Durante 2020 las exportaciones agroindustriales explicaron el 69% de todas las ventas externas de Argentina al sumar u$s 38.055 millones, por lo cual, de cada u$s 10 exportados, u$s 7 provinieron de los complejos agroindustriales.
La agroindustria explica el 69% de las exportaciones
Por Lizi Domínguez
En este universo, el complejo sojero explica el 40% de las ventas al exterior, le sigue en importancia el maíz, con un 16%, el sector bovino con 8%, trigo con 6% y el pesquero con 4%. Estos cinco complejos explican el 75% de las exportaciones agroindustriales.
Esos datos corresponden al relevamiento de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) que presentó a través de un evento virtual gratuito los resultados del segundo informe semestral correspondiente de su Monitor de Exportaciones Agroindustriales, donde resume los principales datos, aportes y potencial de las exportaciones del campo, haciendo foco en 20 cadenas.
El estudio, que arroja 200 datos extraídos de la actividad de 2020 y clasificados a partir de 10 indicadores, pretende dar cuenta de la relevancia de las exportaciones para la Argentina y también a nivel internacional, tanto en lo que es el aporte de divisas, generación de empleo y en la vida diaria de las personas.
Respecto de la inserción internacional, “midiendo la relación que tiene la exportación con las producciones, es decir, cuánto de lo que producimos se termina exportando por cada uno de estos complejos, vemos que cobran relevancia algunos como el té, maní, limón, con una relación superior al 90%, y le siguen en importancia complejos como la cebada y la soja con relaciones entre 74% y 78%”, graficó Nicolle Pisani, economista de Fada.
La analista destacó que en este contexto, Argentina se ubica como el primer exportador de productos de economías regionales como la yerba, maní, jugo y aceite de limón. Además, “somos el segundo exportador de maíz, tercero en peras, porotos y soja, cuarto exportador en aceite de girasol, leche en polvo, camarones y langostinos. Y tenemos el quinto lugar en exportación de lana y carne vacuna, y harina de trigo”.
Complejo sojero
Haciendo foco en el complejo sojero, que explicó el 40% de las exportaciones desde las cadenas agroindustriales “y donde más allá del ingreso de divisas que fue de casi u$s 15 mil millones, cabe destacar que este complejo nos posiciona como el primer exportador de aceite, el primero de harina y el tercero de poroto de soja. Estas exportaciones de harina, pellets y tortas de soja explican el 53% de las exportaciones totales del complejo y compite Argentina a nivel internacional con otros países como Brasil, Estados Unidos, Países Bajos e India. Más allá de ser el principal exportador nos posiciona este complejo a nivel mundial entre el top 3 con sus productos”, señaló Pisani.
Carnes en ascenso
Otro complejo de importancia es el bovino, que durante 2020 tuvo un récord de exportaciones en toneladas. “Si bien por unas cuestiones de precios tuvo una caída, si lo medimos en dólares, vemos que se exportaron más de 1.000.000 de toneladas con un crecimiento en comparación a 2019 del 10%. Desde este complejo se exporta principalmente carne bovina deshuesada, congelada o refrigerada (62%), y otros productos como embutidos (3%), cueros y pieles (3%).
Al respecto, la economista observó que la carne deshuesada congelada argentina se ubicó durante 2020 en el quinto puesto a nivel mundial y esto llevó a explicar el 9% de toda la carne bovina que se comercializó en el mundo durante 2019 y a competir con otros países como Brasil, Australia, India y Estados Unidos. También de este complejo se destaca que sus exportaciones tuvieron como destino principal a China (57%), el primer importador a nivel mundial.
De las carnes que se producen en Argentina, un 93% de la de cerdo se destina al abastecimiento interno mientras que un 7% va al mundo. En el caso del pollo, un 89% queda en Argentina y el 11% se destina a la exportación, de la carne bovina un 71% queda acá y un 29% va al mundo y finalmente en la carne ovina, un 66% abastece al país y un 34% se exporta.
Ello “no solamente pasa con la carne. Por ejemplo en el caso del complejo trigo, Argentina consume alrededor de 72 kilogramos de pan por persona, lo cual la ubica como quinta de mayor consumo a nivel mundial y el segunda si tomamos sólo a los países de Latinoamérica. Sin embargo, además de consumir eso estamos exportando el 59% de la producción de trigo. ya sea como granos, harinas y otros derivados al resto del mundo”, aportó Pisani.
