La campaña de la revancha ya está lanzada. El clima todavía mantiene en vilo a los productores, porque las lluvias siguen siendo esquivas en muchas zonas del país. Pero el sector agroindustrial realizó una fuerte apuesta por la recuperación.
La revancha se juega con poca lluvia y precios volátiles
Según Javier Preciado Patiño, director de RIA Consultores y ex secretario de Mercados Agropecuarios, Argentina recuperará el año próximo lo que perdió por la sequía en divisas por exportaciones agropecuarias. Proyectó ingresos de u$s 31.669 millones en los tres principales cultivos para 2024.
El documento proyecta una producción de 135 millones de toneladas entre los seis principales cultivos (trigo, cebada, maíz, sorgo, soja y girasol), similar a la alcanzada en la campaña 2018/19. Incluye 18 millones de toneladas de trigo, 59 millones de toneladas de maíz y 48 millones toneladas, contra los 12,6, 41, y 25 millones, respectivamente, del ciclo que finalizó este año. Según el ex funcionario, el maíz aportará u$s 9.000 millones, la soja u$s 19.599 millones y el trigo u$s 3.098 millones.
El secretario de Agricultura, Juan Bahillo, compartió este optimismo, durante un encuentro de trabajo que mantuvo con la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales. Señaló que en la campaña fina ya hay más de seis millones de hectáreas sembradas, y estimó que la cosecha se situará entre 18 y 19 millones de toneladas de trigo.
Un puente
Sin embargo, el camino para llegar a ese objetivo todavía es incierto y requiere de una construcción. En ese sentido, el presidente de la entidad que representa a los acopiadores, Fernando Rivara, insistió sobre la necesidad de propiciar incentivos para el uso de tecnología de insumos a través de líneas especiales que fomenten los canjes con prefinanciación de exportaciones. Las más de 800 empresas acopiadoras venden hasta un 40% de los insumos y son responsables del 50% de la comercialización de granos.
En el marco del cuarto Congreso de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera), el analista Diego de la Puente invitó a ser optimista no sólo en un mejor ciclo productivo. “El Niño“permitiría que nos borremos el mal trago de una campaña 2022/23 que fue ciertamente para el olvido”, dijo.
También ve un horizonte comercial más despejado. “La campaña 2023/24 pinta totalmente diferente: no importa quién termine ganando, lo lógico es esperar una cosecha más normal y un mercado menos regulado, y mucho más expuesto al mercado internacional”, subrayó de la Puente. De ahí que consideró que los productores ya deberían ir “cambiando el chip”, porque “hay que salir de estar pensando qué decisión toma el ministro de Economía y estar con los ojos más puestos en qué pasa en el mercado y cómo puedo aprovecharlo”.
El mercado
¿Qué pasa en el mercado? El analista señaló que el último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) sorprendió al mercado al ubicar la siembra de soja en ese país por debajo de las expectativas de los operadores privados, lo que prácticamente descartó la posibilidad de una cosecha récord y llevó a que la cotización del poroto en Chicago volviera a acercarse a los u$s 600.
“Estamos en una zona de promesas”, subrayó, al tiempo que consideró que habrá un “gradiente de volatilidad” hasta agosto, en función de los vaivenes climáticos no solo de Norteamérica, sino a nivel mundial.
En EEUU hubo una condición muy seca al momento de la siembra que hizo que las labores avanzaran a un nivel inéditamente rápido, pero esa condición continuó con el paso de las semanas y, en este momento, se observa un deterioro muy grande en la situación de la soja, el maíz y el trigo de primavera. “Todavía falta, pero hay incluso escenarios parecidos a lo que ocurrió en 2012, que fue un desastre productivo: la segunda peor sequía de la historia”, puntualizó.
Por ahora son solo pronósticos. Pero la mirada no se posa sólo en Estados Unidos sino también en Europa, que está sufriendo una intensa ola de calor; los países de la ex Unión Soviética, también con sequía; y zonas de China donde la falta de agua se siente para el maíz y la soja. El Niño,a su vez, perjudicará al sudeste asiático y Australia.
El clima
Según la consultora hEDGEpoint, aunque el último Wasde presentaba un escenario muy bajista para el trigo en la cosecha 23/24, es probable que los recientes acontecimientos en las cosechas de primavera de Norteamérica y de los principales exportadores del hemisferio sur cambien este escenario. Se espera una reducción de más de 7 millones de toneladas en la producción mundial.
En Argentina, pese a todas las expectativas, el Niño muestra un impacto débil en el trimestre de julio a septiembre. Las lluvias no arrancan y gran parte de la zona núcleo recibirá eventos normales o inferiores a los normales en los próximos meses. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que el pronóstico trimestral de julio a septiembre muestra un panorama similar al de los últimos meses. El sur de Buenos Aires es el gran beneficiado. En Córdoba y oeste de Santa Fe se estiman precipitaciones trimestrales normales a inferiores a las normales.
La pesada herencia
El agro apuesta pese al trauma que dejó una de las peores campañas de la historia. Y en la que, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, se realizó una inversión récord de más de u$s 16,4 mil millones, sin contar el costo de los arrendamientos, fletes, gastos de cosecha ni aplicaciones. Ese monto estuvo influenciado por la extraordinaria suba del costo de los insumos, por efecto de la guerra en Ucrania.
Y el resultado final, sequía mediante, fue más que decepcionante. Según la misma Bolsa, el volumen total de granos comercializado en Argentina en el primer semestre del 202, según los datos de SIO Granos, fue el segundo más bajo desde que se iniciaron los registros en 2017, con apenas 51,4 millones de toneladas. El volumen descargado en los puertos del Gran Rosario en el mismo período es el más bajo desde al menos el año 2001, con sólo 12,6 millones de toneladas. Los embarques de granos y subproductos fueron de 25,6 millones de toneladas, registrando el peor primer semestre desde al menos el año 2000. Y las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de bienes agroindustriales totalizaron 17,9 millones de toneladas, representando el segundo volumen más bajo de la década.