La ganadería tiene un bajo nivel de emisiones de efecto invernadero a nivel internacional y las correspondientes a la producción argentina representan sólo 0,15% del total del planeta, según un informe dado a conocer por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
Aseguran que la ganadería tiene un bajo nivel de emisiones de efecto invernadero
El trabajo, elaborado por 45 científicos argentinos coordinados por la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet, relevó el nivel de sustentabilidad actual de la ganadería en la Argentina, “un país comprometido con la realización de acciones que apuntan a una mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Según el inventario Argentina 2016 elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la ganadería de carne aporta 16% de las emisiones totales nacionales.
Dentro de las emisiones del sector agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra, la categoría fermentación entérica del ganado vacuno aporta la mayor proporción, precisa.
Sin embargo, indica el trabajo, “se discute sobre la posibilidad de secuestro de carbono en praderas y pastizales naturales que actualmente no es contemplada en los cálculos del inventario”.
Asimismo, “las directrices 2019 bajan los coeficientes de emisión de óxido nitroso proveniente de las deyecciones de animales en pastoreo (- 80%)”.
Por último, añade, “varios autores sostienen que la permanencia del metano en la atmósfera es menor que la del dióxido de carbono en la tierra por lo cual el factor de conversión que se utiliza para calcular las toneladas de carbono equivalente es inferior”.
El informe considera que “la cadena de ganados y carnes de la Argentina enfrenta el desafío, en años venideros, de fortalecer su posición en los mercados internacionales”.
Como en todo mercado más allá de las condiciones monetarias y regulatorias su competitividad externa refleja, básicamente, la productividad de la estructura productiva interna.
Esta, si bien cuenta con bases sólidas, tiene matices pasibles de mejoras tasas de procreo, sistemas de comercialización, eliminación de dobles estándares- a fin de consolidar lo realizado recientemente y dar un nuevo salto global.
La actual “ventana de oportunidad” del mercado global reparte oportunidades y amenazas obligando a acciones privadas y colectivas- anticipatorias y/o proactivas frente a nuevos temas.
El cuidado del ambiente a lo largo de todo el proceso productivo de la cadena de ganados y carnes, además de la productividad, aparece ahora como un potente factor de competitividad.
Las emisiones de gases efecto invernadero, los cuidados del suelo y la biota, la huella hídrica, la biodiversidad y los servicios eco-sistémicos son crecientemente incorporadas en las relaciones comerciales internacionales y cada vez más tenidas en cuenta en las condiciones de acceso a los diferentes mercados, completa.