En el caso del complejo maicero, la producción se destina a más de 89 países, “o sea que tenemos una gran presencia a nivel internacional con los productos del maíz y sus derivados. También llegamos a 65 países en el caso del complejo maní, su aceite y derivados.Otra economía regional es la del vino, que está presente en 96 países”.
Sectores en crecimiento
En 2020, cuando muchos sectores tuvieron complicaciones de todo tipo, hubo otros que tuvieron un crecimiento significativo respecto de 2019. Aquí se destaca la carne de cerdo, con un 71% de sus exportaciones si se mide en dólares; el complejo manicero, de gran importancia para la provincia de Córdoba, con un 27% y también hay otros complejos que crecieron como los lácteos (23%), yerba (7%), legumbres (2%), maíz (2%), peras y manzanas (2%).
En el caso puntual del complejo porcino, se destaca no sólo este crecimiento de 71% que significaron casi u$s 66 millones por exportación sino que este empuje que tuvo el sector logró colocar mayor producción en el mercado internacional y lo llevó a pasar del puesto 25º como exportador de carne porcina congelada, al 11º a nivel mundial. Desde este complejo Argentina exporta principalmente carne porcina congelada (60%), luego despojos (6%), grasas (1%) y otro tipo de productos que representan un 33%. El destino principal en 2020 fue China con un 77%, luego Hong Kong, Rusia y Paraguay.
El complejo manicero tuvo un crecimiento de un 27% en 2020 en comparación con 2019 alcanzando u$s 1.070 millones por exportación “lo cual tiene un peso muy importante cuando hablamos de economías regionales y el desarrollo que estás generan en el interior del país, por ejemplo con la generación de empleo y que ubicó a Argentina como el primer exportador de maní crudo con el 23% del total mundial, y que nos puso a competir con países que otros años se habían encontrado en este primer puesto como India, Estados Unidos, Países Bajos y Brasil”, indicó Pisani.
Balanzas comerciales
Sobre las balanzas comerciales de los distintos rubros productivos en relación al resto de los rubros de la economía Argentina, la economista de Fada consideró que “las exportaciones agroindustriales tienen un círculo virtuoso de múltiples efectos en diferentes aristas de nuestro país, no sólo en la generación de empleo y cómo se ubica nuestro país en el mercado internacional, sino en la generación de divisas que también tienen efecto en los saldos comerciales. La cadena agroindustrial y también el rubro minero, de combustibles y energía tuvo en 2020 un saldo comercial positivo, es decir, exportaron más de lo que importaron entonces generaron divisas netas para el ingreso a nuestro país y ello nos permite hacernos de los dólares para poder importar aquellos bienes que no producimos internamente, o que producimos en menor escala en relación a su consumo, como productos textiles, partes automotrices, electrónica y hasta servicios que usamos a diario cómo los canales de streaming para ver películas y series en nuestra vida cotidiana”, explicó Pisani.
En rigor, las cadenas agroindustriales generaron un saldo comercial en 2020 de u$s 30.974 millones; la minería, u$s 474 millones mientras que los combustibles y energía, u$s 149 millones. En tanto, la suma del saldo negativo de los rubros maderera, transporte, textil, maquinaria, química, electrónica y otros, arrojó -19.069 millones de dólares. La diferencia a favor es de u$s 12.528 millones.
Perspectivas
David Miazzo, economista jefe de Fada, resumió las perspectivas que se pueden esperar para este año para la exportación argentina: “Habrá mejor demanda internacional, buenos precios, oferta exportable tirando a negativa _principalmente por el efecto en granos_ y un deterioro de la competitividad cambiaria por lo menos hasta las elecciones”.
El analista consideró que la agroindustria “está muy en línea con el concepto de entenderse como cadena, que debe colaborar entre los distintos eslabones para poder potenciarse, ganar competitividad y competir internacionalmente. Un segundo aspecto es tener perspectiva de crecimiento: es muy difícil que una cadena se consolide si cada uno de sus eslabones está peleando por el centavo. En este sentido es clave agrandar la torta, aumentar la producción y las exportaciones donde la estabilidad macroeconómica, las reglas del juego, el crédito, la baja de los derechos de exportación, la infraestructura son temas muy importantes para tener esta perspectiva de crecimiento que ayude también a tener una perspectiva de cadena de integración y de cooperación”, concluyó.