"En la Argentina las mayores lluvias sumado a cambios en el manejo del suelo produjo el aumento de las napas, lo que se tradujo en un aumento de las inundaciones", señaló Carlos Di Bella, especialista en agrometeorología.
Las aguas suben turbias: cómo operan las napas
Frente a eso, ¿qué puede hacer el productor? "Aprovechar la oportunidad utilizando el agua de la napa en los años secos y reduciendo su recarga en años húmedos, así como siembras más tempranas, dobles cultivos de grano o servicios, y relevos más rápidos y tempranos entre los mismos,", respondió Jorge Mercau de la Agencia de Estación Rural del Inta en San Luis y miembro del Grupo de Estudios Ambientales (GEA-Imasl-UNSL).
Ambos investigadores plantearon el tema en el reporte julio elaborado por S4, la empresa argentina de tecnología aplicada al agro.
Di Bella señaló que en muchas llanuras argentinas se registran importantes cambios en la lluvia interanual y además, en muchas de estas áreas hubo cambios en el uso y la cobertura del suelo, como el área sembrada. "Estos cambios, que interactúan simultáneamente en gran parte de dichos ecosistemas, produjeron un aumento en el nivel de las napas freáticas y como consecuencia un aumento en la intensidad y la frecuencia de las inundaciones" (García y otros 2018).
La presencia de napas freáticas próximas a la superficie aportó agua ante situaciones de déficit hídrico en cultivos de verano durante sus períodos críticos. Jobbagy y otros (2007) y Nosetto y otros (2009) presentaron evidencias acerca de la influencia de la profundidad de la napa sobre la productividad de los cultivos, definiendo máximos en el rendimiento de cultivos de invierno cuando la profundidad se encuentra entre 0,70 1,65 metros o en términos generales entre 1,2 y 2,5 m para los cultivos de verano.
Estas relaciones dependen de los genotipos y del tipo de suelo.
el uso de la tierra. Mercau indicó que en los últimos 50 años en gran parte de las llanuras pampeana y chaqueña las lluvias muestran una importante variabilidad interanual. Sin embargo, si bien en algunas zonas hubo períodos de varios años más húmedos o más secos, no hay, en ese período, una tendencia clara. En cambio, hubo un claro cambio del uso de la tierra.
El crecimiento del área agrícola en detrimento de superficies ocupadas por pasturas, pastizales y bosques naturales, es el cambio más claro y contundente en la hidrología de ambas llanuras. A diferencia de los cultivos anuales, las coberturas perennes tienen mayor capacidad de consumir agua a través de la evapotranspiración y evitar excesos, pero además tienen raíces más profundas, especialmente los árboles, que les permiten utilizar en años secos el exceso de años húmedos anteriores.
Por otro lado, dentro de la agricultura, la reducción de dobles cultivos por cuestiones económicas, y la atinada búsqueda de la reducción del riesgo de sequía, a través del atraso de las fechas de siembra (notablemente en maíz), reducen aún más la capacidad de evapotranspirar y aumentan la frecuencia de excesos hídricos que recargan la napa freática.
Frente a eso, "el acercamiento de las napas en bastas superficies de los principales sistemas productivos, es una de las oportunidades más importantes para aumentar los niveles de producción y, a la vez, una de las amenazas más importantes para el patrimonio y la infraestructura, cuando se transforma en inundaciones y salinización de los campos. Incluso en algunas zonas con algo más de pendiente, este acercamiento de la napa da lugar a fenómenos de colapsos que llevan a la aparición de nuevos ríos", dijo.
Para evitar los problemas y aprovechar la oportunidad es importante utilizar el agua de la napa en los años secos y reducir su recarga en años húmedos. En ambos casos, utilizar el agua aumentando la transpiración lleva a aumentos proporcionales de la producción de grano y/o biomasa. En ambientes donde las variaciones de nivel de la napa freática son bajas, por una elevada proporción de poros grandes en el suelo, y donde no alcanza altos valores de salinidad, es factible aprovechar el agua y cercanía de al napa mediante una intensificación adaptativa de la agricultura.
Mercau también aconsejó siembras más tempranas, dobles cultivos de grano o servicios, y relevos más rápidos y tempranos entre los mismos, que permiten aumentar el consumo entre 100 y 200 mm por sobre un único cultivo más tardío y armar planteos mantengan un nivel de napa freática fluctuando entre 1,5 y 3,5 metros.