Hay una alta proporción de la superficie agrícola argentina bajo alquiler, y de ese total un gran porcentaje son contratos anuales, que para ser negociados no contemplan condiciones de rotación ni precios techo de alquiler. Algunos de los problemas que traen este tipo de negociaciones, se visualizan en el manejo agronómico de lotes, que vienen mal cuidados en lo que a malezas se refiere, mostrando un uso inadecuado o deficiente de herbicidas, con las consecuencias que esto genera en el siguiente ciclo productivo.
Negocio y manejo agrícola: el protagonismo de las malezas
En los últimos años el problema de malezas resistentes a herbicidas de amplio espectro ha sido uno de los desafíos más grandes, y aún se sigue en la búsqueda de fórmulas adecuadas para controlar los problemas de malezas a campo.
En este contexto, el costo de herbicidas podría representar entre el 30 y 40% de los costos de implantación de una soja de primera, y podría alcanzar el 50% o más, en caso de lotes complicados.
Pero el problema no termina con el costo, que desde ya reduce el margen bruto potencial, sino que además, hay que considerar la eficacia de las aplicaciones, eliminando total o parcialmente las malezas, lo que repercutirá en mayores o menores rendimientos potenciales.
Así, tenemos una serie de situaciones problemáticas que se presentan con diferente carátula, de malezas resistentes, con el impacto de mayores costos de implantación, y pérdida de rendimientos potenciales.
Analicemos más de cerca la soja de primera, donde se presentan tres situaciones problemáticas más frecuentes. Una es el complejo de gramíneas resistentes, otra yuyo colorado resistente, y otra rama negra resistente.
Para realizar ese análisis hemos simulado seis márgenes brutos para un lote con potencial productivo de 40 qq/ha de soja. Cada alternativa se ensaya para campo propio y campo alquilado, cuyo costo de alquiler se presupuesta en 16 qq/ha de soja.
Ejercicio. El margen bruto por hectárea de un lote manejado normalmente resulta en u$s 677/ha para campo propio, y u$s 213/ha para campo alquilado.
Se observa en las tres siguientes alternativas, cómo el margen disminuye con aplicaciones extra por presencia de gramíneas resistentes, o de yuyo colorado o de rama negra, con diferente impacto en campo propio y alquilado.
Estas alternativas ensayadas, no contemplan un mal uso de herbicidas, o una aplicación poco eficiente de los mismos, sino sólo el costo extra, y suponen una respuesta que permite conservar los rendimientos potenciales del lote. Pero en realidad, lo más común ante un lote infestado de malezas resistentes, es que los controles no sean del todo efectivos, y que los potenciales de rendimiento se vean mermados. Así es que simulamos también un margen sin aplicaciones extra, pero con una merma de rendimiento del 20%. Vemos cómo afecta el margen sensiblemente, y en el caso del campo alquilado, lo deja muy cerca de cero, con el riesgo de volverse negativo ante por ejemplo la necesidad de una aplicación extra de herbicida.
Por último, sabiendo que además de costos y rendimientos, los precios de venta juegan un rol protagónico, al precio de venta tomado para el margen, se le redujo un 20%. Y vemos la merma de los márgenes, donde se observa mayor tolerancia en campo alquilado, respecto de la merma de rendimiento.
Hacemos la misma simulación para un maíz con potencial de rendimiento de 100 qq/ha, considerando que son las gramíneas resistentes las que mayores problemas causan a este cultivo. Calculamos los márgenes en campo propio y alquilado, considerando también el costo de alquiler de 16 qq/ha de soja, y un recorte de rendimiento del 20% y del precio del 20%.
Vemos que en campo alquilado, la merma de precio afecta más que la de rendimiento, pero sin embargo, una combinación de merma de rendimientos y mayores costos de protección, afectarían sensiblemente los márgenes potenciales de campos en alquiler.
Conclusiones. Tener mayores costos de implantación por malezas resistentes, es uno de los problemas más comunes, y, como dijimos al principio, se hace más frecuente en lotes cuya continuidad en los alquileres de renovación anual se ha instalado hace tiempo.
Esta problemática se agrava a medida que avanzan las campañas, cuando las soluciones de fondo no son encontradas, complicando lotes de buenos a regulares y de regulares a malos. Esto genera sistemas más frágiles y agrega riesgo productivo, estrechando márgenes para quien produce.
Por cuestiones de negocios muchas veces se apuesta por elevar la escala de producción, pero debemos ponernos a pensar cuál es el riesgo que estamos dispuestos a asumir a la hora de tomar un campo en alquiler, dado que los potenciales de rendimiento pueden ser muy buenos, pero las condiciones en las que viene de un manejo anterior, puede mermar esos potenciales sensiblemente, y con esto ponernos en una delgada línea de márgenes, que nos deje en rojo a la vuelta de una aplicación extra para el control de malezas.