en pesos. Como un TEG de las materias primas, todavía es una incógnita el efecto final que tendrá la disputa de comercio de Estados Unidos con China, la Unión Europea y sus socios del Nafta. Analistas de la Fundación Mediterránea, la Bolsa de Comercio de Rosario y el Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales pusieron bajo la lupa este complejo escenario.
Guerra comercial por el efecto en el mercado de granos
Juan Manuel Garzón, economista del Instituto Argentino de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, se hizo eco del retroceso que experimentaron los principales commodities agrícolas en los últimos dos meses. En la soja, la caída alcanzó un 10 por ciento, mientras que un comportamiento parecido se observó en los valores del maíz.
Mundo en baja. Opinó que este reacomodamiento que "genera preocupación y dispara interrogantes" podría obedecer a la demanda china de soja, "menos dinámica de lo que seguramente se esperaba".
Las importaciones del gigante asiático acumulaban 60 millones de toneladas al mes de mayo (desde octubre 2017), prácticamente el mismo volumen que en similar período del ciclo previo (59 millones).
"Para lo que queda del año y 2019, si se atiene a las últimas estimaciones y proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los fundamentos del mercado no son bajistas", indicó el especialista.
El ciclo agrícola actual estaría cerrando a nivel mundial con menores existencias, relativas a consumo, que el ciclo previo. A su vez, destacó que los stocks volverían a descender en el ciclo que está arrancando (2018-2019).
"Pero hay un riesgo importante asociado a una posible sobreestimación de la demanda mundial y de las importaciones globales en un escenario de escalada del conflicto comercial entre Estados Unidos y el resto de potencias del mundo.
Como ejemplo, puso que "a partir de este mes de julio, la soja de Estados Unidos ingresa a China con un arancel extraordinario del 25 por ciento, factor claramente bajista para la soja USA pero también para la soja de todo el mundo si la demanda china se ralentiza en un contexto de mayor incertidumbre".
La baja de precios de los últimos dos meses podría tener un componente de "corrección", de normalización de precios que habían subido en marzo y abril, "muy probablemente por los problemas climáticos de Argentina, y que asumido y transcurrido el evento local, la situación empiece a regularizarse de cara al inicio del ciclo agrícola 2018-2019", precisó.
Sostén local. Un informe del economista Federico Di Yenno, publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), subrayó que mientras el precio de la soja en Estados Unidos mantuvo su tendencia bajista por el conflicto comercial que atraviesa China con los Estados Unidos, la oleaginosa local mantuvo sus niveles por mejores precios de exportación de los subproductos en la semana.
En el mercado de Chicago la soja alcanzó mínimos de 2008. La guerra comercial motoriza esta caída.
El economista sostuvo que el "primer problema que causa este conflicto en los mercados es mayor incertidumbre, porque no se sabe a ciencia cierta qué es lo que podría suceder en el mediano plazo".
"A más largo plazo, si persisten los aranceles chinos en un nivel elevado, la oferta mundial de soja debería poder ajustarse en consecuencia", indicó.
En su análisis, la superficie sembrada con soja en los Estados Unidos disminuiría en forma considerable, mientras la superficie sembrada en América del Sur aumentaría.
El precio de la soja publicado por la Cámara Arbitral de Cereales (CAC) de la Bolsa de Comercio de Rosario fue de u$s 279 la tonelada el día jueves 5 de julio, anotando una recuperación de u$s 2,64 respecto al jueves 28 de junio.
El precio de la soja a nivel local permanece constante de la mano de precios de exportación de los subproductos de soja que se mantienen estables.
Esta estabilidad de precios "se da a pesar de la caída en el precio de la soja negociada en el mercado de Chicago (-u$s 9,5 la tonelada), y los subproductos aceite (- u$s 12 / tn) y harina (- u$s 4,75/ tn)", precisó.
"Aunque en Chicago se negocie un precio de referencia a nivel mundial para la soja, no indica que los precios en los mercados locales se muevan al unísono", manifestó Di Yenno.
En las últimas semanas se observa una continuación del fuerte ritmo de compras de la industria y precios FOB de exportación los subproductos que se mantuvieron constantes, consignó.
Respecto de la comercialización, el sector exportador e industrial lleva comprados al 27 de junio 24,6 millones de toneladas de la cosecha de soja 2017-2018, equivalente al 70 por ciento del total.
"El ritmo de compras, tanto a nivel relativo como absoluto, sigue muy por encima de campañas anteriores; se puede ver por otro lado de que, a pesar del cierre del mercado norteamericano para las importaciones de China, las Declaraciones Juradas de Venta (DJVE) de poroto de soja no se han acelerado en las últimas semanas", añadió el analista.
