La actividad exportadora como solución a la crisis y como una vía generadora de empleo; el fortalecimiento institucional, sin banderías políticas, y un mayor involucramiento del campo en la Legislatura son las premisas que entidades del rubro agroindustrial y las Bolsas de comercio del país postulan como ejes principales para el crecimiento y desarrollo sostenible de la economía del país,
Las Bolsas del país le marcan la agenda a los candidatos
Por Lizi Domínguez
Así lo expusieron días atrás en el congreso A Todo Soja, en el marco de Mercosoja, celebrado en la Bolsa de Comercio de Rosario, donde se dio a conocer el contenido de un documento consensuado entre las siete Bolsas del país junto a entidades, con una serie de lineamientos de trabajo que a su criterio el gobierno nacional debería tener en cuenta para "fijar políticas y trazar el camino que permita el proceso de crecimiento", señaló Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Brevemente, el especialista desarrolló los cuatro ejes del texto: institucional, económico productivo, social territorial y ambiental. Sobre el primero, el directivo de la entidad destacó que "los países que crecen tiene instituciones fuertes. Ese es uno de los puntos que las bolsas han entendido como fundamental". En ese sentido, el vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Raúl Meroi, hizo hincapié en que las instituciones intermedias "sin banderas políticas ni gremiales, deben fortificar cada vez más su presencia. Estamos en ese camino porque consideramos que es importante la gestión de las Bolsas para que, en el disenso, lograr un consenso. Y nosotros como entidad civil tenemos que ocupar un rol cada vez más importante, porque más allá de los intereses sectoriales, tenemos que sentarnos a la mesa sin ninguna otra intención que favorecer todos los escalones que hacen a la agroindustria".
Tras remarcar los obstáculos que la presión tributaria genera para la producción y competitividad de la agroindustria, Costa señaló que en el documento elaborado por las Bolsas se expresa la necesidad de que Argentina continúe generando acuerdos comerciales internacionales para favorecer la exportación. Asimismo, en lo económico-productivo, mencionó que es preciso implementar una adecuada gestión de riesgo, potenciando mercados de futuros, y en relación al factor climático, generar alertas tempranas, seguros y derivados, además de fomentar las buenas prácticas e innovación.
En lo social y territorial, "hablar de agro es empleo a lo largo y a lo ancho del sector, desde el punto de vista de profesionales, técnicos y asesores, y otras actividades vinculadas. No obstante, (desde las Bolsas) detectamos que existe una brecha entre lo que el mercado formal de capacitaciones genera y lo que las empresas está demandando: tenemos un exceso de profesionales graduados en ciencias sociales y déficit de carreras de ingeniería. Es preciso trabajar para tratar de promover demandas insatisfechas en esas brechas", señaló Costa. Asimismo, destacó la imperiosa necesidad de desarrollar la infraestructura vinculada en todas sus variables, ya sea del transporte, energética, vial y digital.
En materia ambiental y las "nuevas demandas sociales, nadie es ajeno a que queremos producir de manera sustentable pero no alcanza. Hay que hacer un poco más", dijo, en alusión entre otros temas a las buenas prácticas, a las aplicaciones de agroquímicos, a las demandas internacionales al respecto y al desarrollo de la matriz energética de biocombustibles.
"Detrás de ese documento está el elemento más importante para el futuro de la Argentina, que deberían ser las exportaciones, porque todos los procesos previos de crecer para adentro están absolutamente agotados ante el agotamiento de las fuentes de financiamiento. Entonces si crezco sólo para adentro, hay crisis de balanza de pagos y ahí me van a faltar los dólares. Pensar que robustecer el mercado interno, el consumo y que las exportaciones vienen por añadidura, en nuestro concepto errado", consideró Raúl Dente, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
"Lo primero es la exportación, la inversión en bienes transables, el crecimiento del producto, del empleo y del consumo. Ese debería ser el proceso normal de crecimiento para que sea sostenible y evitar sucesivas crisis, además de un plan económico creíble, consistente en sí mismo. En algún momento eso tiene que suceder", auguró Dente.
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales Ciara, destacó que el documento presentado "fue fruto de todas las Bolsas que suman a todas las entidades de productores, de exportación, con los insumos, semillas, agroquímicos, corredores y acopiadores, como respuesta a la existencia de grietas en la cadena de valor agroalimentario. Hay que hacerlo público", enfatizó.
El especialista en mercados internacionales consideró que "lo primero que tenemos que lograr para ser competitivos es tener cadenas de valor plenamente integradas a partir de más producción, más exportación, más riqueza. Hacia futuro, la capacidad de trabajo conjunto nos va a rendir beneficios concretos".
"Estamos en una circunstancia internacional extremadamente peligrosa. Tenemos hoy un concepto difuso que se ha perdido y va a tardar muchos años mucho en volver que es el libre comercio: lo único que va a existir es un comercio administrado entre países y regiones y bloques. No participar va a implicar la incapacidad de la Argentina para lograr lo que este documento propone, que es más acceso al mercado para generar riquezas internas para el Estado, la sociedad y la agroindustria. Seguir esta línea es estratégico", afirmó Idígoras, quien apeló a que, en este contexto, el sector "tenga la capacidad de entender las condiciones sociales en las que estamos operando".
