La buena fertilización está en los detalles. Podría ser la conclusión de la segunda jornada del simposio Fertilizar 2021, durante el que se pasó revista a las tecnologías disponibles para hacer los diagnósticos más ajustados y específicos y lograr la mayor eficacia en la utilización de nutrientes para los cultivos. Las herramientas que motorizan la agricultura 4.0 ofrecen enormes ventajas a la hora de mapear y aplicar, mientras que herramientas más conocidas, como la fertilización foliar y la inoculación, expanden sus fronteras con nuevas experiencias. “Innovación e ideas”, fue la consigna que marcó el debate del nuevo capítulo del tradicional encuentro organizado por la asociación Fertilizar.
Ideas e innovaciones para la nueva fertilización
Crece desde el pie, dice la canción. Pero para la ciencia, no es la única manera. Victoria Fernández, de la Universidad Politécnica de Madrid, destacó el “enorme potencial de desarrollo” que tiene la fertilización foliar, como complemento de la aplicación al suelo.
“Cuando hay límites para la absorción radicular es una buena opción la folia”, señaló la especialista. La técnica está más difundida en las especies frutales, sobre todo en los momentos en que se necesita evitar carencias nutricionales o atender picos de demanda de nutrientes.
Fernández recordó que de los años 40 se estudian los mecanismos de absorción en la fertilización foliar, básicamente a través de estomas, pelos o venas y enfatizó su contribución en el uso racional de insumos. Su “combinación estratégica” con la fertilización al suelo es una herramienta para “mejorar la eficacia” de la operación. También su combinación con coadyudantes, cuidando el timing de las aplicaciones y logrando mayor penetración cuando los frutos están en desarrollo.
Señaló que las aplicaciones foliares reducen costos, mejoran la calidad, mejoran el estado fisiológico de las plantas y favorecen la tolerancia a estrés. Su potencial es “enorme” y sirve para asegurar un uso racional de fertilizantes. Se enfrenta a las limitaciones de una eficacia variable.
Alejandro Perticari, del Inta, se refirió al desarrollo de los inoculantes, muy utilizados desde hace mucho tiempo en soja y otras leguminosas, para mejorar la captura de Nitrógeno a través de bacterias fijadoras. Consideró muy importante evaluarlos por su infectividad y eficiencia. “Hoy están claramente caracterizados los procesos que lo componen, es importante tener semillas bien tratadas”, enfatizó.
Mencionó el resultado de ensayos interdisciplinarios realizados en más de mil lotes de distintas regiones del país, que mostraron que la respuesta de rendimiento a los inoculantes está cercana al 8,1%, equivalente a 228 kilos por hectáreas. “Los inoculantes son importantes para mejorar la respuesta a los sistemas productivos”, subrayó.
Martín Díaz Zorita, de la Universidad de La Pampa, actualizó el panorama sobre los bioestimulantes, compuestos químicos análogos a los naturales, que aceleran procesos específicos por parte de la células vegetales. Permiten intervenir a través de los receptores que tienen esas células para censar las condiciones ambientales y dar respuestas. A partir de allí, lo que se espera es “un cambio en esas para que mejoren su respuesta a la fertilización”.
Algas, aminoácidos, residuos de la actividad pesquera o moléculas microbianas son algunos de los elementos cuya aplicación exógena estimula la división celular, la concentración de proteínas, la tasa de fotosíntesis y el crecimiento y el desarrollo de las plantas. “La aplicación de bioestimulantes anticipa procesos que mejoran los rendimientos”, indicó.
Julián Muguerza, de Glimax, subrayó el valor de la tecnología como driver para aprender. “No tenemos más de 40 ó 50 campañas en la vida para aprender”, advirtió.
La agricultura 4.0 plantea la posibilidad y el desafío de aprovechar la “capacidad gigante de ordenar datos” y modelar las decisiones estratégicas. Por ejemplo, para luchar contra la caída del nivel de fósforo en el suelo y otros aspectos de deterioro producivo.
Con un caso testigo, como el del campo Don Luis, en Suipacha, el especialista mostró las nuevas tecnologías en monitoreo intensivo de suelos, que permiten luego trabajar en la nivelación a través de aplicaciones variables. Por otra parte, el mapeo gamma de suelos permite leer la radiación gamma emitida desde la tierra y, a través un servidor, de tener un mapa HD de textura macro y micronutrientes.
“Las tecnologías actuales son un pilar fundamental para ser más sustentable en nuestros manejos agrícolas”, concluyó el especialista.