A fines de junio las ventas de exportación de poroto de soja (DJVE) alcanzan apenas 1,29 millones de toneladas: "Es evidente el daño que sufrió la cosecha local, no sólo por su volumen, sino también en cuanto a su calidad", dijo.
Proteccionismo. Un estudio del Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales (Inai) analizó el conflicto comercial entre Estados Unidos y China y las consecuencias del avance del proteccionismo.
Recordó que, si bien el puntapié inicial del conflicto comercial estuvo vinculado a la imposición de aranceles de 25 por ciento y 10 por ciento a las importaciones de acero y aluminio, "el origen puede rastrearse en la necesidad de EEUU de reequilibrar su balanza comercial con China y el resto del mundo, reduciendo el déficit existente".
En primera instancia, las medidas afectaron a China pero luego se expandieron a otros países, entre ellos Canadá, México y la UE. Lo que siguió fue una serie de respuestas en forma de represalias, que involucraron en gran medida a productos del sector agroindustrial, al ser Estados Unidos uno de los principales actores del comercio de tales bienes. Así, la soja fue la gran afectada por China, pero también se vieron perjudicados el algodón, el vino y la carne de cerdo, por citar algunos productos.
Del análisis del Inai surge que la contramedida china reduciría al precio del poroto de soja en EEUU. en 15,5 dólares por tonelada (4 por ciento) mientras se incrementaría en 6,5 dólares el precio FOB para Argentina.
"Esto corresponde a un análisis de mediano plazo, por lo que en el corto plazo podrían observarse oscilaciones de precios mayores, debido a que las decisiones de producción de la campaña corriente ya se encuentran tomadas", señaló el organismo.
El informe del Inai aclaró que dado que los aranceles se imponen solamente sobre el poroto, el menor precio en el mercado estadounidense resulta en una mejora en los márgenes de industrialización en ese país, de manera que se observaría un incremento en las exportaciones de subproductos de soja.
"Como contraparte, el incremento del poroto de soja argentino podría afectar el procesamiento local, con una leve retracción en las exportaciones de subproductos, y un aumento en las exportaciones de poroto", señaló el estudio.
El instituto explicó que, si bien hay productos que podrían aprovechar esta coyuntura y ser exportados hacia destinos que podría dejar vacantes EEUU, no debe perderse de vista que el cierre puede ser circunstancial, por lo que "una estrategia interesante para Argentina podría ser la consolidación del acceso a los mercados de referencia".
Asegurar nichos. "En ese sentido, se deben aprovechar los procesos negociadores ya iniciados, y hasta la eventualidad de un acuerdo comercial con China, que no necesariamente debe ser de libre comercio, sino que bien podría apuntarse a un acuerdo más acotado, de preferencias fijas", indicó.
Con todo, el Inai advirtió que, pese a que en el corto plazo pueden vislumbrarse algunas oportunidades comerciales, "este tipo de conflictos con escalada de proteccionismo no son para nada positivas para el comercio y tampoco para el sistema multilateral de comercio, en especial, si los involucrados son los actores de mayor peso".
La FAO ve un punto de inflexión
Los precios internacionales de los productos alimenticios cayeron en junio por primera vez en 2018, ya que las tensiones comerciales afectaron a los mercados, incluso con perspectivas de producción mundial a la baja.
El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) tuvo un promedio de 173,7 puntos en junio, un 1,3% menos respecto de su nivel de mayo.
La disminución obedeció sobre todo a unos precios de referencia más bajos para el trigo, el maíz y los aceites vegetales, incluyendo los elaborados con soja.
El índice de precios de los cereales de la FAO cayó un 3,7%a nivel mensual y a pesar del empeoramiento general de las perspectivas de producción para los principales cereales, hubo "descensos relativamente pronunciados" en los precios internacionales del maíz y del trigo, reflejo de las tensiones comerciales.
Por el contrario, los precios del arroz aumentaron. En tanto, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 3,0 por ciento en relación a mayo, hasta alcanzar su nivel de precios mínimo en los últimos 29 meses.
Bajaron igualmente los precios de los aceites de palma, soja y girasol. El aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China incidió de forma especial los precios de exportación de origen estadounidense, liderados por la soja, con la fortaleza del dólar EEUU ejerciendo una mayor presión a la baja.
Los precios de los productos lácteos de la FAO disminuyeron en un 0,9%, debido a que las menores cotizaciones de los quesos compensaron el aumento de la leche en polvo.