Por su parte Ricardo Bergmann, miembro del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (Crea), consideró que "a todos los sectores incluyendo el productor nos hace falta un training para lograr consensos". La muestra, dijo, es la ley de semillas, en alusión que la vigente data de los 70 y "no prospera su abordaje legislativo". Y a nivel intraempresa, dijo que "no hay que perder la viabilidad, sustentabilidad, rentabilidad, la posibilidad de seguir creciendo. Nuestro país debate en una continua flexibilidad. Sin ella, estamos complicados viabilidad como empresas. Por otro lado las empresas cada vez más se deben diversificar buscando nichos como vía de escape de producciones políticas, hay que innovar".
Hacia afuera, "nuestro criterio es que se va a potenciar muchísimo el movimiento Crea. El productor que está solo está en peores condiciones que el que está acompañado. El grupo tiene una gran fortaleza. No veo a la Argentina sin transformación interna desde la empresa, y no veo al productor aislado ni fuera de la sociedad", vaticinó Bergman y a modo de autocrítica opinó que "falta mucho involucramiento de personas con ganas y con experiencia de hacer cosas. Hay que consensuar la parte ambiental, las fumigaciones periurbanas en los pueblos, asumir un compromiso. El productor muchas veces vio las cosas desde afuera. Vemos las falencias de no haber participado: de lo contrario, hubiera sido distinto, falta gente voluntad, disposición y apertura", remató.
En ese sentido, Meroi reforzó: las instituciones intermedias hemos tenido una participación en la política muy escasa. Hemos sido muy mezquinos y no sé por qué situación. Me parece mentira que tengamos una ley de semillas del ‘72. Nos falta poner nuestra voz, participar en las cámaras legislativas como en Brasil. Nos falta a la gente de la producción y comercialización" en esos ámbitos.
Para Alfredo Paseyro, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), la premisa es construir consensos y adhirió a la intención de una mayor presencia del sector en los ámbitos legislativos, para tener una mayor llegada a la sociedad y para "no perder la carrera de innovación tecnológica. "Falta poco", opinó. "Hay que involucrarse en los concejos por las distancias de aplicación (de agroquímicos), en la legislatura provincial para ver qué pasa en las provincias y tener, como Brasil, un frente parlamentario, presencia en el congreso, explicando y buscando herramientas".
LO QUE VENDRÁ. Encauzar la economía demandará "un proceso muy doloroso, con políticas sociales porque la gente la está pasando muy mal. Yo sugeriría que, cuando vayan a votar alguna ley de emergencia social alimentaria, esos temas que ya están en el tapete, por favor piensen que van a hacer. Nosotros tenemos una experiencia muy mala porque al sector de productores le quitaron un montón de recursos", advirtió Dente, e instó a que éstos "no se dilapiden" mediante "subsidios al consumo para lo que no son pobres. Aprendamos del pasado", enfatizó. Y recomendó: "Nunca subsidiar la oferta sino la demanda"
Para Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, "acá hay que hacer un ajuste muy importante, porque nadie tiene un mango, hay recesión y una deuda tremenda que pagar", y aseguró que el mismo no debe pasar por los productores ni por los sectores más humildes, sino por la Legislatura, a la que observó como ociosa. "Precisamos que la sociedad empiece a presionar un poco más a los políticos para ver qué hicieron. En lo que va de este año, en el Congreso, Diputados tuvo 5 reuniones. Se van a poner el saco y corbata para poner al nuevo presidente y después van a tomar vacaciones hasta el año que viene. El presupuesto del Poder Legislativo nacional es de 23.717 millones de pesos", denunció, y también apuntó al "aumento de personal" en municipalidades y comunas.
Idígoras insistió en la necesidad de desarrollar "una política pública de Estado y empresaria de Estado de acceso al mercado que lleva muchísimos años, pero se logra. La apertura de carne vacuna llevó 7 años y medio", ejemplificó. "Tenemos que consagrar como nuestra Biblia a las cadenas de valor", agregó. En este marco, consideró que el sector debe "tener una vocación de explicar a la sociedad que uno de los caminos que tiene el país para solucionar sus problemas sociales pasa por las capacidades de producción y exportación: cuanta más sea, menos riesgos sociales va a tener nuestro país".
Al respecto, citó datos de un documento del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) denominado "Exportar para crecer", en cuya conclusión exhibe que "Argentina exporta hoy por 65 mil millones de dólares aproximadamente todos los años. Para eliminar el endeudamiento internacional y generar empleo, necesita pasar a 90 mil millones por año. Una sola medida llevaría a generar la reducción sustancial de 38 por ciento de pobreza que hoy tenemos y regeneración de opotunidades de empleo en nuestro país: "Tenemos que entender que la participación pública hace a la rentabilidad no únicamente en situaciones de espanto. Todo el tiempo tenemos que hacerlo", remarcó Idígoras.
"Hoy es un dilema muy grande de cómo se va a desempeñar la próxima campaña. Las tasas están muy altas, productor se debe manejar con recursos propios. Muchos tuvieron la precaución de tomar precio de futuros, han manejado mercados, pero pocos se han cubierto con los precios del año que viene. Los costos han subido, con la devaluación ha sido imposible mejorar la rentabilidad en dólares. Reina la incertidumbre", observó Bergmann.
De allí que el referente de Crea recomendó "parar la pelota, mirar hacia adentro cómo está la situación de cada uno, privilegiar la rentabilidad, mejorar la ecuación de costos, no dejar de hacer rotación, ambientación ni abandonar la tecnología y no hacer grandes volantazos, porque no sabemos qué va a pasar y uno se puede llegar a equivocar. Es necesario tener mucha precaución y una cobertura para evitar endeudamientos", concluyó.