En mayo de 2006 se promulgó la ley 26.093 que creó el régimen de regulación y promoción para la producción y uso sustentable de biocombustibles. Dicha normativa, reglamentada en febrero de 2007, definió la autoridad de aplicación y sus funciones para la promoción y producción de combustibles renovables.
La industria del biodiesel, en jaque
Estableció además el corte obligatorio del 5% para naftas y gasoil a partir de 2010 y obligó al Estado nacional a “utilizar biodiesel o bioetanol en los porcentajes que determine la autoridad de aplicación, y biogás sin corte o mezcla”, también desde ese mismo año.
El despegue en la producción de biodiesel fue notable. Pocos años después de puesta en marcha la mencionada ley, la Argentina se convirtió en el principal exportador a nivel mundial de biodiesel, destinándose a la Unión Europea cerca del 90% de la producción local. Pero, de ese espectacular desempeño, se pasó, como en tantos otros sectores o recursos, al estancamiento o al retroceso macrista. Repasamos debajo la evolución y/o involución de las ventas de biodiesel desde 2011.
Las ventas totales (al corte + mercado interno) de biodiesel se desplomaron 6,3% en 2018, es única caída interanual desde iniciada esta actividad en 2008. Durante los primeros tres años de gestión macrista, las ventas se expandieron 8% vs un 16% en igual período anterior, esto es, entre 2012 y 2015. En otras palabras, la tasa de crecimiento se redujo a la mitad.
En el acumulado enero a noviembre de 2019, si bien se registró un aumento del 2%, se observa una muy pobre evolución respecto de 2015. Asimismo, y en relación a 2017, se verificó una caída del 3,6%. Finalmente, destacar que entre 2015 y 2019 (siempre a noviembre), las ventas crecieron 2,7% vs. 48,6% en igual período anterior (2011 a 2015). Como puede advertirse, una drástica desaceleración.
Cuando se coloca la lupa sobre las ventas al corte, los números en rojo aparecen con Macri. A noviembre de 2019, se ubicaron 2,4% inferior a la de 2015. O sea, una involución de cinco años.
Los datos aquí suministrados resultan vitales para la recuperación (léase, salvataje) de la industria de los biocombustibles, por cierto, al borde de la quiebra gracias a los excelentísimos oficios de la gestión de Mauricio Macri. Respecto de los actuales porcentajes de los cortes, se impone su urgente aumento llevando el de biodiesel y el de bioetanol al 15% (el primero está en 10% y el segundo en 12%).
En este sentido, el nuevo gobierno nacional debe retomar y profundizar los lineamientos y objetivos de la Ley 26.093 y su decreto reglamentario, fundamentados en la diversificación de la matriz energética, la sustitución de importaciones de combustibles fósiles, el agregado de valor a la producción -tanto la consumida en el mercado interno como la destinada a la exportación de excedentes- mejorando así la ecuación económica y la modernización de la agricultura y la agroindustria, contribuyendo al desarrollo federal, al arraigo y al fomento de la pequeña y mediana empresa.