Científicos de Rosario avanzan en el estudio de una proteína que es clave para que los cultivos puedan enfrentar el estrés causado por sequías, sobredosis de radiación UV, temperaturas extremas y organismos patógenos.
IBR: avanza el "escudo vegetal"
"Por ahora es un sueño, pero conocer mejor la estructura y funciones de esta proteína podría favorecer en el futuro el desarrollo de cultivos con mayor capacidad para adaptarse a condiciones adversas", afirmó el doctor Eduardo Ceccarelli, uno de los fundadores del Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR) y jefe del Laboratorio de Estructura, Plegamiento y Función de Proteínas que funciona en ese centro de investigación.
Ceccarelli describió, durante un Seminario Cardini en la Fundación Instituto Leloir, el rol que juega una proteína, llamada ClpS1, en el control de calidad de proteínas en las organelas de las plantas.
Cuando ClpS1 detecta el extremo de proteínas mal plegadas o "ensambladas", un fenómeno que ocurre más a menudo en condiciones de estrés, las manda a destruir por maquinarias específicas. "ClpS1 también puede dirigir a la destrucción a proteínas que están adecuadamente plegadas, pero que ya no serían necesarias para la célula", explicó a la Agencia CyTA-Leloir el científico del IBR, institución que depende del Conicet y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
En estudios realizados en Arabidopsis thaliana, Ceccarelli y su grupo demostraron que ClpS1 tiene la capacidad de reconocer regiones de las proteínas ubicadas en su extremo. "Una vez que identifica a las proteínas fallidas, trata de corregir su plegamiento o la dirige a su destrucción", explicó.